ZSASZ
Título: A Home for the Criminaly Insane (Capítulo
2)
Autor: Gerry Duggan
Arte: Shawn Crystal
Color: Dave Maccaig
“Yo te
golpearé sin cólera
Y sin odio, como un leñador,
[…]
¡Tus queridos sollozos resonarán
Como un tambor que bate a la carga!
Y sin odio, como un leñador,
[…]
¡Tus queridos sollozos resonarán
Como un tambor que bate a la carga!
[…]
¡Ella está en mi garganta, la grita!
¡Es toda mi sangre, este veneno negro!
¡Yo soy el siniestro espejo
Donde la furia se contempla!
¡Es toda mi sangre, este veneno negro!
¡Yo soy el siniestro espejo
Donde la furia se contempla!
¡Yo soy la herida y el cuchillo!
¡Yo soy la bofetada y la mejilla!
¡Yo soy los miembros y la rueda,
Y la víctima y el verdugo!”
¡Yo soy la bofetada y la mejilla!
¡Yo soy los miembros y la rueda,
Y la víctima y el verdugo!”
(El
Heotontimorumenos, Las Flores del Mal, Charles Baudelaire)
Victor Zsasz.
No hay lector
asiduo a los comics de Batman que no
tenga, por lo menos una vaga idea de quién es este criminal, sus métodos de
asesinato y su compulsión por marcar el número de víctimas en su propio cuerpo.
Desde su primera
aparición en "Shadow of the Bat" #1 en
1992 de la mano de Alan Grant, el
personaje ha aparecido aquí y allá siempre dejando su peculiar impronta.
Incluso en el cine, con un pequeño cameo en "Batman Begins", y en televisión, con su última encarnación en la serie "Gotham".
Hoy, de la mano
del escritor Gerry Duggan y los
lápices de Shawn Crystal, su nombre
vuelve a resonar por los oscuros paisajes del mundo de Batman, en una historia que más se mueve en los terrenos de la
novela de misterio que en las típicas aguas del mainstream editorial (no, no estamos diciendo que Arkham Manor no sea parte de la
industria de los superhéroes; lo es, sin lugar a dudas Arkham Manor, junto a las nuevas series en torno a Batman, obedecen, como es de esperar, a
un interés comercial más bien que artístico. Pero el arco argumental que se nos
estás presentando tiene un tono más sombrío y duro que el promedio de las
publicaciones DC).
Con todos los internos del extinto Arkham Assylum trasladados a la anterior mansión de Bruce Wayne, los problemas no han tardado en presentarse. Y Batman, disfrazado bajo la personalidad de Jack Shaw, ha sido ingresado como un prisionero/paciente más para
dilucidar quién está detrás de los horribles asesinatos de un par de enfermos.
A pesar de que
el número comienza con la historia de un joven llamado Seth Wickham, pronto descubrimos que él es sólo la huella que
debemos seguir para adentrarnos en este nuevo capítulo. Para mostrarnos en qué
medio se está desenvolviendo Batman/Shaw.
Para introducirnos en la escenografía que acoge —nunca fue más inadecuado este
término que dentro de las paredes de Arkham—
a los protagonistas y a los secundarios.
Reconocemos al Dr. Arkham, a Mr. Freeze, a Mad Hatter,
al Scarecrow, a Eric Border. ¿Qué se viene?
Es entonces que Victor Zsasz se cruza en medio —su
nombre, por lo menos— y toda la atención de Batman/Shaw —junto con la nuestra— es atraída a este reconocido psicópata.
¿Es él el
asesino que buscamos?
La mayor
impronta que posee cualquier relato de misterio es lo desconocido. Nos movemos,
pero no sabemos a dónde vamos. Siempre existe la posibilidad que vayamos en
dirección contraria. Sobretodo cuando alguna tenue luz nos hace pensar que
aquélla es la salida. Y los personajes, en especial los que parece que no
pintan nada, están ahí para confundirnos.
¿Es ése el papel
de Zsasz en esta historia?
¿Nos ha
distraído lo suficiente para no reparar en lo que significa la presencia de Eric Border, por ejemplo?
¿Nos ha
descaminado tanto que no vimos al silente anciano en silla de ruedas?
¿Y Seth Wickham? ¿Es sólo el cordero
sacrificial para atraer a este dios negro de la muerte a nuestra presencia?
Arkham Manor recién
empieza a construirse, pero lo que ya nos revelan los planos y los cimientos,
es que estamos ante una estructura lo bastante sólida y conspicua como para
depararnos una gran historia de Batman.
Adulta, retorcida… gótica. Un viaje por los pasillos del peor recinto para criminales
insanos que el noveno arte nos ha entregado.
Apenas a un paso
de lo comercial, DC es capaz de
entregarnos pequeñas joyas para que no pensemos que todo obedece a un criterio
monetario. En realidad, sí lo hace, pero nuestra atención es atraída por las
luces pardas de la mansión Arkham y
por el asesino acechando en las sombras.
¿Qué tiene que
ver todo esto con Victor Zsasz? Todo
y nada. La respuesta está por venir… o quizá ya nos ha sido dada.
Como lectores,
esperemos a ver qué hay tras las puertas que aún no se abren.
Se nos ha
invitado a Arkham Manor y queremos
el recorrido completo. Imposible resistirse.
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