Talon #15
Título del episodio: For every life, a Feather (Por cada vida, una Pluma)
Guión: Marguerite Bennet
Dibujo: Jorge Lucas
Colores: Brett Smith
Portada: Emanuel Simeoni y Brett Smith
Fecha de publicación: Enero del 2014
Editorial: DC Comics
- Resumen:
Este número es una especie de parón o de
descanso en la continuidad de la historia de Calvin Rose. La guionista
Marguerite Bennet nos presenta la historia de Jonas, un chico que acaba
convirtiéndose en Talon en sustitución de William Cobb tras derrotarle
en el laberinto de los búhos.
La historia de Jonas
arranca en 1918 en una granja de Georgia donde una enfermedad acaba con
sus hermanas y su padre y hace que su madre enloquezca. Esta comienza a
matar a todas las aves que encuentra creyendo que son las portadoras de
la enfermedad. Jonas acaba huyendo para ir a parar al Circo Haly, donde
los artistas se lo encuentran durmiendo en la jaula de los pájaros. El
circo lo acoge y le prepara para ser domador de animales ya que no les
teme. Este es el detalle que llama la atención al Tribunal de Búhos.
Tras
esto comienza su entrenamiento para convertirse en Talon. Su devoción
hacia el Tribunal es tal que incluso enloquece creyéndose una especie de
elegido o de Talon especial. En la piel de la cara se dibuja plumas con
un cuchillo ceremonial por cada una de sus víctimas. Finalmente pasa el
ritual de iniciación en el laberinto del Tribunal que culmina con un
enfrentamiento con el Talon oficial del momento y al cual debe derrotar
para tomar su lugar al servicio de sus amos. Y lo consigue cuando mata a
William Cobb.
- Opinión:
El
número tiene una cosa muy buena y es que supone una bocanada de aire
fresco a la serie (aunque ya sabemos que finaliza en un par de meses)
con la llegada de un nuevo equipo creativo. Ante el aparente
estancamiento o, tal vez, desidia de Tynion IV llega esta chica,
Marguerite Bennet, y nos lleva a otro momento y con otro Talon para
explicarnos otro tipo de historia. Que aunque tampoco no es nada
novedoso el tema del ritual de iniciación de un Talon, si que nos ayuda a
salir del círculo vicioso de los últimos números donde parecía que nos
contaran la misma escena número tras número.
Lo más destacable
sin duda del número es el apartado artístico, el dibujo obra de Jorge
Lucas. Sinceramente no lo conozco, no se que dibujó en el pasado o si es
un recién llegado, pero lo visto en este número me ha gustado. De hecho
si la serie no hubiese sido cancelada, me atrevería a decir que podría
ser el dibujante regular perfecto para esta serie. Esa piedra angular
que parecía perdida tras la marcha de Guillem March y cuyas sustitutas
no acababan de encajar. En definitiva, las atmósferas y personajes que
retrata Jorge Lucas saben captar la esencia de lo que el Tribunal de
Búhos debería ser, como ya lo hicieron Greg Capullo o March. No
estoy diciendo que dibujen de igual forma sino de saber trasmitir
esencias y ambientes.
Lastima que ya se acaba. Espero que sea el encargado de dibujar los números que faltan hasta el cierre de la serie.
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