
El número anterior finalizaba con la intrusión de varios
agentes metahumanos de Basilisk, en la nueva base de operaciones de las Birds,
dejándolas fuera de combate a todas, incluyendo a Cóndor. Al inicio de este
número nos enteramos lo que realmente está sucediendo y que fue lo que ocurrió con
las Birds. Debo decir que todo esta escena me recuerda mucho al cómic de
Superman: “Para el Hombre que lo Tiene Todo”, escrito por Alan Moore. Uplink es
una metahumana que tiene la habilidad de “distraer” a la mente humana con
ilusiones e imágenes. Pero dichas ilusiones deben ser idóneas y gratas, para
que el que las padezca no desea despertar. Es así como la mayoría de las hojas
de este cómic (#23) están ahí para ilustrarnos sobre estos sueños, y para poder
adentrarnos en lo profundo de las mentes de cada Bird.
Todo parece marchar bien para Basilisk. Mientras sus
enemigos duermen, ellos esperan el helicóptero que usarán para transportar a sus
presas. Nos metemos en los sueños de Condor, como era de esperarse, son
sucesivos encuentros románticos con Dinah, definitivamente el no va a
despertar. Dinah, en cambio, rememora un momento crucial en su vida, aquél en
el que asesina a su esposo, pero ahora con un notable cambio: Kurt sobrevive;
pero de inmediato la arrebata una extraña sensación de culpa y la imagen de su
esposo es reemplazada por la de Condor quien la besa apasionadamente. Dinah
mostró pequeños esfuerzos por despertar, pero finalmente siguió durmiendo,
perdida en su nuevo amor por Condor.
Mientras tanto, en la cabeza de Batgirl, podíamos vislumbrar
una vida feliz acompañada de su familia, celebrando lo que parecía ser el Día
de Acción de Gracias. Estaba su hermano, que por supuesto no se había convertido
en un psicópata asesino. Y también estaban sus padres, que parecían llevarse
mejor que nunca. Eran una familia completa y plena, Barbará Gordon jamás había sido
tan feliz junto a sus padres, que estuvieron siempre. Otra más que no tenía
intenciones de despertar. Pero he aquí la piedra angular en el zapato de
Uplink: Strix. Para los que no lo saben, Strix tiene un pasado sumamente
terrible y triste, ella y toda su familia se vio afectada por un bombardeo que
organizó Japón en la 2da guerra mundial. Ella logró sobrevivir, aunque con
lesiones trágicas e irremediables, pero su familia no. Por más feliz que lograra
ser su sueño, por más alegre que pudiera parecer la idea de un día de campo
junto a su familia, le resulto imposible olvidar su dolor y el trágico
incidente se volvió a repetir en su mente. El estallido de la bomba puso final
al trance de Strix, que despertó ágil y decidida.
Consiguió librar a Batgirl del trance, tras esquivar el
poderoso puño de uno de los agentes de Basilisk. Juntas combatieron con el más
grandote del grupo, pero perdieron demasiado tiempo y antes de que pudieran
notarlo Condor y Black Canary ya estaban en el helicóptero, todavía dormidos.
Cuando todo estaba listo, la metahumana aparentemente líder del grupo y que al
parecer tuvo un amorío con Condor en el pasado, despliega aun más el tornado
proveniente de sus extremidades y desaparecen al instante. Dinah y Condor se
habían ido, Strix y Batgirl se sentían impotentes al ver al helicóptero marcharse
y desaparecer en el cielo.
La siguiente escena nos lleva inmediatamente a las instalaciones
de Basilisk, donde Canary finalmente despierta de su sueño, rompe con su puño
el cristal de la capsula donde estaba confinada, y se sorprende al notar que al
lado suyo se encontraba otra capsula conteniendo a su esposo. Regulus observaba
toda la escenita por detrás de ella.
Voy a terminar los spoilers aquí, a pesar de que en realidad
esta reseña abarca los números #23 y #24. Pero lo más destacable en cuanto al
argumento es lo que les acabo de relatar, y sin embargo no puedo quitarme la
sensación de que se traba de un mero relleno. Y sí, todo ese relleno de los
trances mentales me pareció mucho más interesante que todo lo que se desarrolla
en el #24, a pesar de ser sumamente importante para el arco, por lo que su
lectura es imperativa.
Por lo que voy a hablar del #24 sin develar detalles. Todo el
interés que podría haber generado este arco, al involucrar el inevitable
reencuentro de Dinah y Kurt, fue totalmente opacado por la incompetencia de
Christy Marx a la hora de establecer un villano (u organización terrorista) interesante,
o al menos decente. El guión decae mucho, y por momentos roza lo incoherente y
hasta infantil. La verdad es que jamás esperaba que surgiera algo buena de esta
organización Basilisk, pero no hay duda alguna que podría haber sido abordado
de una mejor manera, sin caer en esos típicos clichés que tanto aborrecemos. En
lo único que puedo pensar ahora es en que todo lo referente a Basilisk termine
de una vez, y que al menos la guionista logre encaminar el futuro de Kurt y
Condor, del cual todavía no se sabe mucho.
En cuanto al arte, tengo que hacer una corrección de la
reseña anterior. Yo dije que en los números anteriores se podía apreciar un
arte notablemente distinto, a pesar de tratarse del mismo artista: Romano Molenaar.
Y ese cambio se lo adjudique a un cambio experimental de estilo por parte de
Molenaar, bueno, cambio de estilo las bolas. Estaba ciego, pero ahora puedo ver.
Dije cualquier estupidez, el cambio radicaba realmente en el entintado, que al
principio estuvo a cargo de Vicente Cifuentes y hace unos pocos números que está
a cargo de Jonathan Glapion (Batman). Y aquí sigue estando a cargo del
entintado Glapion, y tengo que decir que me gusta más, me agrada, las líneas son
más suaves, y por algún motivo los colores se ven más vistosos. De todos modos
aprecio el trabajo de Cifuentes, y si vuelve lo estaremos esperando con los
brazos abiertos. Me gusto mucho las viñetas de los trances mentales, donde los
cuadros eran divididos por una pintoresca y gruesa raya rosa de psico-energía.
De resto, el arte pasa bastante desapercibido, pero no es algo que desagrade
tampoco, para nada.
En conclusión, estamos ante un número promedio y otro
bastante mediocre. Decir que es una lástima, que podría haber salido mejor, me
parece que sería llover sobre mojado. Creo que Christy se esta viendo obligada a cerrar
un círculo que abrió Duane en su momento, y lo hace de una manera abrupta y
corta de inspiración, simplemente porque no fue idea suya y sólo esta saldando
la deuda del guionista anterior. Al menos es mi sensación. No le daré puntaje
todavía, porque quiero esperar a ver como concluye todo, que no será en el
siguiente número porque nos toca un tie-in de Zero Year. ¡Así que nos vemos en
la próxima reseña!
Comentarios