miércoles, 9 de enero de 2013
Como lo prometido es deuda, aquí
estamos hoy para finiquitar el repaso de los videojuegos de Batman: The
Movie. Mientras que la semana pasada nos centramos en la versión para
los diferentes ordenadores de la época (y para la archiconocida Game
Boy, puesto que era una adaptación casi calcada), hoy vamos a indagar en
las versiones "mayores" que vieron la luz entre 1989 y 1990.
El Caballero Oscuro llega a NES, Mega Drive/Genesis y los salones
recreativos.
El estudio encargado de trasladar
la película de Tim Burton a los sistemas de sobremesa fue Sunsoft,
hoy ya desaparecido. Sus integrantes decidieron no machacarse mucho la cabeza
pensando cómo trasladar en condiciones al Encapotado a estos sistemas. Por eso
mismo echaron la vista atrás, viendo los juegos más exitosos de la época, y
decidieron llevar a cabo un calco casi perfecto de la jugabilidad de algunos
títulos de renombre.
De este modo se abandona la
original propuesta de Ocean en la que prácticamente cada nivel cuenta
con un enfoque diferente, mientras que aquí se decide apostar por la acción
pura y dura, la que inundaba los sistemas de Nintendo y Sega con títulos
como Final Fight, Golden Axe o Ninja Gaiden.
Este último, conocido título de Tecmo
(creadores a su vez de esa saga de lucha llena de espectaculares mozas
virtuales que es Dead or Alive), fue el escogido como base para
el sistema de juego de Batman: The Movie para NES. De este
modo, Ryu Hayabusa es sustituido por nuestro Murciélago y los demás
ninjas, terroristas y demonios que pululan por estos juegos se convierten por
arte de magia en matones, criminales y en el Joker. Con esto no estamos
diciendo que el cartucho al que nos encontramos fuera un mal videojuego, ni
mucho menos. Es solo que en estas versiones se dejó de lado la originalidad
imperante de las entregas de Ocean por la espectacularidad y un
envoltorio más propio de los juegos más exitosos de aquella época. Sunsoft quiso
ir sobre seguro, y lo cierto es que triunfo tanto a nivel de crítica como de
público y ventas.
Lo primero de lo que nos damos
cuenta nada más comenzar a jugar es que aunque la paleta de colores de la
consola de 8 bits de Nintendo no sea lo más variada del mundo, el
aspecto oscuro y gótico de la ciudad de Gotham está bastante conseguido.
Desgraciadamente esto desentona un poco con algunos de los enemigos que
aparecen. Sunsoft se tomó ciertas libertades y aunque la mayor parte de los
enemigos comunes a los que se enfrenta Batman son criminales, robots y
algún que otro monstruo amorfo no podía faltar a la cita (estamos a finales de
los años ochenta, ¿qué esperan?), rompiendo un poco la conseguida atmósfera
oscura. Aún así, el nivel de detalle de los personajes explota la capacidad de
la consola, especialmente en lo referido a las animaciones del Encapotado.
Mientras que actualmente a los más jóvenes se les cae la baba con el
espectacular apartado técnico de Arkham City, seguro que aquellos
que cataron Batman: The Movie también estuvieron babeando durante
largo rato.
Además, al contrario de lo que no
pudo hacer Ocean en su versión, aquí sí que contamos con escenas
extraídas de la película entre nivel y nivel. A nivel
sonoro poco se puede hacer con una consola como NES, y aunque el
objetivo era emplear partituras de la banda sonora de Danny Elfman,
finalmente se optó por crear temas nuevos pero que transmitieran el estilo de
música imperante en la película. ¿Lo consiguieron? El ritmo de los escasas pistas
musicales está bastante conseguido, siendo todo lo oscuro e inquietante que el
sistema MIDI permite. El resto del apartado cumple sin más, y únicamente
escucharemos golpes y explosiones, así como la capa ondulante de Batman al
saltar, un pequeño detalle digno de mención.
Como ya mencionamos
previamente, Batman: The Movie es un hijo bastardo de Ninja
Gaiden, y eso queda patente nada más comenzar la aventura. No lo
decimos únicamente por la forma de controlar a Batman, sino por la dificultad
insana de la que hace gala el título, algo por lo que siempre se ha
caracterizado la saga de Tecmo. Mientras que el primer nivel no es
excesivamente difícil y sirve para acostumbrarnos a los controles, poco a poco
el cartucho nos va exigiendo más y más, con enemigos cada vez más duros y
dañinos, mientras que nosotros únicamente contamos con nuestros batarangs,
batdisks y bombas de humo para desaparecer momentáneamente y tratar de
alcanzar alguna plataforma sin enemigos. Precisamente el uso de nuestros
gadgets es fundamental para avanzar, pues hemos de tener mucho cuidado de
no gastarlos tontamente. No contar con ellos en algunos niveles supone el final
de la partida, ya que hay enemigos solo vulnerables a algún arma en específico
o solo es posible activar algún interruptor mediante los batarangs. Esto es
algo a todas luces injusto, pero es preciso recordar que estamos en la época de
los juegos de 8 y 16 bits, en la que los títulos eran cortos a nivel de
contenido pero injustos en lo que se refiere a dificultad, logrando así que la
rejugabilidad fuera enorme mediante esta "trampa". El clásico método
de "ensayo y error" era la tónica habitual que seguíamos aquellos que
crecimos con dichos juegos.
Superar los cinco
niveles de Batman: The Movie por primera vez es una tarea
bastante ardua que nos llevará varias horas hasta que logremos conocer todos
los escollos y sorpresas del juego. No es un título imposible, pero es hijo de
su tiempo. Seguramente muchos no tengan paciencia para jugarlo a día de hoy,
pero sin lugar a dudas merece la pena ser probado debido al hecho de que
estamos ante la irrupción del Caballero Oscuro en las consolas de sobremesa.
¿Y qué podemos
decir de la versión para Mega Drive/Genesis? ¿Fue una simple
conversión? ¿Una adaptación sin fuste, mal ejecutada y con pocos recursos? Nada
más lejos de la realidad. El año que hubo entre la versión de NES y la
destinada a la segunda consola de SEGA, permitió a Sunsoft estudiar
a fondo el feedback de los aficionados, creando un juego que no se limita a ser
una copia con mejores gráficos del anterior, sino que cambia nuevamente el
esquema jugable para ofrecernos un título más acorde con la saga Shinobi,
uno de los mayores baluartes de la compañía de Sonic the Hedgehog
durante aquellos años. Así pues, Batman abandona la forma de actuar del ninja Ryu
Hayabusa y la cambia por la de otro no menos temido, Joe Musashi. El
uso obligatorio de gadgets para avanzar también fue abandonado y ahora solo es
posible utilizar los batarangs para golpear a los enemigos.
Sin embargo, si hay
algo en lo que destaca Batman: The Movie para los 16 bits de SEGA
es la recuperación de los niveles en vehículos. Este fue uno de los mayores
puntos flacos del juego para NES, pues sus usuarios no habían podido
disfrutar de niveles a bordo del batimóvil y la batiala. De este
modo los cinco niveles originales cuentan con dos fases adicionales por las que
recorrer los calles y cielos de Gotham. Si a esto le añadimos que la dificultad
de esta versión, si bien sigue siendo elevada, ya es más fácil de ser
completada, lo cierto es que estamos ante un título muy rejugable aún a día de
hoy, por lo que darle una oportunidad vía emulador es algo que desde aquí os
recomendamos.
Hasta ahora las
versiones que hemos visto de Batman: The Movie no están nada mal.
De hecho, son títulos notables, que con sus más y sus menos aguantan el paso de
los años y son redescubiertos por generaciones posteriores de fans del
Murciélago y los juegos retro. Sin embargo, hemos guardado lo mejor para el
final. Y si no que se lo digan a Atari, la cual a finales de 1990
parió una recreativa que aún sigue estando entre las más descargadas para el conocido emulador MAME.
Nada más iniciarse
el juego, este ya nos ha ganado por completo gracias a su apartado sonoro,
directamente extraído de la película, pudiendo escuchar los conocidos "I'm
Batman!", "Have you ever danced with the Devil by the pale
moonlight?" y otras frases conocidas de Michael Keaton y Jack
Nicholson. En esta ocasión la banda sonora sí que es la de Danny Elfman,
con los temas que a muchos de nosotros se nos quedaron grabados a fuego en la
memoria hace años.
Gráficamente el
juego supera abiertamente a sus competidores (no en vano nos encontramos ante
un juego que funciona bajo una placa arcade, las cuales hasta bien entrada la
generación de los 128 bits, seguían siendo superiores a las propias consolas). Los sprites
empleados son grandes y cuentan con muchos detalles, especialmente Batman
y el Joker (aunque cuando este último aún es Jack Napier su modelo es el de
un matón con gabardina púrpura un poco más peligroso que el resto). Además, los
escenarios son totalmente reconocibles, mucho mejor conseguidos que en la
versión de NES. Las calles realmente dan la sensación de peligro y
dejadez, la fábrica química Axis respira toxicidad por los cuatro costados, el
Museo es un verdadero caos lleno de esbirros y trampas del Joker, y la catedral
Flugelheim parece desmoronarse de un momento a otro.
A nivel jugable,
nos encontramos ante un frenético beat 'm' up 2D, en el que los enemigos
(pandilleros, mafiosos, y payasos, todos ellos con varios modelos diferentes) vendrán
sin parar por todas partes y dependiendo de con qué ataquen al Encapotado, su
esperanza de vida será mayor o menor. Los puñetazos y patadas apenas son un
problema para Batman, mientras que dos o tres puñaladas bastarán para hacernos
morder el suelo. Por último, recibir un balazo, una granada o caer en una de
las trampas del Joker (cajas sorpresa, globos explosivos, y las míticas
dentaduras no querían perderse la fiesta de golpes) bastarán para hacernos
perder una preciada vida. Para hacer frente a todo esto únicamente contamos con
nuestros ataques cuerpo a cuerpo y los gadgets de siempre: batarangs,
bombas de humo y gancho para colgarnos.
Aún así, la
curva de dificultad está muy bien ajustada, y si contamos con cierta
habilidad solo encontraremos algún que otro problema en los últimos compases
del juego, cuyo mayor problema es su duración: alrededor de 45 minutos
tardaréis en salvar Gotham. Sin embargo, no hay que olvidar que estamos ante un
juego de recreativa, destinado a hacernos continuar el mayor número de veces
posible. Afortunadamente, eso a día de hoy no es problema, por lo que la
rejugabilidad está más que asegurada.
Por si fuera poco,
los chicos de Atari fueron conscientes de la popularidad de los niveles
en vehículos, por lo que incluyeron tres (dos en batimóvil y uno en batiala),
dando lugar a un total de 8 niveles en los os sentiréis como el
auténtico Batman, así que no perdáis la ocasión de darle una oportunidad al
dichoso videojuego. La escasa cantidad de espacio que ocupa en el disco duro no
es comparable al buen rato que pasaréis jugándolo.
Desgraciadamente Atari no volvió a realizar
ningún juego basado en el murciélago (muchos hubiéramos matado por catar una
recreativa de Batman Returns al nivel de esta), pero Sunsoft
aprovechó 1991 para lanzar Batman: Return of the Joker, de
nuevo para NES y Mega Drive/Genesis, en el que Batman sigue copiando las
técnicas de otros personajes de videojuego, cambiando en esta ocasión a los
ninjas por el celebérrimo Megaman. Pero esa es una historia de la que
hablaremos la próxima semana. ¡Hasta entonces, batifamilia!
Etiquetas: Batman, Batman y los videojuegos, Jack Napier, Joker, Video juegos
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