Hemos entrado a territorio de película de terror amigos míos; Batgirl #21 oscurece todavía más el tono de la serie regular escrita por Gail Simone con un desenlace macabro para una antagonista macabra. En el numero anterior fuimos introducidos a una nueva Ventriloquist, personaje que difiere del enemigo clásico de Batman y la versión de Paul Dinni para Detective comics (por parecer algo que pario el director de Rec.). Una chica macabra con un muñeco que se mueve por si solo haciendo bromas sexuales mientras mata a sus victimas con tornillos enterrados en las manos. ¿Un enemigo propicio para esta etapa sombría en la vida de Barbara? Podría ser, si Batgirl no viviera en una constante espiral de nubes negras.
Para recapitular, la chica mato a su hermano, se hecho a la policía de Gotham encima y puso su conexión con el murciélago detrás. El comic inicia con el miembro más cercano de la Batfamilia intentando reconstruir un puente de confianza con ella. Nightwing discute los recientes acontecimientos en la vida de la pelirroja mientras desarma a una banda de Scarecrows wannabe haciendo piruetas con gracia en Chicago bajo la lluvia entre panel y panel. Todo esto estructurado en tres hermosas paginas dibujadas por el nuevo artista de turno Fernando Pasarin. Pero Batgirl tiene cosas mas importantes que hacer que atender a su viejo crush. La ventrílocua tiene a una mujer secuestrada y es cuestión de tiempo antes de que le arranque los ojos; en menos de dos paneles Barbara deduce la ubicación de la villana y no corta ni perezosa se lanza en su Batcycle a enfrentarla.
Mientras tanto, Gordon hace una aparición esporádica recordándonos el juramento que hizo de atrapar a la asesina de su hijo. Mamá Gordon que esta con él no le presta mucha atención, por que a como esta mujer suele hacer, esta empacando sus cosas para largarse por que la situación se puso dura; los ex Gordon comparten un apasionado beso que acaba agridulcemente con el Comisionado solo y de pie bajo el umbral del apartamento de la mamá de Barbara.
El clímax ocurre en una casa abandonada de los suburbios de Gotham, donde los cadáveres de los padres de la Ventrílocua y la chica secuestrada comparten mesa. En lo que Babs irrumpe en el pequeño hogar feliz la sicópata utiliza a su familia como títeres zombies. ¿Es meta humana? No se nos dice, pero las cosas se ponen sangrientas rápidamente. Para poder liberarse del ataque de mami y papi, Barbara hace que se laceren mutuamente; papá pierde la cabeza y mamá recibe un cuchillo a través del cráneo. Los colores de Blond añaden intensidad a la macabra secuencia al pintar los sucesos en gris excepto por la abundante sangre roja que recorre los cadáveres.
No soy fan de esta versión de Ventriloquist, en especial de su muñeco, “Ferdie”, un degenerado pedazo de madera que agrede verbal y físicamente a las mujeres a su alrededor con fuertes insinuaciones sexuales. No se lo que Simone quería lograr aquí, ¿tal vez una critica? Pero aun así es incomodo leerlo en un cómic de Batgirl.
Barbara se las arregla para hacer estallar al muñeco y hacerle sentir su furia a la Ventrílocua, la inocente estrella pop es salvada (si la secuestrada era una cantante) y Barbara vuelve a su hogar más feliz consigo misma a pasar tiempo de calidad con su compañera de cuarto pero, UH-OH, hay amor en el aire.
Batgirl #21 es un número bizarro, pero no fuera de lugar en una serie que en capítulos anteriores tuvo al Joker arrancándole el dedo a la mama de la protagonista. Simone tiene que consolidar el tono de la serie y no estar saltando de lo macabro a lo serio tan bruscamente.
Para recapitular, la chica mato a su hermano, se hecho a la policía de Gotham encima y puso su conexión con el murciélago detrás. El comic inicia con el miembro más cercano de la Batfamilia intentando reconstruir un puente de confianza con ella. Nightwing discute los recientes acontecimientos en la vida de la pelirroja mientras desarma a una banda de Scarecrows wannabe haciendo piruetas con gracia en Chicago bajo la lluvia entre panel y panel. Todo esto estructurado en tres hermosas paginas dibujadas por el nuevo artista de turno Fernando Pasarin. Pero Batgirl tiene cosas mas importantes que hacer que atender a su viejo crush. La ventrílocua tiene a una mujer secuestrada y es cuestión de tiempo antes de que le arranque los ojos; en menos de dos paneles Barbara deduce la ubicación de la villana y no corta ni perezosa se lanza en su Batcycle a enfrentarla.
Mientras tanto, Gordon hace una aparición esporádica recordándonos el juramento que hizo de atrapar a la asesina de su hijo. Mamá Gordon que esta con él no le presta mucha atención, por que a como esta mujer suele hacer, esta empacando sus cosas para largarse por que la situación se puso dura; los ex Gordon comparten un apasionado beso que acaba agridulcemente con el Comisionado solo y de pie bajo el umbral del apartamento de la mamá de Barbara.
El clímax ocurre en una casa abandonada de los suburbios de Gotham, donde los cadáveres de los padres de la Ventrílocua y la chica secuestrada comparten mesa. En lo que Babs irrumpe en el pequeño hogar feliz la sicópata utiliza a su familia como títeres zombies. ¿Es meta humana? No se nos dice, pero las cosas se ponen sangrientas rápidamente. Para poder liberarse del ataque de mami y papi, Barbara hace que se laceren mutuamente; papá pierde la cabeza y mamá recibe un cuchillo a través del cráneo. Los colores de Blond añaden intensidad a la macabra secuencia al pintar los sucesos en gris excepto por la abundante sangre roja que recorre los cadáveres.
No soy fan de esta versión de Ventriloquist, en especial de su muñeco, “Ferdie”, un degenerado pedazo de madera que agrede verbal y físicamente a las mujeres a su alrededor con fuertes insinuaciones sexuales. No se lo que Simone quería lograr aquí, ¿tal vez una critica? Pero aun así es incomodo leerlo en un cómic de Batgirl.
Barbara se las arregla para hacer estallar al muñeco y hacerle sentir su furia a la Ventrílocua, la inocente estrella pop es salvada (si la secuestrada era una cantante) y Barbara vuelve a su hogar más feliz consigo misma a pasar tiempo de calidad con su compañera de cuarto pero, UH-OH, hay amor en el aire.
Batgirl #21 es un número bizarro, pero no fuera de lugar en una serie que en capítulos anteriores tuvo al Joker arrancándole el dedo a la mama de la protagonista. Simone tiene que consolidar el tono de la serie y no estar saltando de lo macabro a lo serio tan bruscamente.
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