domingo, 5 de octubre de 2014
Título: World's End
Texto: Tom Taylor
Dibujo: Bruno Redondo. Xermanico.
ACABO DE MUNDO
Se acaba un nuevo año en Injustice (Gods
among us) y junto a ello nos indican que el mundo también termina. Lo que no
debería ser sorpresivo para nadie que haya seguido este comic digital desde sus
inicios: la sola premisa de un Superman oscuro debería prepararnos para lo
peor. Y lo peor se viene a raudales. Como para que Lex Luthor se pare ante
nosotros y, meneando su calva cabeza, nos diga aquello de “se los dije”.
Ya los números anteriores nos venían
preparando para los dramáticos instantes que presentan las páginas de este
número. Una guerra sin límites, ya a nivel intergaláctico. Asesinatos en masa.
Planes asesinos. Alianzas expurias. ¿Es necesario seguir? Es que el mayor
mérito de Injustice en comics ha sido el de ahondar en todas esas preguntas que
los fanáticos de los comics siempre nos hemos hecho respecto de estos seres
casi indestructibles, estos verdaderos dioses entre nosotros. Y lo hace de un
modo salvaje, descriptivo, que se agradece. Fueron veinticuatro números de este
Año Dos y se pasaron más rápido que un solo número de Forever Evil, o de Death
of the Family, o de cualquier evento de los 52 títulos oficiales de DC.
Aquí no hay tiempo para divagaciones, para
“estiramientos” de la trama. Casi no hay puntos muertos. Nuestros ojos de
lector siempre son enfrentados a algún desafío. Tanto a nivel de texto como a
nivel visual —en este apartado se agradece la realidad gráfica de las numerosas
mutilaciones y muertes—.
Sí, Injustice es una serie muy
estimulante, que rebasa sin esfuerzo la calidad del título Justice League —una
de las encarnaciones más sosas de la liga en los comics—. Aquí pasan cosas y
esas cosas tienen consecuencias.
El cliffhanger que nos deja al final es
insuperable: Superman porta un anillo amarillo. Ahora su increíble poder estará
incrementado por el miedo de los demás. Nada podrá detenerlo —como “fatalmente”
comprueban Ganthet y Mogo—. ¿Qué viene ahora? ¿La galaxia? ¿El universo? Las
posibilidades son infinitas. Nos hace desear tener ya entre nuestras manos el
Año Tres.
Su antagonista, Batman, ahora deberá
enfrentar un peligro a escala inmensurable. ¿Podrá en algún momento detener a
Superman?
Como dijimos en un comienzo, la historia
pinta para peor. ¡Bien por ello! Sobretodo si consideramos que el gran ganador
de la partida no es otro que Sinestro, que durante este Año Dos se irguió como
una figura de primera importancia, que demostró que las guerras se ganan más
con las palabras que con los actos. Él es el Gran Manipulador. Parece que todo
fuera a moverse de acuerdo a sus caprichos. Hal Jordan es un pelele incapaz de
una buena decisión. Y Superman… Superman es, ahora más que nunca, la peor arma
en manos de Sinestro.
¿Enfocará sus esfuerzos Batman en derrocar
a Sinestro en primer lugar? ¿Se dará cuenta del papel que ha jugado y jugará en
este fin de mundo?
Los naipes vuelven a estar sobre la mesa.
¿Cuál será la siguiente movida?
Por lo menos, aunque no sé si fue adecuado
un epílogo de ese talante, Black Canary tiene una segunda oportunidad con un
Oliver Queen de otra Tierra. Juntos podrán criar a Connor en ¿normalidad? No lo
sabemos. El epílogo es un tanto dulzón para el tono de la serie —sobretodo tras
la última viñeta en que Sinestro le replica a Jordan que han hecho lo que
buscaban, con la vista de un campo de batalla lleno de cadáveres—, pero la
presencia de Dr. Fate tomando arriesgadas decisiones, de un Ollie vivo, de una
Tierra alterna, puede estar abriendo la trama al Multiverso, tanto como
solución… como destrucción.
Dejamos el Año Dos con un grato regusto en
la boca. Esperamos el Año tres. Mientras tanto, voy a limpiarme todas las
salpicaduras de sangre que me dejó su lectura…
Etiquetas: Batman, Black Canary, Ganthet, Green Lantern, Hal Jordan, Injustice: GODS AMONG US, Mogo, Oliver Queen, Reviews, Reviews breves, Sinestro, Superman
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1 Batcomentario/s:
me parecio un muy buen cierre, pese a la chocante muerte de Mogo, y es que desde cuando los anillos se cargan a base de la energia emocional de las personas alrrededor, si fuera así, los anillos no necesitarian baterias y se cargarian con las emociones de su usuario o de quienes le rodean. pero habia que darle un cierre y supongo que no habia muchas formas para hacerlo. con respecto al epilogo, un tanto dulce, pero quisas es la unica historia feliz que ha tenido la saga, sin embargo, no creo que sea el final de ambos personajes, despues de todo blackcanary no olvirara a sus compañeros y pude que traiga ayuda del otro lado del multiverso, pero, eso solo lo podriamos ver como el cierre definitivo mas adelante.
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