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domingo, 19 de octubre de 2014

Redefiniendo las siglas S.O.S. 

Tanto tiempo hemos esperado por lanzamiento de The Multiversity que ciertamente un mes no es nada, y aunque esta extenso lapso de tiempo de vigilia ha hecho decrecer la emoción y la intensidad del peso de la serie, al leer las primeras páginas de, tanto esta edición en la que hoy nos toca profundizar, como la anterior, Grant Morrison se pone los pantalones de ser un guionista tan de talla como prestigioso y le devuelve a esta serie la magia literal que sentíamos desde el primer día que oímos y leímos distantes rumores sobre el proyecto. Tanto tiempo hemos esperado y, por más increíble que me parezca, aquí estamos, analizando este segundo número que lleva a sus espaldas (¿O contratapa?) un enorme listón de hype y expectativas que el excelente primer número le dejó ¿Está a la altura? Y teniendo en cuenta del escritor con el que estamos tratando ¿mantiene una linealidad, lógica y una temporalidad estable? ¿O ya se notan pequeños indicios de un inminente, como es de costumbre, sendero desvirtuado que adoran tantos lectores como los que lo odian? Yo soy JokerAnónimo y trataré de responder a todas esas dudas que seguramente deben estar interrumpiendo el sueño de muchos. Al servicio de la humanidad, con ustedes Multiversity: Society of Super Heros.

Spoilers a continuación.

 De arranque ya notamos un cambio radical, tal como se había prometido, en la estructura narrativa entre esta edición y la anterior que tuvimos en nuestras manos. La del número anterior se basaba más en el objetivo de romper la cuarta pared y de buscar complicidad desde el lector hacia la revista, pero en este caso se forma más en un molde estilo-relato y, a decir verdad, hasta no llegar a la fase final del argumento en el que en esta ocasión nos tocaba adentrarnos, tampoco hay jugueteos con esa tan invisible y delgada línea entre la ficción y la pseudo-realidad, y la posible magia embruta en una pieza literaria, en este caso cómic, aunque eso es algo que se nos va de las manos, pero es en lo que, de cierta forma, se hace énfasis y muy seguramente se haga el intento de explicar.

 De este modo, nos encontramos con una entrega mucho más simple que la anterior, la cual venía cargada de conceptos originales e interesantes, y una cantidad muy considerable de frescura de un nivel del cual no habíamos visto ni asomarse un lejano susurro. Así es como Multiversty: S.O.S no logra soportar ni llevar el listón que había dejado su precedente, porque no solo no aporta ninguna idea nueva (limitándose simplemente a solidificar y reafirmar las que ya conocíamos) sino que ningún hecho aquí sucedido parece realmente trascendente, exceptuando por pequeños datos, la Tierra que se nos presenta (cuyo número, por cierto, jamás es nombrado) tranquilamente podría coexistir junto a la "realidad oficial" teniendo en cuenta que no pone sobre la mesa nada transgresor digno de un elseworld.


 ¡Pero, detengan el mundo! ¿Esto quiere decir que estamos ante un mal desempeño? Yo sé que estamos ahondando en el Multiverso, pero si el pelado escocés metiera realmente la pata durante poco más de 40 páginas en su supuesta historia más pulida, yo estaría dudando de que esté yaciendo en mi universo. Lo cierto es que si bien sigo sosteniendo que este es un comic carente de importancia dentro de lo que va a ser la serie, y lo que ya es, pero no le deniega a Morrison ir plasmando su ya conocida marca de agua, agregando escenas con humor camp, referencias pop, sub-tramas y diálogos muy complicados y técnicos en cuanto a información, un poco de violencia explicita, la reinserción de algún personaje olvidado en la Silver Age, y lo mejor: Un ritmo tan frenético que hasta en cierto punto es difícil de seguir, pero tan bien calculado, que no resulta cansino sino por el contrario, nos mantiene leyendo, pasando página tras página hasta finalizar con la lectura.

 Este último aspecto mencionado es sin dudas el más importante de todos, el que le agrega la elegancia y el prestigio merecido a todo el asunto, pues por más abarcativo que el guión resulte, lo cierto es que se las ingenia de tal manera que no hay ningún elemento que quede con la sensación de no haber tenido la atención premeditada en él, ni que no haya sido trabajado y desarrollado como era debido, pues todo está en su lugar. Como dije, es una escritura muy abarcativa, pero voy a tratar de darles un panorama general del argumento: El Dr. Fate reúne a un grupo de super-gente (entre ellos Inmortal Man -el narrador de turno-, Atom, Green Lantern, entre otros) para crear la Society of Super Heros con el fin de hacerle frente a una amenaza, que cada vez más cerca estaba de convertirse en un peligro real, aparente consecuencia de la maldición expulsada por el cómic encantado Ultra Comics, y de  la muerte de Nix Uotan, que le deja espacio libre a Vandal Savage para tratar de conquistar esta realidad. La culminación llega en el momento en que el enfrentamiento entre Inmortal Man y Vandal Savage, termina con la muerte de este último a manos del héroe, lo que más que un alivio resulta ser un heraldo de que algo peor está a punto de llegar solo por haber activado una especie de meta-mecanismo derramando la sangre de un inmortal, advirtiéndonos a los lectores que no tomemos esto como de pasada, que a nosotros nos puede llegar, y que algún poder divino nos ampare si no tenemos superhumanos para apoyarnos. Un excelente climax que cierra con broche de oro una carrera sin respiración ni descanso que resulta ser esta lectura, que bien merecida tiene una ovación.


 Ya habíamos visto a Vandal Savage siendo escrito por el dolape loco, pero resulta también excelso ver como rebaja a otros personajes como Lady Shiva a ser una villana tan grotesca que hasta te puede incomodar por lo salvajes que son sus líneas. Otra de las mejores cosas que podemos encontrar es la escena en que el tiempo salta de repente y solo nos otorgan una pequeña explicación de lo que paso durante todo ese lapso, pero aún así podemos sentir esa bizarra e imposible Tercera Guerra Mundial (que viene con zombies incluídos en el menjunje).

 Sí quiero presentar una queja sobre la elección del dibujante, no me mal interpreten, Chris Sprouse es asombroso y elegante, pero hubiera quedado mucho mejor por el contexto que se encargara, por esta vez, un dibujante cuyos trazos estén más cercanos a un estilo realista y no tan caricaturezco, Solo es una apreciación personal, porque como dije, Sprouse tiene un rendimiento imposible de reprochar y criticar.

 En conclusión, estamos ante un número menos sorpresivo, que tal vez no aporte demasiado, pero aún así funciona como una lectura no solo entretenida, sino también muy interesante y de una calidad no muy común, pero por supuesto, no se podía esperar menos del equipo creativo a la cabeza del producto. Solo esperemos que la próxima vez que nos tengamos que leernos entre ustedes y yo sea estando frente a un cómic que siga no alcanzando, sino superando expectativas. Yo soy JokerAnónimo y aquí me despido. ¡Jokersaludos!

1 Batcomentario/s:

mena dijo...

Concuerdo en que pudiera haber sido otro el dibujante. La historia me recuerda mucho a algunos capítulos de Planetary de Warren Ellis, donde John Cassaday reinventa a varios personajes del pulp y el comic. Su estilo es muy realista, sobre todo en lo expresivo. Los primeros cuatro números de la serie son un excelente ejemplo.