¡Hola bati-amigos! Sí, otra vez reseñando algo que no me
corresponde, pero el señor JokerAnonimo tiene cosas que hacer y la
responsabilidad de suplirlo en sus reseñas de "Detective Comics" ha recaído en
mí. Sin mucho más que aclarar al respecto, vayamos de lleno a lo que nos
compete. Como sabrán, en el #24 (en el medio estuvo "Zero Year") concluyó
el arco argumental de Wrath, arco que había comenzado en el #22. Pero
retrocedamos un poco más atrás, hasta el especial de 80 páginas que fue el #19,
una historia que tendría al científico Kirk Langstrom como uno de sus
protagonista y en donde Layman nos daría una pista sobre el futuro del
personaje, futuro que se desarrollaría más tarde en los back-ups de los números
posteriores. Bueno, parece que ha llegado la hora de cerrar el círculo y es así
como este número se predispone a cerrar la historia de Man-Bat, al menos por el
momento. Veamos como resultó todo, primero con un resumen y luego dando mi
opinión. Por supuesto, hay spoilers.
El número comienza como si de una película de terror se
tratase, con un grupo de adolescentes adentrándose en una cueva. Según transcurre
la trama, se hace más y más evidente que
las cosas no van a terminar bien y nuestras sospechas se terminan confirmando
páginas más adelante cuando vemos los huesos de cada uno de ellos descansando
en las camillas del CGPD, en la sala forense. Por suerte Layman recordó el
proyector holográfico que Bruce había instalado en el primer arco argumental de
Snyder en "Batman", un tipo de detalle otorga una suerte de cohesión entre los guionistas
y las diferentes historias, algo que hace falta últimamente. Nos enteramos que
estos cuatro chicos en realidad sólo pasaron a engrosar una ya larga lista de
desaparecidos, dentro de la cual también se encuentra el supuesto "suicidio"
del hombre que se tiró del puente, en el número anterior. Debido que de aquel
hombre sólo se encontraron los huesos, al igual que los niños, un suicidio no
era una explicación lógica y rápidamente se catalogo al caso como un homicidio;
asesinato que sólo tenía como potencial sospechoso al Dr. Kirk Langstrom, ya
que se había comportado de manera extraña y violenta cuando la policía encontró
el cadáver.
Es obvio que Langstrom sabe algo y el mejor detective del
mundo decide ir tras él, solo. Pero debido a los hechos ocurridos con
anterioridad, Bruce ya sabía cómo lidiar con ese animal, y estaba listo para
detenerlo; equipando al batiavón con cañones sónicos, le resulta fácil
inmovilizar a Langstrom, hasta que juntos caen y entran a un edificio. Batman
se da cuenta que Langstrom ha cedido casi por completo al suero, resignando
gran parte de su humanidad en el proceso. Ahora es más fuerte, bestial, y poco
razonable. De nada sirve mantenerlo en esa forma, así que tras un corto
combate, Bruce arroga al suelo unos pequeños parlantes que emiten un zumbido, logrando
tranquilizar al doctor. Tras la tormenta llega la calma, y Bruce consigue
calmar a la bestia, para así poder conversar con el hombre. Sus sospechas son
ciertas, el constante uso del suero a convertido al Dr. Langstrom en casi un monstruo,
al no tener que depender ya no más de él para su transformación. Ahora puede
transformarse en man-bat casi cuando quiere, el problema es que una vez
transformado su control sobre sí mismo es casi nula.

Batman le ofrece redención al buen doctor, prometiendo llevárselo
a un lugar donde no podrá hacerle daño a nadie, ni a sí mismo. Pero Kirk sabe
que nada es tan simple, por lo que le cuenta a Batman sobre Francine Langstrom,
la verdadera persona detrás de los asesinatos. Para aquellos que venían
siguiendo los back-ups no les será difícil comprender la situación, para los
que no, igualmente todo está bastante bien resumido por el propio doctor. Su
esposa Francine, fue en realidad todo en tiempo una espía, cuyo objetivo era
Langstrom y su investigación, ya que el suero podía ser usado como arma biológica.
Lamentablemente, Francine no era tan buena en el área como Kirk, y terminó por
convertirse ella misma en un arma, reclutando a varios murciélagos asesinos en
el proceso.
Langstrom posee un suero con la capacidad de incapacitar la transformación
de Francine, pero sólo momentáneamente, ya que su código genético ya se vio
afectado; esto sería suficiente para ganar tiempo y lograr detenerla. Juntos
arman un plan, el cual no es revelado pero que no genera buenas impresiones en
el encapotado. Batman acepta el plan, pero con la condición de que el doctor se
inyecte un supuesto sedante, para evitar su transformación y así evitarse más
problemas. Así, ambos se abren camino por la cueva donde murieron los
adolescentes, el supuesto nido de Francine. Al final del camino, unos gélidos
ojos azules los esperan, y finalmente la ex esposa de Kirk se revela con una
nueva identidad: Bat-Queen. ¿Realmente es necesario ponerse apodos para pasar a
conformar la lista de villanos? En fin.
La conclusión del número se los voy a dejar a ustedes. Tiene
cierto encanto que no quiero arruinar, además de que los últimos cuadros están
dedicados a brindarnos un pequeño adelanto sobre lo que nos espera en "Gothtopia".
Vamos a ser breves con las impresiones de este cómic.
Realmente no fue la gran cosa, pero fue una más que justa conclusión sobre lo
que se venía hilando al respecto. En términos generales, y ampliando nuestra
visión más allá de este número, el trato que recibió que Kirk Langstrom tras el
reinicio de la continuidad es más que aceptable y conserva la esencia de la
versión anterior, incluso se le ha dado una perspectiva más humana. Aunque
quizás a no todo el mundo le caiga bien el desamor entre Kirk y Francine, cuya
relación era bastante interesante en la continuidad anterior y ahora ha quedado reducido a un giro argumental que
tampoco fue una mala decisión, pero ciertamente tira a la basura una relación
que podría haber resultado de los más fructífera en un futuro.
Layman es un buen guionista, aunque ha demostrado tener
ciertas carencias a la hora de constituir el clímax y desarrollar el final.
Ahora, no digo que muchos pocos guionistas tengan esas mismas carencias, pero
en el caso de Layman es una lástima porque ha dado señales de poder armar una
buena historia, sabiéndola llevar muy bien, pero decayendo por el final. En el
caso de esta historia, logró remediar un poco ese asunto, dejando un buen sabor
de boca, que no sorprende pero satisface. Quizás sólo será cuestión de tiempo y
perfeccionamiento para Layman termine consagrado en su trabajo.
En cuanto al arte, no me ha dejado buenas impresiones. Pero
como he dicho con otras ocasiones, qué sabré de arte yo. Quizá sea porque este
acostumbrado a contar con el genial arte de Fabok para esta serie, y Lopresti
no ha sabido estar a la altura. Es raro, porque recuerdo su trabajo en "Wonder
Woman" y me había gustado bastante, pero en esta ocasión no termino de
convencerme. De todos modos, ojo, no llega a ser malo para nada, simplemente no
es algo para resaltar, acompaña la historia de manera decente, eso es todo.
En conclusión es un buen número y un digno final para una
historia que tampoco ambicionaba mucho. Léanlo si han estado siguiendo los back-ups
de los números anteriores, no defraudará, pero tampoco esperen demasiado.
Nota: 7/10
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