¡Saludos a todos, queridos lectores! En primer lugar,
quiero darles las gracias por la estupenda acogida que ha tenido nuestra
entrega dedicada a Arkham Asylum. Sabemos lo mucho que la mayoría
de ustedes estima a la obra magna de Rocksteady, y aquí en El Blog de
Batman no queríamos defraudarles. Todo lo contrario. Por eso mismo hoy
volvemos a la carga con Arkham City, secuela de la obra maestra
de 2009.
Sin embargo, antes de nada es preciso hacer una
pequeña recapitulación de los hechos: Batman: Arkham Asylum fue toda
una revelación cuando se lanzó al mercado. Hasta ese momento, los juegos buenos
basados en cómics se contaban con los dedos de una mano, y no podían medirse de
tú a tú con los grandes del género. Sin embargo, en Rocksteady tomaron un
personaje querido por todos y dejaron que fluyera la pasión por el mismo de
principio a fin.
Arkham Asylum fue un éxito de crítica y público, convirtiéndose en la prueba definitiva de que un juego basado en una licencia puede buscar la excelencia y alcanzarla, siempre que alguien se preocupe lo suficiente. Naturalmente, una secuela tenía que venir, y Rocksteady se enfrentó a un reto nada envidiable: hacer un juego mejor que Arkham Asylum.
Arkham Asylum fue un éxito de crítica y público, convirtiéndose en la prueba definitiva de que un juego basado en una licencia puede buscar la excelencia y alcanzarla, siempre que alguien se preocupe lo suficiente. Naturalmente, una secuela tenía que venir, y Rocksteady se enfrentó a un reto nada envidiable: hacer un juego mejor que Arkham Asylum.
Ya tenemos listo el escenario para una historia de Batman llena de giros argumentales y cameos que bien podría formar uno de esos grandes eventos en viñetas que tanto gusta a la editorial del siempre polémico Dan Didio. El juego cuenta con un elenco de personajes abrumador, tanto de principales como secundarios de lujo (las breves apariciones de Azrael o Hush suponen un plus a nuestro fanatismo como fervorosos lectores), pero no desvelaremos todos por si algún pobre diablo aún no ha podido catar esta maravilla de juego. De hecho, casi podríamos decir que a nivel de personajes, Arkham City es casi el mayor tributo Batman en el mundo del videojuego.
El mayor cambio que hay entre Arkham City
y su antecesor es que ahora ya nos encontramos ante un mundo abierto, al estilo
de GTA o Red Dead Redemption. Se acabó pasear por
los angostos pasillos del sanatorio más famoso del noveno arte. Ahora Batman
patrullará a lo largo de serpenteantes calles y tejados, haciendo sentirnos
como en una de las mejores historias del legendario detective. Y por ello
mismo, Rocksteady ha creado nuevamente un sistema de control y
habilidades para satisfacer nuestras fantasías emulando a Batman. Deslizarse
por el aire, emplear el gancho para ir de cornisa en cornisa, sus fieles
batarangs, granadas de congelación… Los gadgets con los que contamos en Arkham
City son muy numerosos pero sencillos e intuitivos. Como debe ser, no estarán
disponibles desde el principio, sino que a lo largo de la aventura se irán
desbloqueando y proporcionando a su vez nuevas rutas a sitios inaccesibles,
conservando así el sabor a Metroid que desprendía Arkham Asylum.
No solo los gadgets y el tamaño de
la ciudad han sido mejorados, sino que el sistema de combate free-flow
vuelve para deleitarnos de nuevo con unos enfrentamientos únicos e
impresionantes. Combos, contraataques, saltos imposibles, cámaras
cinematográficas. Un servidor muchas veces disfrutaba más machacando sin piedad
a los criminales que cumpliendo misiones de la historia principal, con eso os
lo digo todo.
Además, hay enemigos que requieren
el uso de gadgets o movimientos específicos para ser derrotados, todo ello
mientras somos rodeados por más y más matones, lo que añade esa sensación que
tanto nos gusta ver en los cómics: Batman es un dios entre los mortales y
puede quitarse de encima limpiamente a cuanto ratero de tres al cuarto le
echen.
Sin embargo, no todo es perfecto.
Pese a que el combate es fluido y a que contamos con numerosos gadgets, esto no
es siempre algo bueno, ya que Batman: Arkham City pretende
abarcar tanto, que en ocasiones termina saturándonos. Eso es justo lo que
ocurre no solo con el sistema de combate, sino también en la historia, como ya
veremos posteriormente. Sin lugar a dudas es fantástico tener variedad de
opciones, pero en el juego impera un exceso de información que hará que no
aprovechemos todas las herramientas como debemos. A veces es difícil recordar
bien todas y cada una de las herramientas y habilidades de Batman, y no será
extraño que nos atasquemos debido a que se nos olvidó qué habilidad usar en ese
justo momento.
Por otra parte, se ha subsanado una de las pocas
críticas de Arkham Asylum: sus jefes finales. Y es que salvo los
enfrentamientos con el Espantapájaros y Killer Croc (que casi eran más
puzles que combates), los combates contra Bane, el gigantesco Joker adicto al
Titán o incluso Poison Ivy se resolvían de la misma forma que las luchas
normales y corrientes. Afortunadamente, aquí ese aspecto ha sido subsanado y es
toda una delicia disfrutar de combates a la altura contra Ra’s al Ghul e
incluso con Mr. Freeze (sorprendentemente uno de los momentos más
conseguidos del juego). Ojalá se hubiera mantenido el tipo de la misma manera
en el combate final, genérico y sencillo hasta decir basta. Casi más que el de
Arkham Asylum.
La exploración y el combate son
solo dos tercios de la “experiencia Batman”. La caza cual depredador
regresa, teniendo que liquidar sigilosamente a los matones armados empleando el
entorno y la famosa visión de Detective, que no falta a la cita, aunque a veces
la irregular IA enemiga nos juegue malas pasadas, afeando un poco una
ambientación por lo demás inigualable. Y es que Arkham City es decadente,
deprimente y morbosa. Rezuma sabor a Gotham por todos los poros. Eso es
muy difícil de lograr, por lo que es digno de más de un aplauso.
La campaña principal tiene más de
ocho horas de duración, pero hay toneladas de contenido adicional. La mayoría
de misiones secundarias son casi una historia en sí misma y digna de enmarcar
en algún one-shot del personaje, con momentos que superan a la historia
principal. A su vez, Riddler regresa con sus trofeos, aunque ahora
parece haber aprendido de las películas de Saw y nos muestra su lado más
sádico torturando a policías mediante maquiavélicos puzles. Habrá que emplear a
fondo el ingenio si queremos salvarlos a todos.
Dentro del juego principal también
se encuentran varias misiones con Catwoman, aunque flojean bastante que
cualquier parte en la que controlemos a Batman. Selina Kyle es mucho menos
hábil y flexible que Batman s durante el combate, y su capacidad para desplazarse
por la ciudad es menos fluida, aunque no se puede negar que sus movimientos
están realmente conseguidos. Se mueve como Catwoman y se ve como Catwoman,
aunque nos gustaría controlarla un poco mejor. Tampoco podemos dejar de lado la
historia adicional que sirve a modo de epílogo descargable: “La Venganza de
Harley Quinn”, en la que controlaremos a Robin (Tim Drake). No
diremos más para evitar spoilers innecesarios.
Fuera de la campaña, vuelven los
mapas desafío, que siguen la misma estructura que los de Arkham Asylum, aunque
ahora se suman Catwoman, Nightwing y Robin (estos dos últimos solo en la GOTY Edition del juego o
mediante descarga digital).
Sin embargo, Arkham City no
consigue quitarse una gran losa de encima: su ritmo narrativo irregular. Es
cierto que ofrece una historia fantástica, pero carece de la contención de
Arkham Asylum. Por el contrario, aquí parece que la trama quiere expandirse y
saturar al jugador hasta agobiarle, dando lugar a muchos momentos artificiales
y forzados, especialmente el tramo final, repleto de personajes Deus Ex Machina
que son un tanto lamentables. Esto no quiere decir que la trama sea de chiste o
no merezca ser tenida en cuenta, pero hay que reconocer sin ningún miedo a que
está bastante por debajo a la de su antecesor.
En definitiva, Batman: Arkham
City intenta ser perfecto en todos los aspectos y eso termina pasándole
factura. Rocksteady vuelve a rendir homenaje a uno de los mayores iconos
del cómic (y a estas alturas, también del cine), proporcionando una experiencia
con la que podemos perdernos durante horas, pese a sus excesos y narrativa
irregular. Pero no os dejéis engañar, el producto final configura uno de los
mejores juegos de los últimos años y si es superado por Arkham Asylum es
tan solo por un margen mínimo. De hecho, cuando hayáis terminado con el juego,
estaréis como un servidor, pidiendo más y más, pero no porque al juego le falte
contenido, sino porque es endiabladamente divertido ser Batman.
Comentarios
Espero con ganas las próximas reseñas. ¡Saludos!.
Saludos xD