viernes, 7 de marzo de 2014

En el número anterior Bane y Cobb tuvieron una intensa
batalla contra los Talons de Scarecrow en pos de arrebatárselos y obtener el
control sobre ellos, por lo que es lógico que lo primero que se nos muestre sea
al gran campeón de Santa Prisca curando sus heridas; en contraparte a su
compañero William, cuyas heridas se curan solas por ser un Talon. Con esto
Tomasi intenta entregarle un poco más de humanidad a este personaje que tanto
le hace falta, incluso llega a quitarse su máscara, aunque la penumbra del
ambiente esconde su rostro en la oscuridad. Este inicio me parece de lo más
acertado por lo que les dije, además de que Eaton ha hecho un excelente trabajo
con la escena, dejando una verdadera sensación de invulnerabilidad y finitud en
el personaje, apartándolo de ese papel idealista y monstruoso con el cual se lo
venia retratando. Pero también es cierto que llega demasiado tarde. Desde mi
punto de vista, hace tiempo que Bane "perdió" su humanidad, para
convertirse en una colosal masa de músculos que puede con todo. El hecho de que
ahora se esté curando las heridas y se cuestione sus límites, se agradece, pero
el personaje ya fue deshumanizado muchas páginas atrás.
Por algún motivo que no se llega a profundizar, y el cual no
pide ser profundizado de todos modos, Bane también decide dejar a un lado el
roll de Batman, terminando así con las especulaciones que se tenía sobre un
combate Batman vs Batman al final del arco. Lo que rápido viene, rápido se va,
dicen. Por lo que Bane vuelve a ser Bane, y eso también está bien, porque la
idea del disfraz de Batman fue inconsistente desde un principio y un total sin
sentido. Mientras Bane se repone, es Cobb quien está a cargo, y es quien se
lleva la sorpresa al ser asaltados por los Arkhamitas potenciados por el venom.
Recuerden que la gran mayoría de los Arkhamitas se había negado a ser drogado
con venom, pero tal parece que el mismo nubla un poco el juicio y la
conciencia, por lo que sólo quieren machacar y destrozar, en vez de pensar en
vengarse de Scarecrow... que curiosamente aparenta estar a pleno en cuanto a sus
facultades mentales. Claro que estas son sólo especulaciones y no puede
considerarse un bache argumental en sí mismo, pero definitivamente pudo haber
sido mejor desarrollado, con más explicaciones de por medio. Aunque a este
punto de la historia lo mejor es dejarse llevar, supongo.
Y mientras nos dejamos llevar a través de escenas de acción bien
dibujadas y aunque algo estáticas, por cierto, en una de esas aparece
finalmente Bane a poner a los locos en su lugar, para luego dejarse secuestrar
por Man-Bat y ver a donde lo lleva. Enserio, eso es lo que pasa. Y mira por
donde, resulta que el grandote termina cayendo en el Asilo Arkham, donde
Scarecrow y sus "chicos" lo estaban esperando de ante mano, puesto
que habían viajado en helicóptero. A mí me cuesta imaginar cómo meter a un
Killer Croc venomizado en un helicóptero y que este resista, yo creo que ni
siquiera entre por la puerta; pero bueno, esa es la magia del cómic, más
potente que la magia del cine, claro que sí.
En fin, Bane alude lo que acaba de pasar a un "sentido
poético" por parte de Scarecrow, cuando en realidad es pura estrategia
básica, quiero decir, para que luchar en Black Gate donde Bane tiene a su
ejército cuando se puede combatir de local. Pero parece que el gran genio táctico
andaba un poco bucólico esa noche, y no le costó afirmar que Crane tiene alma
de poeta. Bane le advierte dos importantes cosas a su escuálido oponente: la
primera es que se necesita algo más que venom para ser como él, y la segunda es
que tendrá que matarlo antes de que el efecto de su venom y compañía se agote.
Comienza la trifulca, el primer movimiento de Bane es ceñir
su puño sobre la cabeza de Crane, acaparándolo casi por completo, clásico de
este Bane. Golpe va, golpe viene, debo decir que esta vez la pelea es mucho más
dinámica que la primera, y además las líneas finales de Bane tienen un mejor sentido
de la espectacularidad, propias de un gladiador romano en medio de un coliseo.
Bien encajadas. El campeón se las apaña para contenerlos a todos el suficiente
tiempo y entonces, como era de esperarse, los Arkhamitas pierden los efectos
inducidos por el venom. La batalla terminó. Inmediatamente después, llega el Pingüino,
que parece estar en todas y está más que claro que algo se trae entre manos.
Cobblepot le ofrece un obsequio (aparentemente armas) a cambio de que le
permitiese llevarse a los caídos de Arkham. Bane accede, siempre y cuando le
deje al que más le importa para él: Scarecrow. Así se hizo.
El número termina con un discurso que Bane da para sus
adentros, hablando de la fragilidad de Gotham, y de cómo necesita ser protegida
por él, ahora que disipó a los locos que la mantenían cautiva. Al parecer sus
ansias de conquistar el mundo se ven mitigadas un poco, por las ansias de
querer permanecer en Gotham, ahora que es suya. Es raro que Bane haya terminado
obsesionando más por una ciudad que por el propio murciélago. Como última
página, se nos enseña a Scarecrow, de fondo, colgado entre edificios mediante
una soga; y a Bane llevando sus puños hacia su chaleco, imitando la postura
clásica de su versión en "The Dark Knight Rises", incluso se consiguió un abrigo idéntico,
debe haber visto la película también. Pero fuera de la broma, este tipo de
detalles siempre son bien recibidos.
He hablado del arte durante la reseña de la trama, pero de
todos modos no tengo mucho para decir que no haya dicho antes. Es lo más
sobresaliente del número. Eaton sigue cumpliendo con las expectativas y quizá
un poco más. Mis quejas, como siempre, aluden al diseño de los personajes más
que al estilo y el desempeño en el dibujo, que la verdad están muy bien. La
página del principio, en la que Bane cura sus heridas, está perfectamente
ambientada y dispuesta, es unas de mis favoritas junto con la última.
En conclusión ha pasado un número más de esta serie, sin
dejarnos mucho que decir. Fue un número muy ligero, siguiendo la tendencia de
sus hermanos, en general, toda la mini-serie fue breve y concisa, con ciertos diálogos
que pecaban de grandilocuencia y falsa complejidad, sólo para encubrir las
constantes escenas de acción. Lo cierto es que bajo una premisa simple, Tomasi quiso
elaborar algo más complicado y profundo argumentalmente, cosa que no logró y se
deja notar en cada página. Ahora sólo nos queda esperar el final del arco, de
la mano de ese "One-Shot" que les mencioné. Hasta entonces muchachada.
Nota: 5/10 (Regular)
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1 Batcomentario/s:
Pues un numero "final" que sentí un poco corto o muy rápido, total; la gran guerra por gotham city ya termino y Bane se queda como el ganador y lo celebra con el abrigo de Dark Knight Rises. Una buena reseña y buena tu opinión sobre el arte mas que sobre el guión.
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