¡Hola bati-amigos! En esta ocasión nos compete hablar del
evento "Zero Year", del cual este número es parte. Seis años atrás, luego de que
la banda de Red Hood haya sido desbaratada por Batman, la oscuridad invade
Gotham con la primera aparición pública de Riddler. Ahora, sin electricidad ni energía
(contexto muy similar al actual, por cierto), la ciudad se ve afectada por el
constante vandalismo y el pánico se apodera poco a poco de las calles. En este
número, Christy Marx aprovecha la ocasión para profundizar más en el pasado de
Dinah y poder así unir algunos puntos. ¿Qué tan recta habrá quedado la línea? Saquen
sus conclusiones. Antes de expresar mi opinión, me dispongo a relatarles un
resumen, por supuesto que hay spoilers.
La historia nos remonta 6 años atrás en Gotham, en donde
podemos ver a Dinah a cargo de un dojo y de algunos estudiantes. En la pared se
puede apreciar un cuadro conmemorativo del antiguo sensei, Desmond Lamar. La
clase parece transcurrir con normalidad, hasta que miembros de pandillas
locales entran en el lugar. Pero esta interrupción no sorprende a Dinah, que
sabía que con la muerte del sensei —el único que mantenía a raya a los
pandilleros— sería sólo cuestión de tiempo para que intentaran presionarla y amenazarla
con dañar el dojo si no pagaba tributo a la banda. La negación de Dinah fue
contundente al igual que sus puños a la hora de defender su hogar, los pandilleros
no esperaban tanta destreza y habilidad en una rubia bonita, y fueron
expulsados rápidamente. A pesar de la victoria, la consternación se instala en
Dinah cuando uno de sus alumnos decide abandonar el dojo de todos modos, tras
explicar que la banda vive cerca de su casa, y prefiere evitar las represalias.
Esa misma noche, mientras limpia el lugar, Dinah no puede
evitar reflexionar sobre lo sucedido y sobre su accionar. Piensan que jamás podrán
temerle como le temían a su sensei, y que por lo tanto más alumnos abandonarán
el dojo a la larga. En buscas de respuestas y un poco de consuelo, decide ir al
cementerio para visitar la tumba Desmond. Durante su visita se dispone a
recordar todo lo que el sensei hizo por ella. La encontró revolviendo un
contenedor de basura cerca de su dojo, y tras verla muy delgada y sucia, le
ofreció pizza. Cuando Desmond pregunta por sus padres o su posible tutor, ella
le da a entender muy encolerizada que su madre la dejó en un hogar para huérfanos,
y que escapó hace algún tiempo. Tras escuchar esto, el sensei le propone
quedarse con él en el dojo, siempre y cuando ella se encargue de limpiarlo y
mantenerlo.

A la mañana siguiente, Dinah encuentra al sensei en el
techo, postrado sobre una alfombra y rezando. Él le explica que es la manera
que tiene de pedirle a Dios que le muestre el camino correcto, y de pedirle sabiduría.
Lo hace durante en el amanecer, porque simboliza un nuevo día, la oportunidad
de volver a empezar y hacer las cosas bien. Los amaneceres pasan, y junto con
ellos, las ganas de Dinah de sólo ser una observadora de las clases. Con el
tiempo se convierte en una alumna más de Desmond, sin dejar de fregar el piso,
ni de concentrarse en sus estudios. Desmond pasa a ser lo más cercano a un
padre para Dinah. Transcurridos varios años, Dinah interrumpe una de las
meditaciones al amanecer para ofrecerle al sensei una taza de algo caliente.
Mientras se la alcanza pregunta por el diagnóstico de la doctora, él le informa
que le diagnosticaron cáncer cerebral, y que a partir de ahora el dojo será su
completa responsabilidad. Juntos y abrazados, se quedan contemplando el
amanecer… esperando el inicio de un nuevo día.
Ahora en el presente de Zero Year, y luego de la visitar al
cementerio, Dinah se encuentra tomando el metro, reflexionando sobre su sensei
y que ella siempre estará a su sombra. Sus pensamientos se ven interrumpidos
con el repentino frenado de los vagones, y el corte eléctrico. La oscuridad
había llegado finalmente a Gotham. Antes de que todos pierdan la calma, Dinah
se dispone a tomar el control de la situación, pidiendo la colaboración de
aquellos que posean alguna fuente de luz. Con la ayuda de alguien más, logra
abrir la puerta del vagón, tras salir a las vías les pide a aquellos que tengan
luz que guíen a los heridos a las salidas. Entre esas personas que Dinah ayudo
aquella noche, se encontraba Miz Ettie, esa ancianita de color que ya ha aparecido
en otros números y que todo lleva a pensar que cobrará un significante
protagonismo en futuras entregas.

Más tarde, esa noche, Dinah vuelve a pensar en el futuro del
dojo mientras friega el piso. Debido a la actual oscuridad de la ciudad, nadie se
presentó a clase. Pero pronto averiguará que es mucho peor que sólo eso, cuando
un ladrillo atraviese su ventana y se vea intimada a salir afuera. Las calles
eran un caos, la oscuridad propiciaba el delito y el vandalismo. En frente, una
anciana trataba de defender infructuosamente su negocio con gritos e
improperios. Dinah fue a ayudarla y le advirtió a unos de los vándalos que no
volviera por estas calles. Antes de que la anciana pudiera agradecerle, Dinah
nota que alguien se encuentra muy mal herido en un callejón oscuro y decide
asistirlo. Llega demasiado tarde como para salvarle la vida, pero sí para
escuchar su última voluntad, la cual es que le entre a un tal Lynch un
dispositivo que llevaba con sigo. Dinah no terminaba de comprender lo sucedido,
que unos pares de ninjas habían aparecido delante de ella. Un compartimiento
hostil la advierte del peligro y se defiende con uñas y dientes. Sin embargo
ellos llevaban espadas, y se da cuenta que lo mejor es correr y rezar por
perderlos.
Mientras corre se da la idea de que escapar es imposible, y
que seguramente el dispositivo que le entrego aquél hombre se la razón de que
puedan seguirla con tanta facilidad. Finalmente llega a un camino sin salida y
es rodeada. Ellos le exigen que les entreguen el dispositivo, pero Dinah
comprende que a partir de ahora no importa lo que haga, ellos tratarían de
matarla, y resuelve morir luchando. Y ese podría haber sido su destino, sino
fuera por la aparición repentina de las fuerzas armadas de Lynch, que disparan
y asesinan a todos los ninjas, exceptuando a un afortunado que logra escapar. Luego
de que las aguas se calmaran, el propio Lynch le informa a Dinah que son del
gobierno, y ella recordando su promesa, le entrega el dispositivo.

Más tarde en una camioneta militar, y en dirección al dojo,
Lynch es presionado por Dinah para que le cuente lo sucedido y termina
cediendo. Al parecer el hombre asesinado trabaja en una empresa de alta tecnología,
encargada de producir generadores capaces de realizar ataques de pulsos electromagnéticos
(en términos simples: pueden provocar cortes de luz). El dispositivo entregado
a Dinah y luego a Lynch, contiene un pendrive con información importante acerca
del causante de este gran apagón. No obstante, sospechan que los ninjas están a
cargo de un tercero, desconocido hasta el momento. Al llegar al dojo, los ojos
de Dinah derraman lágrimas al verlo envuelto en llamas. Entonces Lynch le
propone una solución elegante, argumentando que se vio impresionado por su
actuación con los ninjas, la invita a unirse a su grupo. Ella no lo piensa
mucho, y mientras se marchan todos juntos en la camioneta, Dinah siente la
llegada de un nuevo amanecer.
Todo muy lindo pero llego el momento de hablar de manera
realmente crítica sobre este cómic. A mí en lo personal el cómic no me terminó
de gustar. Creo que se debe más que nada al nuevo pasado que le han dado a
Dinah y que no se corresponde, ni se le acerca, al de la antigua continuidad.
Ahora su madre ya no era una antigua súper heroína, sino que es vista como una
madre que no quiso a su hija y que la abandonó a la suerte de Dios. Entiendo
que por cuestiones argumentativas y de tiempo y espacio no pueden calcar los
pasados de los personajes, pero al menos deberían intentarlo o encontrar
soluciones alternativas. No desfasarlos y destruirlos por completo, sólo para
conseguir un resultado bastante mediocre. No se honró ni se hizo referencia al
pasado de la antigua Black Canary, y eso me disgustó. En cambio, ahora resulta
que era una huérfana (si, otra más) que fue entrenada por un sensei para más
tarde combatir ninjas. Como si no tuviéramos ya suficientes tramas orientales
en esta continuidad, que ahora quieren introducirlas en todos lados.
El guión entero es un cliché tras otro, tantas veces visto,
tantas veces leído, que no sorprende y poco entretiene. ¿Qué tiene que ver este
número con Zero Year? Realmente poco, pudimos ver a Dinah rescatando gente en
el metro tras el apagón y no mucho más. ¿Porque tengo la sensación que ese
argumento de los ninjas, el pendrive, y el dispositivo de pulsos electromagnéticos no llevarán a ningún lado, o al menos a nada bueno? Hubiera preferido que el
número entero se tratara de Dinah ayudando a la gente, números al estilo de "Cataclysm",
donde podíamos apreciar la parte más humana de nuestros héroes y no su destreza
a la hora de pelear con ninjas… o comer pizza. El nuevo personaje maestro de
Dinah, Desmond Lamar, tampoco me llamo la atención. Me resultó un personaje
vacío, carente de personalidad, que sólo estaba ahí para cumplir su función en
la historia: ser un tipo más bueno que el pan integral, que luego debe morir
para darle emoción al pasado de Dinah. Seguro, su muerte solo podría emocionar
a Dinah, porque al lector no le importa la muerte de personajes así. Quizás esté
siendo un poco duro con Christy, pero en verdad me dio la impresión que no se
la rebusco mucho para este número, fue a lo habitual, a lo de siempre, a lo
seguro, y ni siquiera me gusto como se desarrollo.

En cuanto al arte, quizás sea el número más caótico en lo
que a ese apartado se refiere, habiendo participado tres artistas diferentes. La
mayor parte del número fue dibujado por Romano Molenaar, otra parte por Travis
Moore y sólo una página fue dibujada por Daniel Sampere; una lástima, es mi
preferido de entre los tres. Aunque aprecie el trabajo de Molenaar, como ya he
dicho en anteriores reseñas, en esta ocasión creo que trabajo a las apuradas,
sus dibujos fueron simples y muy pocos detallistas. Eso sí, en las escenas de
acción sigue sabiendo como transmitir el dinamismo de los golpes y el
movimientos del cuerpo. En cuanto al trabajo de Travis, no puedo decir mucho.
Se me hizo más grato que el de Molenaar por momentos, sólo porque era más
detallista y llenaba mejor los recuadros, pero realmente no me gusto del todo
su manera de dibujar a Dinah. En términos en generales el arte estuvo por
debajo de la media, no llega a ser decepcionante, pero está claro que podría
haber sido mejor.
En conclusión este es un mal número. Muy directo, ¿no? Su
lectura es totalmente prescindible tanto si estás siguiendo el evento, como si
estás siguiendo las Birds. ¿Sientes curiosidad por el pasado de Dinah? No te
preocupes, no te pierdes de nada. Aún así, si eres un fan léetelo. Lo visto
aquí no es nada nuevo, pero quizá te termina gustando. Es cuestión de dejarte
llevar. Creo que yo no lo hice.
Posdata
anecdótica: ¿Por qué las portadas tienen que ser tan vende humo siempre? Dinah
nunca usa ese traje, una lástima, se veía bien.
Nota: 4.5 (Mediocre +)