martes, 22 de abril de 2014
Una vez que estamos cómodos e instalados en el rincón original en el que RHATO fue concebido -la acción y el espacio- solo queda relajarnos y disfrutar de una historia cargada de dinamismo en diversos ejes. ¿Sucede esto en este número? Pues en gran medida, sí.
Arsenal es el encargado de abrir la acción, situándonos exactamente donde quedamos en el número anterior. El arquero carmesí husmea sigilosamente a los extraterrestres que han secuestrado la nave de Kori, expulsado a Jason de la misma, adentrado en el espacio profundo y llevando a un planeta anonimo a su total extinción. Algo furioso por el holocausto llevado a cabo por los intrusos, el joven héroe hace algo más que husmear y, como buen científico loco frustrado, busca una manera de derrotar a estos alienigenas parcialmente inmortales, en los brazos de la tecnología.
Mientras tanto, los restantes Outlaws penetran en los cuarteles de los Blackhawks, en busca de la nave que les permitirá ir en busca de su amigo. Mientras Jason efectúa el trabajo detectivesco para averiguar el paradero del vehículo, Kori advierte como el espacio se ve bastante derruido, y es precisamente por la explosión que azotó a los cuarteles en el episodio seis de Blackhawks la que provocó tal desolación. Una intertextualidad que nos apunta hacia una serie absolutamente carente de popularidad y alcanzando su cancelación, pero que no deja de ser interesante. En este contexto, son alcanzados por un extraño ser robotico que les advierte la imposibilidad de hacerse con la propiedad privada del grupo de aviadores; la hostilidad termina desembocando en un enfrentamiento, donde Kori aplica el poder que pareció haber estado oculto durante el run de Tynion IV, permitiendo a los Outlaws escapar en el vehículo robado, pero sin percatarse que el androide no fue del todo destruido, y los está siguiendo.
Volvemos a la acción en la nave de Kori, donde el novel arquero prepara su ataque, llenando de flechas a los extraterrestres y de paso llama la atención de los mismos. Lo que éstos no saben es que las flechas están conectadas a lo que se infiere es un poderoso transformador, que justamente cuando dejan fuera de combate a Roy, se conecta. Y lo que sucede después no deja de ser obvio: los intrusos creen haber dejado fuera de combate a nuestro héroe, mas éste se incorpora victorioso cuando sus enemigos son freídos por una cantidad de voltios impensable
Mientras tanto, Jason y Kori dialogan acerca de su siguiente paso: lo real es que a través de esta recientemente robada nave, los Outlaws pretenden llegar a otra nave, la cual se encuentra ubicada en un espacio interdimensional del tamaño de un pulgar, justamente donde se encuentras los cuarteles de S.H.A.D.E. Pero los miembros de tal institución ya están advertidos, y Frankenstein es el encargado de encargarse del problema.
Tras un crudo enfrentamiento, en el que Jason termina bastante magullado por el mounstruo, finalmente Kori es quien lo deja fuera de combate, imitando, al parecer, la radiación nuclear con sus poderes. Cada día sorprende más esta muchacha. Sin embargo, Frankenstein vuelve a arremeter y por poco impide la fuga de los Outlaws, pero justo es interceptado por el misterioso robot de los Blackhawks. Los dos seres monstruosos se terminan enfrentando entre ellos, dejando el camino despejado para la fuga de nuestros queridos jóvenes renegados.
Por su lado, Arsenal celebra su victoria blasfemando y clamando por una botella de aspirinas. El muchacho logra comunicarse a duras penas con sus compañeros, quienes van en su rescate. Sin embargo, es sorprendido por una repentina ráfaga de energía, que emerge de la pistola de ni más ni menos que Lobo. Él era "el gran hombre que pagaba" a quienes se referían los alienígenas en el número anterior. Y este último personaje, un tanto olvidado en los rincones de la continuidad New-52, no solo amenaza con quitar la vida de Jason y sus amigos, si no que también amenaza con disparar la gran arma hacia la tierra, y acabar con toda su población.
Y así culmina la segunda entrega a cargo de este equipo provisorio, que resulta ser bastante bueno dentro de todo. Si bien la acción se arma en diversos frentes, la historia es cohoerente y destaca el espíritu de los Outlaws. Ellos están dispuestos a romper con las convenciones sociales (son capaces de robar e ignorar a la O.N.U o a Los Servicios Secretos de el Universo DC), con tal de alcanzar sus objetivos.
Si algún aspecto negativo se puede mencionar, es que la acción se desarrolla en demasiados flancos y quizás esto hace recaer la atención a ratos. Y claro, un Lobo con ganas de destruir el mundo solo porque sí, no me parece una caracterización apropiada. Recordemos que es un caza- recompensas y su motivación responde únicamente al dinero. Esta última inquietud, sin embargo, seguramente encontrará una resolución en la próxima entrega, junto con lo que promete ser una explosiva batalla entre el Mercenario y el Arquero Carmesí.
El apartado gráfico es realmente sublime para este tipo de series, con un carácter interplanetario. La caracterización de Roy es inmensamente apropiada, mucho mejor que lo que hicieron sus predecesores. Lo mismo con como se expresa el poder inmeso de Kori; ahora parece una ex - princesa, sin lugar a dudas.
Y ustedes, ¿tienen algo que opinar sobre el devenir de esta serie?
Arsenal es el encargado de abrir la acción, situándonos exactamente donde quedamos en el número anterior. El arquero carmesí husmea sigilosamente a los extraterrestres que han secuestrado la nave de Kori, expulsado a Jason de la misma, adentrado en el espacio profundo y llevando a un planeta anonimo a su total extinción. Algo furioso por el holocausto llevado a cabo por los intrusos, el joven héroe hace algo más que husmear y, como buen científico loco frustrado, busca una manera de derrotar a estos alienigenas parcialmente inmortales, en los brazos de la tecnología.
Mientras tanto, los restantes Outlaws penetran en los cuarteles de los Blackhawks, en busca de la nave que les permitirá ir en busca de su amigo. Mientras Jason efectúa el trabajo detectivesco para averiguar el paradero del vehículo, Kori advierte como el espacio se ve bastante derruido, y es precisamente por la explosión que azotó a los cuarteles en el episodio seis de Blackhawks la que provocó tal desolación. Una intertextualidad que nos apunta hacia una serie absolutamente carente de popularidad y alcanzando su cancelación, pero que no deja de ser interesante. En este contexto, son alcanzados por un extraño ser robotico que les advierte la imposibilidad de hacerse con la propiedad privada del grupo de aviadores; la hostilidad termina desembocando en un enfrentamiento, donde Kori aplica el poder que pareció haber estado oculto durante el run de Tynion IV, permitiendo a los Outlaws escapar en el vehículo robado, pero sin percatarse que el androide no fue del todo destruido, y los está siguiendo.
Volvemos a la acción en la nave de Kori, donde el novel arquero prepara su ataque, llenando de flechas a los extraterrestres y de paso llama la atención de los mismos. Lo que éstos no saben es que las flechas están conectadas a lo que se infiere es un poderoso transformador, que justamente cuando dejan fuera de combate a Roy, se conecta. Y lo que sucede después no deja de ser obvio: los intrusos creen haber dejado fuera de combate a nuestro héroe, mas éste se incorpora victorioso cuando sus enemigos son freídos por una cantidad de voltios impensable
Mientras tanto, Jason y Kori dialogan acerca de su siguiente paso: lo real es que a través de esta recientemente robada nave, los Outlaws pretenden llegar a otra nave, la cual se encuentra ubicada en un espacio interdimensional del tamaño de un pulgar, justamente donde se encuentras los cuarteles de S.H.A.D.E. Pero los miembros de tal institución ya están advertidos, y Frankenstein es el encargado de encargarse del problema.
Tras un crudo enfrentamiento, en el que Jason termina bastante magullado por el mounstruo, finalmente Kori es quien lo deja fuera de combate, imitando, al parecer, la radiación nuclear con sus poderes. Cada día sorprende más esta muchacha. Sin embargo, Frankenstein vuelve a arremeter y por poco impide la fuga de los Outlaws, pero justo es interceptado por el misterioso robot de los Blackhawks. Los dos seres monstruosos se terminan enfrentando entre ellos, dejando el camino despejado para la fuga de nuestros queridos jóvenes renegados.
Por su lado, Arsenal celebra su victoria blasfemando y clamando por una botella de aspirinas. El muchacho logra comunicarse a duras penas con sus compañeros, quienes van en su rescate. Sin embargo, es sorprendido por una repentina ráfaga de energía, que emerge de la pistola de ni más ni menos que Lobo. Él era "el gran hombre que pagaba" a quienes se referían los alienígenas en el número anterior. Y este último personaje, un tanto olvidado en los rincones de la continuidad New-52, no solo amenaza con quitar la vida de Jason y sus amigos, si no que también amenaza con disparar la gran arma hacia la tierra, y acabar con toda su población.
Y así culmina la segunda entrega a cargo de este equipo provisorio, que resulta ser bastante bueno dentro de todo. Si bien la acción se arma en diversos frentes, la historia es cohoerente y destaca el espíritu de los Outlaws. Ellos están dispuestos a romper con las convenciones sociales (son capaces de robar e ignorar a la O.N.U o a Los Servicios Secretos de el Universo DC), con tal de alcanzar sus objetivos.
Si algún aspecto negativo se puede mencionar, es que la acción se desarrolla en demasiados flancos y quizás esto hace recaer la atención a ratos. Y claro, un Lobo con ganas de destruir el mundo solo porque sí, no me parece una caracterización apropiada. Recordemos que es un caza- recompensas y su motivación responde únicamente al dinero. Esta última inquietud, sin embargo, seguramente encontrará una resolución en la próxima entrega, junto con lo que promete ser una explosiva batalla entre el Mercenario y el Arquero Carmesí.
El apartado gráfico es realmente sublime para este tipo de series, con un carácter interplanetario. La caracterización de Roy es inmensamente apropiada, mucho mejor que lo que hicieron sus predecesores. Lo mismo con como se expresa el poder inmeso de Kori; ahora parece una ex - princesa, sin lugar a dudas.
Y ustedes, ¿tienen algo que opinar sobre el devenir de esta serie?
Etiquetas: Comics, El Blog de Batman, Jason Todd, Lobo, Rafa Sandoval, Red Hood and The Outlaws, Reseñas, Roy Harper, Starfire, Will Pfeifer
Subscribe to:
Enviar comentarios (Atom)
3 Batcomentario/s:
Como siempre, una excelente reseña y no hay mucho que añadir aparte de que el arte en este número decayó un poco por tener muchos cocineros en la cocina: dos dibujantes, tres entintadores y un colorista (apuesto que hubo un cambio de ultima hora en el guión); el hecho de que la situación de Lobo se esta poniendo ridícula y que el dialogo mientras bueno, a veces se sentía demasiado trillado.
De cualquier manera Pfeifer esta entregando un arco intermedio muy solido del que espero Lobdell sepa aprovechar para que esta serie siga divirtiéndonos por mucho mas tiempo.
esto es lo unico que todos queriamos accion trepidante y entretenida con arte decente! era mucho pedir?
Y es por eso que pfeifer es un maestro y le va ir bien en los teen titans aunque debio llevarse a rafa sandoval debido a la horrenda portada de rockafort
Publicar un comentario