JACK SHAW
Título:
Out in the Cold
Escritor:
Gerry Duggan
Arte:
Shawn Crystal
Color:
Dave Mccaig
Cuando recibimos "Arkham Manor", una de las primeras cosas
que aplaudimos fue la recuperación de la figura de Batman como detective, como investigador. La mente más sagaz del
Universo DC, infiltrándose en el
siniestro y célebre hospital para los criminales insanos, para descubrir las
pistas que lo llevaran al asesino que había comenzado a hacer de las suyas
entre los pacientes.
Durante tres
números, acompañamos a Jack Shaw
—el nuevo alter ego de Batman— reuniendo la
evidencia en su entorno, completamente mimetizado con los demás pacientes.
Tuvimos acción,
pero más tuvimos suspenso, horror… y la satisfacción de ver de nuevo al Mejor Detective del Mundo haciendo lo que
mejor sabe hacer, aquello para lo que nació —no olvidemos nunca que "Detective Comics" fue su cuna—.
Por entero
extraviado entre tanto súper poderes, gigantescas y galácticas catástrofes,
crisis ad infinitum, la imagen
germinal de Batman se nos fue diluyendo.
Si "Batman: Endgame" se ha transformado en una gran oportunidad de rescatar al
humano falible bajo la capucha, al hombre que se mueve como un igual entre
semidioses y que puede no tener un plan,
"Arkham Manor" era una gran oportunidad de recordarnos que Batman es detective, que su poderío
reside en su brillante mente analítica, no en sus músculos y artilugios.
Pero este número
cuatro da un paso atrás y vuelve a colocar como eje de la historia, la violencia…
No es ésta una
suerte de mojigatería comiquera: adoramos
las historias de acción, las buenas peleas, los escenarios transmundiales. Disfrutamos cuando Batman le patea el trasero al enemigo del momento —aunque las más
de las veces, les patee la quijada—, cuando vuela por las calles de Gotham en su Batmobile, cuando estrena algún tipo de armadura especial… En
definitiva, cuando es un superhéroes de acuerdo a los cánones del género.
Sin embargo,
también queremos un poco más de contención, un poco más de ingenio y observación.
En el plano de la
ficción, Sherlock Holmes es el
referente más importante de lo que un detective debe ser —no por nada, a Batman se le compara con el cocainómano
investigador británico— y en sus historias quedamos atrapados por la brillante
mente analítica del protagonista. ¿Cuántos golpes dio Holmes en su dilatada carrera literaria?
Una de las mejores
novelas que Conan Doyle escribió
sobre su creación es "El Sabueso de los
Baskerville". Un relato que comienza violento, pero que decanta a historia
de suspenso y giros inesperados que no se resuelven hasta su último capítulo.
Una novela donde Holmes apenas sí aparece al comienzo y luego al final. ¿Estuvo
ahí y no lo vimos antes? Nunca lo sabremos, pero eso es lo que hace grande a Sherlock Holmes.
En "Arkham Manor" teníamos a Jack Shaw y, a través de él,
conteníamos a Batman y dejábamos que
el investigador actuara.
En este número
cuatro, los hechos se precipitan, como si la falta de Batman con capucha y capa fuera insostenible: Shaw hace alianza con Freeze
para poder detener a Clownface y luego
huye de Arkham para retornar,
nuevamente vestido como el Caballero
Oscuro.
La resolución, como
se nos anuncia en las últimas páginas, va a ser un duelo a los puños con el
asesino en las sombras.
Pero no todo está
perdido en esta historia. La gráfica de Crystal
sigue siendo impecable y una fuerza que potencia esta historia de dementes
asesinándose entre sí. Su estilo “sucio” luce en "Arkham Manor" porque no sólo ilustra los acontecimientos, sino que
le imprime un tono casi caótico y descuidado a las viñetas, como si la locura
estuviese a punto de saltar sobre los lápices.
Cuando leemos Arkham Manor y luego miramos alrededor,
nos sentimos como saliendo de un sitio muy oscuro y perturbador. Y ése es un
mérito del dibujo, de la sombra y del color.
Quedan sólo dos
números para conocer la respuesta que motiva toda historia de suspense: ¿Quién
es el asesino?
Hemos disfrutado de
una historia de Batman sin Batman.
Ahora que todo se encauza hacia su fin, el Hombre Murciélago vuelve para poner
todo en orden. Quizá esté bien, porque cuando comenzó su vida en "Detective Comics", lo hizo como
detective, pero vestido ya de murciélago.
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