domingo, 10 de agosto de 2014
"Detective Comics" #34
Guion y arte: Francis Manapul & Brian Buccellato.
Portada: Francis Manapul.
Ya está aquí la conclusión del arco que se tomó las
molestias de abarcar cinco números de “Detective Comics”, y que mantuvo expectante,
con el correr de los meses, tanto a los lectores más acérrimos de la faceta detectivesca
del caballero oscuro, como también a aquellos que quedaron maravillados por el apartado
visual; que es con toda seguridad, lo más destacable hasta ahora. Debido a que
estamos ante la finalización de un arco, varias de las conclusiones que haré no
sólo están dirigidas a este número en particular, sino que aprovecharé la
ocasión para criticar todo el trabajo hecho por la pareja creativa. Hay
spoilers.
Cuando una historia cuenta con buenos artistas en su
repertorio, resulta muy fácil que te embelesen el colorido de las páginas y te
dejes llevar por un guion que no siempre resulta una buena compañía. Con el pasar
de los números este embelesamiento merma lo suficiente como para poder plantear
una crítica más reflexiva coherente sobre el argumento sin dejarse llevar tanto
por el arte, que está claro (al menos en este caso), es grandioso. Y a vísperas
del final, me encuentro en condiciones de decir que la historia habrá tenido sus altos y bajos,
pero que en un todo termina dejando un sabor insípido, en otras palabras: pudo
entretener, pero no será una historia memorable ni mucho menos.
Hablando de este número en particular, si te habías quedado
con algunas preguntas en la entrega anterior, aquí difícilmente sean
respondidas. No es un final dispuesto a consolidar una idea o argumento, ni
tampoco busca sorprender con giros rebuscados, es en realidad una confrontación
lisa y llana. Batman de repente sabe de qué va todo, y decide bajar los puños
ante Bullock para usarlos contra alguien que realmente los merece: Holter, el monstruo
detrás de todo esto. ¿Cómo es que a Bats se le prendió la lamparita? Pues la
verdad no lo sabemos con certeza, pero parece que necesitó de una pequeña explosión
nuclear para recapacitar. Muchos murieron, por cierto, aunque como se trataba
del East End, la zona que Bruce y Elena planeaban reconstruir, la gran mayoría
eran vagabundos y refugiados, así que no se preocupen.
Por supuesto, considerar esto como menos que un rotundo
fracasó por parte de Batman, sería un insulto. Como dije, varios murieron, y
Batman pudo haberlo evitado todo desde el principio, así que la culpa recae
sobre él. Y detrás de todo fracaso siempre están las palabras de Alfred y esta
no es la excepción, aunque en esta ocasión no resultan tan motivadoras como
deberían, los cuadros escogidos para acompañar su voz en off ayudan muchísimo,
y si se tratará de una animación, una música épica de fondo hubiera venido como
anillo al dedo. Es sólo un momento, pero es el que más me agrado de este
número.
Siguiendo la línea de las entregas anteriores, la acción se
hace presente en cuotas más o menos justas y satisfactorias, cuyo ingenio en el
relato no emociona, pero que de todos modos se vuelve vibrante gracias al arte
de estos muchachos. Como añadido especial, veremos a Bruce usar nuevamente su “bati-armazón”,
con algunos pequeños cambios en el casco y el peto. Espero que no abusen de
este increíble juguetito a lo largo de las historias, porque cada vez tiene
menos chiste, aunque aquí su uso tiene cierta lógica al enfrentar a un
individuo con características nucleares y radioactivas. Les recuerdo que podremos
ver a Bruce usando la colosal armadura en “Batman v Superman: Dawn of Justice”,
eso sí que será apoteósico.
Como dije, la trama no presenta mayores sorpresas, así que
no resulta complicado imaginarse el eventual desenlace. Las mayores expectativas
estaban puestas en aquella misteriosa arma nuclear viviente (concepto para nada
nuevo), pero parece que las respuestas tendrán que esperar, ya que no se
termina sabiendo mucho de él o de su condición. Apenas se nos informa de lo
elemental, que es que su estado les permitió a los Kings of the Sun usarlo para
sintetizar el Icarus, y al parecer él no está muy contento por ello, así que se
da a la fuga.
Las cosas entre Bruce y Bullock se enfrían, no dan muchas
explicaciones con respecto al hombre nuclear, y el final se desarrolla sin
mayor complicaciones; si todo lo dicho no terminó con tus expectativas por el
suelo, no sé qué lo hará. Un número que peca de previsible, y un arco en
general, que sentó sus bases en un argumento aparentemente complejo a simple
vista, con varios personajes y sub-tramas, pero que terminó siendo simplificado
de mala manera, y al final uno siente que tanta cháchara no valió la pena
realmente, ni tampoco valieron cinco números.
La duración de los arcos, las historias, es algo que
realmente deben replantearse, ya que es algo fundamental para el disfrute de la
misma, porque sobretodo en este número, la sensación de estar leyendo algo
diluido en relleno, fue atroz. Sin ir más lejos, se utilizaron diez dobles
páginas, lo cual es una barbaridad, y en las cuales las únicas en donde
encuentro justificación son en las que Batman luce la armadura. Debido a esto,
el cómic se lee con total ligereza y se acaba en un pedo, señal de que en
realidad no tenían mucho que contar, o al menos no necesitaban de otro número
entero para hacerlo.
En conclusión, el número es regular, tenía un potencial más
grande (no mucho más) pero fueron a lo seguro y pasó desapercibido. Holter y
Annette son los personajes más rescatables de la historia, en especial la relación
y el trasfondo que hay entre ellos, aunque nuevamente prevalece la sensación
que de que no fueron aprovechados como deberían. Será un arco recordado por su
arte, lápices, acuarelas, y hermosos colores, pero dudo que alguien lo tenga en
cuenta por alguna otra cosa más, si Manapul y Buccellato tenían algo que decir respecto a Batman, a mí no me llegaron las palabras. Sé que dije que el final no tenía sorpresa, y lo dije enserio, pero en cierta forma mentí, aunque no tenga relación aparente con este arco, todo indica que muy pronto veremos a Anarky en las próximas páginas.
Lo mejor:
- El arte, sin lugar a dudas.
- Ver a la bati-armadura en acción una vez más.
- Un final que deja las puertas abiertas para algo más grande.
- El abusivo diagramado de páginas, en pos del relleno.
- Sin grandes sorpresas. Un final previsible.
- Díalogos sin fuerza ni emoción.
Etiquetas: Batman, Brian Buccellato, Detective Comics, Francis Manapul, Harvey Bullock, Icarus, Opinión, Reseña, Reviews
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1 Batcomentario/s:
Hola! De antemano, sigo tu blog desde hace un buen tiempo y me encantan tus criticas. Sigue así!
En una critica que ando preparando para un blog en el que colaboro note que este tan esperado (de mi parte) numero de Detective comics era un fracaso, rotundo fracaso en un final inexplicablemente cargado de violencia gratuita y desastroso, tenia mucho optimismo en este arco argumental (pues Detective Comics Batman estaba siendo muy regular en cuanto a calidad) pero parece que están destrozando todo lo logrado en los primeros números con violencia, personajes poco explotados y un final sorpresa por lo desastroso que es.
Buena critica! Sigue asi!
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