Reseña: "Red Hood And The Outlaws" #25 - "Zero Year"

Ya llevamos una porción de mes cargado de tie-ins, en el marco de "Zero Year", evento que profundiza en el origen del Hombre Murciélago y sus aliados (o, en algunos casos, "conocidos").

Como era de esperarse, el muchacho rudo de la Batfamily  no podía quedarse afuera, y en esta entrega exploramos un poco más sus primeras andanzas. Obviamente, no puedo evitar partir señalando el inmenso alivio que sentimos al escaparnos, aunque solo fuese por este número, de los imposibles trazos de Julius Gopez. Es un placer prescindir de dicho martirio.

Pero en lo que a lo argumental respecta, partimos con una entrega situada en el contexto de apagón generalizado en nuestra querida Gotham, cortesía de un maquiavélico Riddler. Una ciudad que de por si alberga el caos y la oscuridad, sin energía, es un verdadero desastre: una realidad que la voz en off de nuestro héroe describe, mientras una familiar figura femenina (y vaya qué femenina) recorre estos laberintos sinuosos en motocicleta. Una joven -y viva, por cierto- Thalia Al' Ghul, encuentra finalmente lo que andaba buscando: algún maleante callejero que pueda proporcionar información sobre la Red Hood Gang.

Acontecido esto, nos enteramos que el relato que Jason esbozaba, tenía a su madre como oyente, aunque no precisamente como tal, ya que se encontraba en un estado de coma, seguramente producto de las drogas. El futuro Robin y Red Hood conversa tiérnamente con una madre que no ofrece mayor feedback, tratando de expiarse; sentimiento de culpabilidad que aún, seguramente, existía en Jason al no haber sentado las bases para convertirse en el descorazonado forajido que es actualmente (o que era hasta antes de perder su memoria). En este contexto, uno de sus amigotes intenta sorprenderlo, pero el futuro petirrojo lo evita habilmente. Su amigo le señala que deben acercarse con urgencia a un lugar, donde se esconde un secreto de primera.

El secreto resulta ser el cuerpo sin vida de dos miembros de la Red Hood Gang, con sus máscaras puestas y listas para ser reutilizadas por algunos jóvenes con problemas de identidad. Un escenario perfecto para evadir los problemas y empezar de cero, con la imagen corporativa de esta malvada pandilla. Sin embargo, mientras los muchachos conversan esto, una figura sospechosa, con la cara cubierta de vendajes y una macabra sonrisa, los observa desde las sombras.

Thalía continúa su cruzada en busca de información, y se adentra, no exenta de violencia, en los bajos mundos de la ciudad. Estos lugares están igualmente potenciados en su calidad de peligrosos, con la ausencia de luz. Esto no parece importarle a la Hija del Demonio, que se enfrenta en solitario a varios maleantes anonimos. La escena es captada por Jason, quien aprovecha la oportunidad de suprimir su identidad civil y vestir la capucha, encarando a los protagonistas de esta pequeña escaramuza. Thalía se adelanta ante cualquier descenlace, y les exige la retirada a los matones, quienes no lo piensan dos veces. Entonces se enfrenta al adolescente, y ambos combaten en términos "amistosos". La curvilínea Al' Ghul le solicita de violenta manera a Jason que entregue toda la información referente a la pandilla, ante lo que el futuro Red Hood dice lo que sabe: una reunión de los encapuchados se realizará en unas horas, y él puede llevarla. Sin embargo, algunas preparaciones son necesarias antes.

En un lugar de entrenamiento, Thalía practica una y otra vez unos movimientos misteriosos (muy en la de Kill Bill), acompañados de una frase "purificadora". Ante la insertidumbre de su joven acompañante y al no tener mucho éxito al parecer, la muchacha maldice la figura de su maestra. Sí, su maestra es la patrona de All Caste, la ancianita Ducra, directamente del set de personajes que ya nos están comenzando a aburrir en el run de el controversial Tynion IV.

Entonces Thalía y su improvisado aliado se embarcan en la cruzada, salvo que la primera deja inconsciente al segundo, ya que no es una misión para menores. Y en soledad, la joven logra encontrar a un gran conglomerado de miembros de la pandilla, atentos ante el ágora de una misteriosa figura encapuchada. Con una bella sonrisa, la peligrosa asesina celebra haber encontrado a su presa.

Las cosas no son tan optimistas para Tood, quien se despierta solo para ver una horripilante figura cubierta de vendajes, de ojos verdes y con una palanca de acero en su mano. Ya los indicios son demasiado evidentes, y me imagino que todo lector se enteró, a estas alturas, que hablamos del Joker, probablemente solo unos días u horas después de haber conocido el fatal accidente que trazó su destino criminal. Y este "pre-Joker",intenta intimidar al futuro Robin, dejándole a entrever que, como buena creación propia, lo utilizará en sus planes malignos en contra de -al parecer- su ex- pandilla. Pero Jason escapa y no tiene más opción que descender hacia donde estaba Thalía. En este lugar, la Hija del Demonio enfrenta a la misteriosa figura, aplicando la técnica tantas veces ensayadas. Sin embargo, esta parece no hacer efecto, desatando la ira de el extraño, quien señala poder oler la prescencia de Ducra en los puños de Thalía. Entonces, se dispone a matarla, pero justo Jason interviene, aplicando la técnica con tal convicción, que esta vez si da resultado.

Mientras en el subterráneo, el Joker-momia-hush prepara el terreno para lo que será un épico incendio, en la reunión de la Red Hood Gang, el malvado ser, que ya no cabe duda de ser uno de los Untitled, comienza a perder su inmortalidad en forma de una escencia gris que emerge de su boca. Thalía percibe este fenómeno y no duda en decapitarlo rápidamente, generando pánico en el joven Tood, quien es rápidamente instruído sobre lo peligroso que son estos entes inmortales.

Jason y su amigote, con la ayuda de Thalía, logran escapar de la arremetida de los secuaces fervorosos de el malvado Untitled, pero estos últimos no logran escapar de la explosión provocada por el Joker y, al parecer, nos damos cuenta de que su ex lider los quiso eliminar para "dejar atrás su pasado". Esa si es una linda manera de enfrentar las desiciones erróneas del pasado: haciéndolos volar a todos.

Y al despedirse, el amigo de Jason le entrega un sendo puñetazo, incriminándolo por haber arruinado la gran chance de ser "alguien" en esta Gotham carente de esperanzas. Sin embargo, Thalía interviene en defensa de nuestro héroe, subrayando el potencial que tiene, señalando que se volverán a ver y dándole un tierno beso en la frente que a todos nos gustaría recibir (aunque probablemente en otros lugares).

De vuelta en su refugio, Thalia es encontrada por su abuelo, quien indica que, en realidad, nunca la perdió de vista. Ra's Al Ghul insiste a la joven que acepte su destino: ser la hija del demonio. Pero Thalía tiene algo más importante en mente: Jason Tood es una figura ante la que hay que estar atento. Fin.

Como ya he dicho en ocasiones anteriores, lo mejor de Tynion aparece cuando nos salimos de su relato principal, cargado de ambiguedades, personajes poco desarrollados y aburrimiento sin fin. Realmente esta entrega fue buena: con múltiples focos de acción, pero hilados de tal manera que nada parece ser confuso. Fue bastante grato este oasis entre un desierto de sinsabores que nos ha proporcionado el discipulo de Snyder, y, por supuesto la gran montaña de porquería que nos ha entregado Julius Gopez. Esto último lo digo porque el trabajo de Jeremy Haun me parece fantástico: los rostros los trabaja de manera sublime y la acción parece realmente escapar de las viñetas. Caracterizó perfectamente la falta de edad y experiencia en los personajes: Jason realmente parecía un muchacho de 16, el Joker vendado era realmente terrorífico y Thalía, bueno, para que decirlo: que me perdone mi novia por cambiarla por un dibujo, mientras duró esta entrega. (Y si esta representación de Thalía fuese de carne y hueso no dudaría en cambiarla de manera permanente).

Como pudieron ver, ya cada vez tengo menos respeto por la objetividad al momento de elaborar estas reseñas. ¿Les pasará lo mismo a ustedes al momento de comentar? ¡Espero que no!