DANGEROUS
MASQUERADE
Título: Cold Comfort
Autor: Gerry Duggan
Arte: Shawn Crystal
Color: Dave Maccaig
“La Mansión hace el papel de Asilo, mientras yo
pretendo ser un paciente”
(Batman)
Volvemos una vez más al sitio
más nefasto y nefando de Gotham City,
para encontrar que ahí donde la oscuridad reside, existen rincones aún más
oscuros. Como muy bien lo atestigua Jack Shaw, alter ego de Batman, ingresado al recinto para
investigar la serie de muertes que han ocurrido, nada más empezado el episodio.
Como en toda buena historia de detectives —y esta es, hasta el
momento, una excelente historia del llamado Mejor Detective del Mundo—, el final del capítulo #2 nos ha dejado
con más dudas que respuestas:
Deambula por ahí un solícito Eric
Border —quien aún, al momento de los acontecimientos de “Arkham Manor”, no se revela a sí mismo como el Joker—.
En silla de ruedas, languidece un decrépito anciano —de quien,
páginas adelante, sabremos su verdadera identidad—.
También tenemos a Seth Wickham,
un desafortunado muchacho, la última víctima —al parecer— del asesino.
Y, por supuesto, tenemos a Victor
Zsasz, principal inculpado… hasta ahora.
Un buffette bien servido
de personajes que no son lo que creemos —o lo que los autores nos hacen creer—.
Todos fingiendo ser alguien más. Incluido Batman,
quien ha hecho del pretender su estilo de vida… o su modo de darle batalla.
Con los ingredientes ya presentados, este número #3 se mueve con
agilidad y escarba ya hacia la verdad… o su apariencia de verdad.
Somos testigos de cómo Shaw,
tras recuperarse del golpe al final del episodio anterior, vuelve al trabajo
que lo trajo a Arkham Manor,
volviendo a recurrir al disfraz. Ahora es Batman
pretendiendo ser Jack Shaw
pretendiendo ser un médico.
Como todo buen detective, vuelve al sitio del crimen, a la
habitación donde Zsasz atacó a Whickham —que, a estas alturas, ha
sobrevivido y será transportado a un hospital—. Mientras profundiza en las
pistas, más certeza tiene que Zsasz
no es el asesino que busca. Alguien más quiere que creamos eso.
Tras un oscuro viaje por las entrañas de la mansión devenida en
asilo, da con la verdad… o una parte de la verdad: se enfrenta al asesino —¿lo
es realmente?— y, tras ser vencido, encuentra a Victor Zsasz, torturado casi hasta la muerte, otra víctima más. Un
engaño menos.
En las antiguas culturas —en especial la hebrea—, las entrañas se
consideraban como el lugar donde estaban las verdaderas emociones y
motivaciones de las personas. Batman/Shaw
se mete ahí para encontrar verdaderas respuestas; aunque estas dejen aún más
preguntas abiertas.
Pero no sólo ahí caen las máscaras: cuando la ambulancia con el
maltrecho Seth Wickham choca contra
la entrada del hospital, encontramos a los paramédicos degollados y, a la
vuelta de una oscura esquina, a Wickham
deslizándose furtivo. Pero, ¿es él o
alguien más pretendiendo ser él?
El capítulo no cierra hasta que otra verdadera identidad nos es
entregada: Eric Border —Joker jugando a ser doctor, como nos ha
revelado el arco “Endgame”— se
presenta como el payaso del crimen al anciano en silla de ruedas y, acto
seguido, nos revela a nosotros quién
es en realidad el viejo hombre, Clayface,
un viejo enemigo de Batman que antes
fue Basil Karlo… un actor. Vetusta
arcilla que en manos del Joker, se
ve transformada para interpretar un papel más, Clownface.
Cierra el número #3 dejándonos en la exquisita incertidumbre de los
buenos relatos policiales. Nos ha entregado información. Nos hemos asombrado.
Pero la duda ha quedado ahí, imperturbable. Una verdad esquiva tras el fangoso
discurrir de la mentira. Los actores están en escena, pero sus máscaras ocultan
otras máscaras. Como para recordar la palabra griega para actor: hypókrites.
Sabiendo de tanta referencia a mundos y crisis pasadas, valía la
pena preguntarse quién podía ser este Clownface
invocado por el Joker. La única
respuesta fue el show de televisión de Batman de los sesenta… pero visto a
través de los ojos de Los Simpsons:
Viendo un episodio de la serie, Bart
y Millhouse se dan cuenta de que el
actor invitado para interpretar al malvado Clownface
no es otro sino Krusty. El villano
de la semana ha encadenado a Batman
y Robin a un carrusel que cada vez
gira más de prisa, amenazando con matarlos.
Pero Batman se libera
usando su spray “Carrusel en reversa”.
La aparición de Krusty como Clownface
termina con un comentario sarcástico a Batman:
“¿Qué es lo que no tienes en ese cinturón tuyo?”
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