jueves, 12 de marzo de 2015
I’M NO HERO… I’M JUST A
FATHER WITH A KID TO RAISE
Título: Endgame
Escritor: Brian
Buccellato
Arte: Bruno Redondo
Tintas: Juan Albarran
Colores: Rex Lokus
Y sin darnos cuenta casi, ya estamos aquí, en el último
episodio de “Injustice: Gods Among Us”. Veinticuatro números
que se pasaron como por arte de magia —lo que no deja de ser una acotación
intencionada tras un “año” marcado
por la magia de este divertido cómic digital—.
Podríamos hacer un resumen de lo vivido —y de lo “morido”, porque hay que ver que se muere
gente aquí—, pero eso sería muy aburrido y la tónica, por más que espante a
ratos a algún lector, es la diversión y la subversión en estas reseñas.
Si Sups, Bats y todos los funámbulos integrantes
de este elenco injusticiero, se
dedican a pasárselo entretenido, golpeándose unos a otros, matándose muchas
veces —cómo reprimir la risa ante tanto desaguisado de los próceres de la
justicia…—; pues bien, nosotros hemos intentado hacer lo mismo. Que si hay
alguien que se tome en serio cómics como éste, es que debería levantar la vista
de la revista —o la pantalla del pc… o mac… o tablet… o whatever…— y salir a la calle a tener sus propias aventuras.
“Injustice” es
entretención sin ninguna otra intención que la de entretener. Que para
superhéroes conflictuados e historias
más grandes que la vida, ya tenemos demasiados Morrison, Miller, Moore, etc. —mmm, curiosa agrupación de
emes…—.
Lo que Taylor, y
más recientemente Buccellato, han
perseguido con este cómic digital es entretener, divertir. Jugar con las
expectativas de los lectores. Dar vueltas de tuerca inesperadas. Y —cosa que
agradecemos— colocar a los paladines superheroicos en situaciones que rayan en
lo ridículo, aunque estén enfrentando la extinción misma.
Como ocurrió con el cliffhanger
de la semana pasada:
Transportados más allá del tiempo y el espacio por la
desatada batalla entre Trigon y Mxyzptlk, los ¿héroes? detienen sus
manoteos un instante para mirar a los cielos y ver que las cosas no pintan nada
de bien para ninguno. Desatado el engullidor maelström sobre los personajes estrella de DC, es mejor guardar los puños para más adelante y, en vez de darse
hostias o quebrar cuellos “accidentalmente”
—cofcof… Wonder Woman… cofcof—, es hora de usar las neuronas que, según San Didio, todos nuestros héroes tienen por
montones —como si los cómics de superhéroes se resolvieran por la vía del
razonamiento civilizado siempre, y no por el brutal barbarismo…—.
Con Superman
bastante venido a menos —la magia siempre le ha sentado mal— y con Batman reducido a inoportuno sidekick —¡ah!, ahora sabes lo que tus Robines han padecido por setenta y cinco
años, Brucey—, la solución sólo
puede estar en los verdaderos protagonistas de este tercer año: los magos.
Y cuando decimos magos, estamos hablando en primer lugar del
gran mago, hijo putativo de Alan Moore, el canceroso, avieso, desastrado
y antihéroe por excelencia, John Constantine.
Pongámonos de acuerdo en un punto antes de seguir: dentro de
los incontables desmadres del reboot New 52 —sin contar a Batman y Green Lantern/Hal Jordan, los principales perjudicados—, el nigromante de la eterna
gabardina arrugada ha sido una de las víctimas más notorias —a la par del
anodino Lobo actual—. Su título, “Constantine”, lo redujo a un simple
superhéroe cuyo poder era la magia. Lejos quedaban los gloriosos días de “Hellblazer” y sus grandes arcos
argumentales. Si ya, hace unos años, su figura había sido mancillada por la
versión cinematográfica —que no sólo le cambió la nacionalidad ¡sino que lo
interpretó Keanu Reeves con su noexpresión eterna de yosoyNeo—, la versión de los New 52 terminó por hacer desaparecer
toda la “magia” del personaje.
Sabemos ahora, por los adelantos post "Convergence", que DC Comics terminará poniéndole la lápida a
Constantine con una nueva versión de
la nueva versión —¡casi adolescente y con chaqueta de cuero!—.
Hecha esta salvedad, volvamos a lo que nos convoca, la
reseña de “Injustice” #24. Volvamos al Constantine que conocimos aquí: un tipo digno de desconfianza, que
juega con más de una agenda, pero en quien no hay más opción que creer. ¿Se
transformó “Injustice” en el canto de
cisne del antihéroe tabacoso?
Por un instante, pudimos reencontrarnos con la esencia del personaje
nacido en Vertigo. Sobre sus hombros
recayó la responsabilidad de mover casi toda la historia de este año. Y salió
airoso. Triunfando ahí donde Batman
mismo falló tantas veces. Y consiguió su objetivo. Su propio y personal
objetivo: salvar a su hija.
¿Qué más grande héroe que aquel que lo arriesga todo por su
hijo? Porque Superman, Batman y los otros siempre tienden a
luchar por conceptos abstractos, por utopías. Y aquí estaba Constantine, moviéndose entre prodigios
con un solo objetivo: conservar la risa en el rostro de su hija.
Inteligente, más que todo la troupé de cabezas de músculo, condujo los acontecimientos y se despidió
de “Injustice” con grandes honores,
dejando a Batman mismo con la
palabra en la boca. Ya tendrán los otros un año completo más para darse de
trompadas a lo bruto.
El juego se termina y el que apostó todo, salió ganador.
Tras la inmolación de Doc
Fate con la ayuda de un aterrorizado
Billy Batson, las cosas terminan en un punto muerto: cada equipo por su
lado, con una que otra pérdida —que es lo mejor de la serie, reiteramos—,
tomando un breve respiro antes de dar el vamos por un cuarto año que ya sabemos
será muy mitológico y, estamos seguros, muy divertido. Pero con la satisfacción
de ver por última vez a John Constantine como lo conocimos en los
ochenta, antes de que DC lleve un
paso más allá su herejía y lo convierta en otro hipster a la altura —o bajeza— de "Batgirl" o los "Teen Titans".
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2 Batcomentario/s:
Soberbia tu crítica, totalmente de acuerdo , nada mejor que ver al Hellblazer hacer lo mejor que sabe hacer, salirse con la suya y de la manera en la que la mayoría estaría menos de acuerdo. Lo digo con gran alegría ya que es de seguro lo que mi heroe favorito o sea el Hombre Murciélago debió pensar después de enterarse de la realidad del "plan"
Fuck You Constantine !!!!!!!!!!!
Esta serie cada vez me da más rabia porque TODAS las bajas son del equipo de Batman y los otros sólo suman adeptos y no pierden a ni uno... Esto pinta mal para el Caballero.
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