Después de un serio tropiezo, “Batgirl” #38 se redime con una historia que aborda directamente uno de los aspectos más criticados de la serie: el uso desmedido de las redes sociales en el mundo de Barbara Gordon.
Desde de que
Dagger Type usurpo y mancho su imagen
en pro de fama, nuestra heroína ha invadido el internet con cuentas oficiales
en cada red social paródica que se le pueda ocurrir a los escritores. Sus
escapadas nocturnas están en cada pantalla de Burnside, y eso tiene a personas
como Dinah (Black Canary) preocupadas. Ese pequeño sorbo de popularidad está
afectando y cegando a Barbara, pero las inquietudes de sus amigos caen en oídos
sordos, inquietudes como enojar al tipo más intimidante del planeta (titulo
apto para Bruce Wayne).
Las cosas tampoco andan bien en el apartado
del amor, pues el chico con el que está saliendo, un simpático patrullero que conoció en el número anterior, tiene un serio problema
con el vigilantismo y con Batgirl en específico. La plática anti-Batgirl domina las
citas, y Barbara no puede sino sentirse un poco culpable al respecto. Súmenle su pelea con Dinah y la tensión de la tesis, y es cuestión de tiempo
antes que la encapuchada de Burnside haga algo estúpido.
La
historieta le da una excusa: Jordan Barberi, un chiquillo millonario hijo de un
criminal muerto, famoso por su actitud de chico
malo frente a las cámaras. Barberi representa a este nuevo tipo de celebridad
vacía del nuevo milenio, niños ricos admirados solo por su apellido y su
dinero; su dominio de las redes sociales contrasta directamente con el de
Barbara.
Así que siendo
una apresurada y una testaruda, Batgirl decide tomar medidas preventivas en
contra de Barberi y hacer un ejemplo de él. Conocido por manejar desenfrenadamente, Batgirl lo confronta en el bar donde la nueva
banda de Dinah está tocando (!) y termina en una peligrosa persecución por las
calles de Burnside que la lleva a enfrentarse con su cita, ambos enfundados en
sus respectivos uniformes.
La
historieta argumenta en contra del enfoque obsesivo de la sociedad actual hacia
las redes sociales vía Barbara y las consecuencias de su sobre apoyo en ellas.
Pero no todo es negatividad, Stewart,
Fletcher y Tarr quieren encontrar un balance en la discusión sobre el impacto de las redes y la forma en que
moldea la identidad de uno en el mundo moderno. No creo que esto sea lo último
que veamos de Batgirl vs The social
Network, pero si saldrán del ring como aliadas o enemigas está por verse.
Hace rato, en
una entrevista, Andrew Garfield comparó el cambio de personalidad de Peter Parker
cuando está bajo la máscara al anonimato de los “trollers” en el internet. ¿Qué
hago hablando de Spider-man en un Blog sobre Batman? No me linchen aun, pues creo que esa misma idea es la que
intentan desarrollar con este arco, el rol de los alter egos en la red, pues recordemos,
no es Barbara la que se lleva los elogios, es Batgirl.
“Batgirl” #38 establece ideas interesantes para ampliar,
mientras se enjuaga el mal sabor de boca dejado por la reciente controversia.
La serie se recupera de lo lindo, mostrando sus verdaderos colores y
enganchándonos con un misterio cuya revelación ya es inminente. Hay un
titiritero tras los recientes problemas de la Bati Chica y confío en que cuando salga de las sombras el trío creativo nos asombrará.
Y el próximo
mes: ¡Batgirl vs Burnside!
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