SLAP!
Título: Xanadu
Guión: Tom Taylor
Lápices: Bruno Redondo
Terminaciones: Xermanico
Tintas: Juan Albarran
Color: Rex Lokus
Un nuevo número
de "Injustice", ergo una nueva reseña. Y un nuevo trago
de John Constantine, que es quién la lleva hasta el momento. Hasta el momento, no olviden el detalle
porque este es un capítulo bastante duro para Constantine, como para decir “gracias, aquí está el pase, me voy”,
a menos, claro, que seas el hombre de Hellblazer
—o una caricatura al menos del personaje de Vertigo—.
Todos sabemos que
el nigromante no es muy querido en los círculos mágicos —por no hablar de los
infernales—, pero las mujeres llevan la delantera en esta noquerencia del tabacoso.
Constantine llega hasta la puerta de Madame
Xanadu, donde un gentil cartel declara “Entra con toda libertad y sin
temores”. Es que esa adivina tiene un corazón de oro… Hasta que se entera que
el visitante es ya saben quién. Entonces cuelga un anexo al cartel: “A menos
que seas John Constantine”.
Si en este
momento, aparte de los datos sobre la bastante fría relación Xanadu/Constantine, alguien ha reparado
en un extraño tipo disfrazado de murciélago, es que Batman acompaña al rubio nigromante. Sip, un Batman que ha tenido menos brillo que su capucha negra en esta
temporada. ¿Será que se está acabando su aniversario 75? Tras un año saturado
de orejas puntiagudas, en este "Injustice" vemos al Caballero Oscuro bastante
disminuido y, más que nada, como un comparsa de Constantine —aunque hay que agradecer que éste se haga acompañar
por Batman a doquiera que va. Batman vende, no olvidar—.
Se supone que
buscan ayuda para enfrentar a The
Spectre, mostrándole a Madame Xanadu
lo que el vengador hizo con su querido Jason
Blood: dejar esparcido su apellido por el piso en el tercer capítulo de la saga.
Pero la señora ésta
es clarividente, o sea, ve claro, ve más allá. Ve, por ejemplo, que si Jason Blood no se hubiera aliado con Constantine…
SLAP!, resuena la bofetada que Xanadu
le planta en la cara a Constantine.
Y, tras eso, patitas pa’ la calle.
Me imagino que Batman debe observar todo con expresión
tipo Adam West.
Xanadu remata: Blood sobrevivió por más de
mil años atado a un demonio (Etrigan, no lo olviden, el orejón bueno para
las rimas). Y entonces cometió un error…
CONFIÓ EN JOHN CONSTANTINE.
Mas,
reconozcámoslo, Constantine es Constantine. Uno diría que no sabe lo
que hace, pero siempre lo sabe. Tiene un modo extraño de lograr sus objetivos.
Lo hizo con Batman antes —de hecho,
se diría que también lo hace aquí en un supuesto arranque de sinceridad—. Y lo
hace con Xanadu —aunque se diría que
en cada oportunidad debe recibir un buen golpe—.
Quizá éso es lo que lo hace el mejor líder
para enfrentar a Superman y Cia. A estas alturas, se necesita un manipulador
más que un héroe hecho y derecho.
Lo que,
lamentablemente, también debemos aceptar, es que no tiene tanta clarividencia
como Xanadu, quien, en las páginas
finales, tiene una visión de lo que se viene, que confirma una vez más lo que
presentíamos: que esta temporada va en clave de magia… Y de la más profunda y
oscura. Casi un capítulo extra de la deplorable "Justice League Dark".
No solo atisbamos
a Swamp Thing y Deadman. También vemos a ¿Wonder
Woman? empuñando una espada. Y, por si todo esto fuera poco, el anuncio del
regreso de un muerto —asunto normal en los cómics, eso sí—.
¿Cómo jugará las
cartas Constantine? ¿Quién lo
golpeará a continuación? ¿Seguirá acompañándolo ese tipo en disfraz de
murciélago?
Taylor, acompañado por su staff español de artistas con Redondo a la cabeza, lanza aun más pistas de lo que se viene o, mejor dicho, de lo que ya está aquí: un tercer año de "Injustice" cuyo subtítulo debería ser "Magicians Among Us".
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