Como muchos sabrán, Gothtopía es un evento que dio inicio en
el especialísimo “Detective Comics #27”, y que habiendo algunos tie-ins de por
medio, finalizará en este número. A decir
verdad tengo algunos sentimientos encontrados con este evento. Por un lado me
gustó, Scarecrow no es uno de mis villanos predilectos a la hora de encabezar
las prioridades del caballero oscuro, pero debo admitir que esta historia me “enganchó”
desde el principió. Aunque claro está, gran parte de ese encanto cautivador del
evento, provenía del misterio inicial y de todas las conjeturas que uno podía
sacar al respecto. Una vez develada la verdad de todo, tuve que optar por frustrarme
debido a la elección de tener que volver a verle la cara a Crane, o dejarme
llevar por ese encanto inicial y darle al personaje una oportunidad, la cual parecía
dispuesto a aprovechar. Al final terminé tomando una postura intermedia, las expectativas
estaban ahí, pero el entusiasmo ya no era tan alto, más que nada porque era
obvio que no se volvería a explorar la faceta idónea de Batman sobre Gotham, al
menos no en este evento, y eso era una de las cosas que más me atraía. Con todo
esto en mente, aún así logré sacar algo en limpio: es un buen evento, aunque no
lo viví como tal. Aquí viene mi cháchara sobre lo ocurrido en este número, como
siempre digo: hay spoilers.
El inicio del cómic es casi una continuación directa del
número anterior, en donde Batman y Poison Ivy habían logrado escabullirse de
sus celdas en el asilo Arkham, lugar en el cual Scarecrow los tenía confinados.
Recuerden que ante los ojos de todos los demás, el asilo Arkham se había convertido
en un hospital de rehabilitación psiquiátrica de alto prestigio comandado por
su impoluto director, el
Dr. Jonathan Crane. Batman ahora viste un bati-traje
con una capa hecha jirones, gran parte del resto enmendado, y con sogas en
muñecas, cuello, y cintura. Cualquiera pensaría que Batman tuvo una terrible
batalla con Scarecrow y sus asociados, pero la verdad es mucho más simple.
Páginas más adelante, nos damos por enterado de esas horas perdidas, y vemos
como Batman se rinde ante el “ingenio” de Scarecrow, al poner a Catwoman de
rehén.
Batman cae ante los efectos del nuevo gas de Scarecrow, y es
muy interesante la manera tan gráfica en cómo es descrita el avance de la misma
en el cuerpo y la psiquis del sujeto, todo narrado por Batman, por supuesto. El
caballero oscuro, no obstante, no deja aletargar por esta sustancia cuya
fórmula básica no se diferencia mucho del gas de la felicidad, de la cual él ya
era inmune gracias a un preparado que realizó junto con Ivy en los laboratorios
de Arkham. En pocas palabras, a Batman no le hizo ni cosquillas, pero aún así,
decidió imitar los efectos de la droga: completa falta de autocontrol, reemplazada
por suma obediencia; y así poder llegar al fondo de todo y ver lo que realmente
está planeando el muñequito de trapo. Tras la “traición” de Batman hacia Ivy,
Crane dice que es hora de dar el siguiente paso, pero que antes, tiene un
uniforme un tanto particular pero más adecuado para la situación, para Batman.
Y es así como nuestro hombre murciélago llegó a vestir esa versión andrajosa
del Bati-traje.

Les dije que la verdad era más simple y a mí en lo personal
no me molesta que haya sido así. Lo que me molesta, en cambio, es que se toman
tan a la ligera, a nivel argumental, la identidad de Batman. Es decir,
literalmente Scarecrow desvistió a Batman (capucha incluida) y lo volvió a
vestir con ese traje. Y no se hace mención a ello, es como si no hubiera
ocurrido. No me molesta que al pasar los años el secreto de Bruce Wayne siga
siendo ridículamente conservado, sino más bien el hecho de que ni siquiera se
molestan en darle una explicación a ello. Podríamos pensar que a Crane no le interesa
en lo más mínimo quién es Batman, después de todo, el encapotado representa a
uno de los mayores exponentes del miedo, y quizá Scarecrow lo vea mejor así;
pero de ser así sería bueno que lo expliquen, que lo desarrollen, es una
oportunidad de tratar de conocer mejor al personaje. Sé que tiendo a meterme
con cosas puntuales del guión, lo siento, pero en serio no puedo evitarlo.
Crane termina comiéndose por completo la actuación de Bruce,
aunque le advierte a sus compañeros (Merry Maker y Professor Pyg) que ante
cualquier duda acerca de él, no vacilen en matarlo. Los tres salen hacía la noche
de Gotham, para infundir miedo en aquellos ciudadanos que ahora creen estar
viviendo una vida plena y feliz. Batman se encarga en realizar el primer
trabajo, como prueba de su nueva y fingida lealtad; rocía un poco del gas del
miedo en un hombre que dormía y que al despertar se ve con la trastornada
figura de Batman. Merry Maker prepara la jeringa para realizar la extracción.
Tras algún tiempo repitiendo el proceso, logran llenar
varios tubos de ensayos con una sustancia verde flúor, su aspecto recuerda el venom.
E aquí cuando Batman nos ilumina y nos cuenta de que va todo. La idea de Crane
era crear un gas de la felicidad, para luego conseguir un mayor impacto a la
hora de ingresar al miedo en la ecuación, y así obtener una sustancia más
potente; puesto que cuando el miedo azota en el cuerpo humano, éste reacciona
liberando diferentes tipos de sustancias con las cuales Scarecrow puede crear
un gas del miedo aún más potente. Y eso es lo que Batman y compañía han estado
recolectando y depositando en esos tubos. Con su nueva y ahora más potente
toxina sintetizada, planea esparcirla no sólo por Gotham, sino por todo el
estado utilizado varios zeppelines que ya están surcando el aire, y que al
explotar darán paso al horror.

Lo que Crane no sabía, era que entre los tubos de ensayos
que recibió para la preparación de la nueva toxina, había uno infiltrado por cortesía
de Batman, en cual llevaba el antídoto. Todos los frascos se mezclaron para la
preparación de la toxina, por lo que el antídoto terminó llegando a todos los
zeppelines. Cuando explotaron, el propio Scarecrow liberó a la ciudad de
aquella ilusoria realidad, incluyendo a Batwoman, Catwoman y Batgirl; que
estaban deseosas por desquitarse con Scarecrow y compañía. El plan de Crane
había fracasado.
El final es un poco más que bizarro. La ambulancia que trasladaba
a Crane hacia a Arkham, explota de repente en lo que es una gigantesca masa de
humo verde, el gas del miedo. Scarecrow se alza más triunfante y sanguinario
que nunca, listo para clavarle sus zarpas a Batman en cualquier momento, y de
hecho así sucede. El caballero oscuro habrá detenido los planes de Scarecrow,
pero ahora yace muerto en el pavimento. Crane no tiene ningún problema en
declararse victorioso.
Por supuesto que eso jamás pasó. Y si no se lo creyeron
mientras leían lo que escribía, mucho menos lo van a hacer a la hora de estar
leyendo el cómic; pero supongo que tampoco era el punto, después de todo, la
escena es tan ridícula y trastornada que no engaña a nadie. Sólo abarca unas
dos páginas, para luego ver a Crane confinado en una camisa de fuerza en
Arkham, regocijándose en su artificial victoria, producto de su propio gas.
Debo admitir que esa escena fue divertida. Batman se despide, no sin antes advertirle
a Gordon que Crane no permanecerá así por mucho más tiempo, puesto que él posee
cierta tolerancia a sus propias sustancias. El cómic y el evento finalizan con
un prólogo, el cual es un encuentro entre Batman y Selina, ahora Catwoman otra
vez. Batman le hace entender que nada ha cambiado entre ellos, y que nada de lo
que vivieron fue real, por más felices que hayan sido juntos. Selina no se queda
del todo convencida, pero antes de que puede replicar, Alfred le advierte a
Bruce sobre ciertas obligaciones que debe atender. Batman se disculpa, y se
sumerge en la noche de la verdadera Gotham, en donde el caos y la delincuencia reinan,
y en donde en la felicidad esta deposita en la esperanza de un mañana mejor.

El arte por parte del señor
Lopresti no es algo que
destaque, pero tampoco puede ser producto de muchas quejas. La viñeta que más
me gustó e impacto fue la del Batman distorsionado por el gas del miedo. Me
recordó en cierta forma, a los momentos en que Bruce estaba atrapado en el
laberinto de los Búhos, y su figura se tornaba violenta y deformada por
momentos. También debo mencionar los paneles en donde se trata de representar e
ilustrar los efectos del gas de Scarecrow, muy interesantes y bien llevados. De
resto no hay mucho más que merezca la pena mencionar, todo es correcto. La
pelea de Batman entre sus allegados (Batgirl, Batwoman, Catwoman, Talon)
prácticamente no sucede. Aunque recordemos que parte de esa pelea ya fue
ilustrada en el
tie-in de las Birds of Prey. Por lo que no esperen mucha acción
visual, que casi es nula.
En conclusión es un buen cómic y buen en evento. Cuando al principio
dije que no lo viví como tal, me refería a que tuvo el impacto que un evento
debe tener, y la única razón por la cual es considerado evento, es por los regularos
tie-ins que tuvo. Pero quitando eso, la sensación es de haber leído un arco
argumental más de “Detective Comics”, ni más ni menos. A veces a uno le gustaría
que los arcos argumentales fueran más cortos, otras veces más largos, creo que
en esta ocasión todo se termina muy rápido, y más aún si no has aprovechado lo
ocurrido en las demás series, y que francamente no son de lectura obligatoria,
ni siquiera necesaria. Es eso, para mí Gothtopia se vio reducido a otro arco
argumental más, que definitivamente recordaré con cariño, pero es todo. Nos
veremos en la próxima entrega, en donde un nuevo equipo creativo nos estará
esperando.
Nota: 7/10 (Recomendable)
2 Batcomentario/s:
Si quieren hacer algo nuevo con batman porque no se animan de una vez a formalizar la pareja de batman con catwoman creo que de ahi podrian salir muchas cosas interesantes creo...
concuerdo con todo, en los tie - ins lo que tenían que hacer es explorar la Gotham feliz
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