Una de las cualidades que tenían
las Birds de Duane Swierczynski era la coherencia en los personajes que tan
bien abordó en sus números, lo que flaqueó al final fue el argumento de fondo,
pero no podemos negar que ha sabido llevar bastante bien la evolución de los
personajes, especialmente con de Dinah y Tatsu. Antes de que se marchara, dejó
a Canary con un serio complejo con respecto al vivo recuerdo de su difunto
esposo que ella misma asesinó, lo que provocaba que su grito se descontrolara
de una manera destructiva y, por lo tanto, convirtiéndola en una amenaza. De
resto, saben que Katana está en manos de Nocenti, por lo que la prioridad para
Christy deberá ser solucionar el embrollo que tiene Dinah en la cabeza sin caer
en el tedio y lo predecible; pero también pesa sobre ella la labor de recuperar
esa vieja esencia que los fans tanto reclaman o
al menos levantar el listón con estilo propio. ¿Lo conseguirá? Bueno, algo es
seguro, ha venido a sacudir algunas jaulas… aunque a un precio un tanto cuestionable.
Advierto: a partir de aquí hay spoilers. Como ya vieron en
la portada, en gran parte de estos números el antagonista es Freeze, una
consecuencia que prácticamente surge como añadidura a la decisión de incluir a
un Talon en el grupo y que a decir verdad Christy supo aprovechar muy bien, al
menos al principio. Víctor necesita a un Talon que lo guie hacia los
laboratorios de la corte para poder obtener ese el secreto del compuesto que
logra revivir a los Talons. Aunque dicho motivo es revelado casi al final de
su cruzada, ya que al principio se excusaba expresando una simple y frívola
venganza sobre la corte, que tan descaradamente utilizó sus investigaciones
sobre la criogenia. En ningún momento es aclarado, pero cabe de esperarse que
todo esto tenga como objetivo el poder reanimar a Nora, esa “extraña” que de la
Freeze se enamoró perdidamente y una de las razones por la cual condujo su vida
en esa línea de investigación: el frío. Si desean repasar su origen, pueden
leerlo en el Batman Annual #1.
Esta idea, la manera en que Christy se las ingenio para
añadir a Freeze a la lista de enemigos de las Birds, es buena, coherente, y concisa.
Es una lástima que haya decidido desarrollarla de la manera en la hizo, porque
la premisa es interesante pero en el medio tiene lugar un hecho sorpresivo y
bastante tomado de los pelos, que caerá mal a más de uno y dejará confundidos a
muchos más. ¿Están listos? Starling es una traidora. Ella le proporciona el
chivatazo a Víctor, para que vaya a buscar a Strix. Lo más desconcertante de
todo esto es que Starling no deja muy en claro sus motivos, sólo aclara que en
realidad no fue una traición ya que estuvo de su lado todo el tiempo. Esto deja
algunas interrogantes flotando por nuestras mentes, porque si vinieron
siguiendo la serie sabrán que ella trabaja para Amanda Waller, ex compañera de
Canary del ahora disuelto Team 7, y cabecera de la iniciativa Escuadrón
Suicida.
¿Qué intenciones tiene Starling con Freeze? Bueno, lo más
lógico sería que esté trabajando de encubierta por encargo de Amanda. No sería extraño
suponer que también esté interesada en ese extraño compuesto reanimador. ¿Para
qué? ¿Para qué no? A decir verdad esos números ofrecen muchas preguntas pero
pocas respuestas. Lo único seguro es que nos tenemos que despedir de Starling,
extrañaremos sus chistes y al tío Earl que jamás conocimos.
Paralelamente a esto, mientras las Birds buscan a Freeze y a
Starling, la nueva inclusión del grupo Strix no tiene respiro y tiene un
encontronazo con Calvin Rose, el protagonista de Talon ( guionado por James Tynion
IV), y que debido a desafortunados hechos se ha visto obligado a obedecer los
deseos de la corte. Y por el momento el único deseo de la corte ahora es
detener a la desertora de Strix. El combate conlleva todo un número, siendo
bastante reñido y llevado a cabo entre azoteas y callejones. Al final, ambos
Talons se dan cuenta que no sienten deseos de pelear, y la situación se
resuelve de un momento a otro en Talon #9 de manera abrupta y conformista. Al
final, el entrecruzamiento de Talons termina siendo algo más que anecdótico. Anteriormente en este blog se realizó una reseña aparte
sobre este crossover, pueden leerla aquí y aquí.
Para cerrar con todo lo sucedido en estos números tenemos
que volver a hablar de Cóndor. ¿Ya se habían olvidado de él? Pues resulta que
esta presenté, y parece que Christy tiene planes para él. No sólo pretende
utilizarlo como chivo expiatorio para apartar a Kurt de la mente de Dinah, si
señores, se viene un romance; sino que también promete comprometer a las Birds
y poner en duda su lealtad (¿otro más?) relacionando su pasado con el grupo
terrorista Basilisk. En los cómics el pasado siempre termina encontrándote y
parecen golpear en el momento justo. Cuando Cóndor parecía estar ganando la
simpatía de Canary, ofreciéndole por ejemplo un lugar donde quedarse debido a
que no querían estar en un lugar conocido por Starling, agentes metahumanos
irrumpen en el nuevo escondite. No presentan dificultad alguna a la hora de aturdir
a las Birds y así termina el número, dando el pie de un argumento del cual hablaremos
en la próxima reseña.
En cuanto al arte se refiriere, creo que el relevo de
guionista impulsó a Moleenaar a buscar un nuevo estilo. El cambio se deja ver desde
el #20 y hay que decir que la verdad le queda muy bien. Sus trazos son más
escasos, pero definidos y suaves, dando la sensación de un estilo minimalista hasta
cierto punto, pero muy agradable a los ojos y con detalles más que suficientes.
Además que logra que el trabajo del colorista (Chris Sotomayor) se luzca aún
más, teniendo una participación notable en el enfrentamiento a la cálida luz
del día entre Strix y Calvin.
Como conclusión: el trabajo de Christy Marx tiene sus puntos
altos y bajos. No puedo decir que empezó mal, pero tampoco puedo decir que
empezó con el pie derecho. Las Birds siguen comportándose con cierta
naturalidad (a excepción del primer número, con disputas y algunos diálogos incoherentes)
y eso es un alivió, respeta de cierta forma el legado de Duane; aunque haya
mandado a volar de un plumazo la única creación original de él, y que le
entregaba la frescura que número a número esta serie necesitaba. Sin dudas la
salida de Starling es un golpe bajo del que nos costará recuperarnos, aunque su
regresó sigue siendo una posibilidad, ya que aun necesitamos varias respuestas.
Como se darán cuenta el ritmo es bastante dinámico y no dan descanso, la
guionista tiene buenas ideas, pero le hace falta maestría a la hora de
desarrollarlas. Tengamos paciencia, quizá en algún momento nos sorprenda. Por
ahora, estos números pasan sin pena ni gloria.
Nota: 6.0 (Algo recomendable.)
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