Reseña: "Red Hood and The Outlaws" #33

El destino de RHATO parece estar trazado, y en este número Lobdell se toma una pausa - casi la mitad de la entrega- para ir desarrollando una trama que promete extenderse más de lo que hemos estado acostumbrados tras el breve run de Pfeiffer en la serie. Atrasadísimo, pero con el mismo entusiasmo de siempre, procedo a diseccionar este cómic.

La entrega se centra en Kori, con un flashback que nos remonta a sus primeros años de libertad, tras haber sido purgada de la esclavitud que tanto tiempo la azotó.  Sus labores de diplomática se extendían a lo largo de un misterioso planeta habitado por felinos antropomórficos, en el que es ovacionada profundamente al relatar su historia; un símbolo de emancipación.

Sin embargo, la princesa espera a que llegue la noche para escabullirse de los aposentos que le entregaron, para despejar una creciente duda que le quitaba el sueño: unas misteriosas catacumbas, cuyo interior no ha sido revelado. Los guardias del lugar se quejan acerca de la labor a la que han sido asignados, justo cuando Kori hace su aparición. Y la paciencia no es algo que caracterice a Starfire, por lo que simplemente elimina a uno de los guardias para revelar el contenido. Y lo que ve es un panorama desolador: un montón de esclavos, que parecen ser la base de esta supuesta utopía de civilización felina.

Antes de volver al presente en el relato, se nos muestra como la Princesa Alienígena libera a los esclavos, y hace justicia por sus propias manos, no sin llevarse el fraternal agradecimiento de una pequeña niña del planeta, quien con ternura se roba el corazón de la futura Outlaw.

Volvemos al presente, donde Jason y Roy se encuentran aún en los cuarteles de S.H.A.D.E, justo donde nos quedamos en el número anterior. Ignorando las advertencias de Kirk Langstrom, ahora jefe de seguridad de la Agencia Secreta, entran en la extraña nave, cuyo interior provocó un profundo terror en Kori en la anterior entrega. ¿Qué era lo que causó esto en la heroína? Pues, dolorosamente, todos los esclavos que liberó en esa ocasión a la que el flashback nos remontaba, están calcinados horriblemente; ni siquiera pudimos distinguir, entre la carne chamuscada, el cuerpo de la pequeña amiga que se hizo Starfire en ese entonces.

Comprendimos entonces, que dicho acto de crueldad fue lo que motivó el terror de la Outlaw; sus compañeros no tardan en decidir actuar, pero el protocolo que S.H.A.D.E  resulta que es más fuerte y, entre acusaciones infundadas de parte de Langstrom, se desata una pequeña rencilla con el científico pasando a su estado mutante, y son los muchachos quienes se ven sobrepasados ante el pésimo carácter de Man-Bat. Y nosotros nos preguntamos: ¿no necesitaba de un
suero para transformarse?

Entonces retomamos la perspectiva de nuestra voluptuosa Starfire, a quien su trayecto impulsado por el terrot y la ira la lleva a una de las ciudades más ricas del mundo, donde todo puede obtenerse. Básicamente, una especie de lugar donde los traficantes de esclavos del espacio, se mimetizan con los humanos y gastan sus fortunas. La ex-princesa parece detectar a los decadentes alienígenas, y con una ráfaga de energía los pone al descubierto, desatando una terrible batalla. Sin embargo, todo se ve interrumpido cuando un grandulón extraterrestre ataca por la espalda a la heroína, dejándola en el suelo y haciendo que todos nos preguntemos: ¿qué carajos pasa?

Se trata de un número de relleno, donde se profundiza en el pasado tortuoso de Starfire y su calidad de cruzada contra la corrupción intergaláctica. Me parece interesante en términos de que incluye conflicto a nivel "social", pero, a título personal, me hubiese gustado un tratamiento un poco más inteligente a este tipo de problemáticas. Lo interesante es que se establecen unas bases sólidas para lo que será el, al parecer, tipo de historias que se tratará en esta serie.

Mención aparte merece el tratamiento de Man-Bat. ¿No les hubiese gustado que el escritor profundizara un poco más en el personaje, antes de darle una cobertura tan arbitraria? Porque, personalmente, siento que solo se trataba de meterlo en el guión, a la fuerza y sin fundamento.

El apartado gráfico es, definitivamente, el idóneo para esta serie. Silva hace un trabajo excelente con las batallas y la caracterización de los jóvenes forajidos es interesantísima. Los imperios alienígenas que se describen al principio de la entrega son sublimes; si he de incluir una queja, es básicamente que los malos de la entrega, revelados al final, no responden a una coherencia mayor; pienso que el variopinto de extraterrestres malvados ensucia el resultado final más que hacerlo rico en recursos.

Pues bien, con RHATO hemos tocado fondo, hemos tenido momentos de respiro argumental, hemos pasado de lo místico a lo intergaláctico y, al parecer, es esto último el eje que la serie mantendrá. ¿Opiniones al respecto?

Comentarios

Dark_Tzitzimine ha dicho que…
He de admitir que hubiera preferido mas de Jason y Roy en vez de otro recuerdo con Kory pero entiendo que es necesario para la historia. Y aún así fue interesante solo que sin tanta acción como el número pasado, Lobdell de verdad que entiende a los forajidos.

El asunto de Man bat es interesante por que rumores y el mismo Lobdell han aludido a que existe/existio la idea de separar a Jason del equipo para mandarlo a su propio titulo y dejar a ManBat como el lider de los forajidos por no decir que en el N52 Langstrom ha sido un heroe, un villano y un ser incomprendido en las pocas apariciones que ha tenido.

No creo que RHATO vaya a ser completamente centrado en el espacio (¿Has visto las solicitudes de Octubre? ESO no lo vi venir) pero creo que es una idea con mucha potencial, DC carece de un comic de aventuras espaciales mas orientadas a la exploración que los forajidos podrían llenar bastante bien.