Reseña: "Convergence: Harley Quinn" #1


"Convergence: Harley Quinn" #1
Guion: Steve Pugh.
Dibujo: Phil Winsalde.
Tinta: John Dell.
Color: Chris Chuckry.
Portada: Steve Pugh.

Todo converge aquí: Telos, el ayudante del coleccionista de mundos conocido como Ultimate Brainiac, ha decidido continuar con la labor de su maestro tras su repentino abandono, y dio inicio al gran evento que enfrenta a las ciudades más emblemáticas de las Tierras que han perecido en el olvido a lo largo de la historia del Multiverso. La Gotham City pre-"Flashpoint", véase, la Gotham City más conocida y en donde tuvieron lugar las aventuras de Batman antes de los New 52, se enfrenta a Follywood, una particular ciudad de Tierra-26 en donde los héroes más importantes tienen… eh… "caricaturescas características". ¿Los combatientes? Por el lado de Gotham, la siempre loca y coqueta Harley Quinn, por el lado de Follywood tenemos a Captain Carrot, el conejo más poderoso de todo el Multiverso. Sí, la verdad que es todo muy bizarro, y es que “Convergence” no encuentra limitación alguna para su más diverso repertorio de héroes y villanos. ¿Estará la ex-novia del rey del crimen a la altura? Algo me dice que la respuesta será un tanto… hilarante. Ahora sí, ¡Convergencia!

Spoilers:

Antes de dar mi opinión, un resumen de lo ocurrido en esta entrega. El número ocurre más allá de cualquier serie canónica del universo pre-New 52, aunque su cronología exacta no es develada. Pero algo es seguro, Harley sigue tal y como la dejamos en aquella línea temporal: independiente del Joker, pero aún vistiendo su atuendo de arlequín a la hora de cometer sus crímenes. Y precisamente así como la encontramos, en el medio de un crimen en donde pretende robar un extraño cráneo de hiena con incrustaciones de joyas. Sin embargo, Harley no se encuentra feliz debido a la notable incompetencia que demuestran sus hombres, y rápidamente son abatidos y arrestados. Harley, sin embargo, es más dura y, momentos antes de asesinar a un policía, algo la detuvo, algo los detuvo a todos. Su fuerza, antaño potenciada gracias a unos químicos proporcionados por Ivy, ahora era insuficiente como para sostener el martillo. Hexagonales figuras cubrían el cielo de Gotham City. Un domo se cernía sobre la ciudad, pronto serian parte de una macabra competencia.


Pasa un tiempo, la ciudad y sus habitantes se esfuerzan en acostumbrarse a la presencia del domo. Harley asiste a un grupo de ayuda para aquellos que se ven demasiado afectados por la situación, se encuentra en fase de rehabilitación y expiación por su pasado criminal y, a pesar de no sonar muy convincente al decirlo, le asegura a uno de sus doctores que ya no escucha aquella “guasa” voz en su cabeza. Como parte de la terapia de rehabilitación, el doctor la obligó a visitar en el hospital al policía del cual casi cobra su vida y, luego de un segundo encuentro casual en el grupo de ayuda ocho meses después, se han vuelto muy íntimos. Todo esto, por supuesto, es relatado por Harley al doctor.

Harley llega a nuevo departamento y anuncia con gran entusiasmo la compra de comestibles realizadas. Se pone a rebanar tomates y, en el medio, imagina a pequeños peces dorados nadando entre los espacios de sus dedos, alrededor de su mano, señal de que cierta locura remanente aún perdura. Momentos después, una espectral figura del Joker se proyecta por detrás de su espalda, y Harley llama a gritos a Louie, el policía, que rápidamente llega desde la otra habitación para abrazarla y consolarla, y apartar así aquél malévolo impulso. Ella, ni corta ni perezosa, le ofrece un buen revolcón en el sofá.

Mientras tanto, en otro lado de la ciudad, Ivy defiende su territorio de una banda de oportunistas que aprovechan la ausencia de poderes de todos los metahumanos y eso no excluye a la bella Pamela Isley que, a pesar de haber perdido su conexión con el Verde, sigue repartiendo varios golpes. Sin embargo, se ve superada en número y uno de ellos apunta una escopeta directa hacia ella. Por suerte, Catwoman hace su entrada justo a tiempo y juntas acaban con los demás. Selina es uno de los pocos personajes que no se ha visto afectado por la falta de poderes, básicamente porque jamás tuvo. Tras aquello, tiene lugar el famoso comunicado de Telos que proviene “del cielo”, en donde anuncia el comienzo de la competición, a la vez que los hexágonos del domo proyectan diferentes imágenes de los combatientes. Un duelo es anunciado: Captain Carrot vs Harley Quinn.


Conscientes de que el futuro de la ciudad está en manos de un ex-psicópata, Pamela y Selina se apresuran a visitar a Harley, de la cual presumen que ni siquiera está informada de la situación, y tienen razón. Irrumpen en el apartamento estropeando la siesta que Harley y Louie estaban teniendo en el sillón. Catwoman se encarga rápidamente de retener al antaño policía de Gotham para que no intervenga, mientras Ivy viste a Harley, que sigue un tanto aturdida por la reciente interrupción, y se prepara para inyectar con una jeringa a su bipolar amiga. En palabras de la propia Selina, se trata de un compuesto que debería neutralizar los medicamentos que mantienen su humor y personalidad a raya. Si Harley iba a combatir a Carrot, necesitaba ser la imprevisible psicópata que siempre había sido. Sin embargo, Louei le advierte a Catwoman que Harley había dejado sus medicamentos hace meses, y que en estos momentos se está manteniendo estable por voluntad propia. Pero era tarde, el trabajo estaba hecho y ahora sólo quedaba esperar el resultado. Tras unos minutos de inconsciencia, Quinn pega un sobresalto y psicodélicas imágenes pasan por su mente. Había vuelto, y había vuelto más retorcida que nunca. Los peces de sus dedos se mueren de la risa.

Opinión:

Como se habrán dado cuenta, el número funcionó de preámbulo al gran combate que se avecina en la próxima entrega, y con la cual finalizará esta mini-serie tie-in. Sin embargo, aunque la acción tendrá lugar más adelante, debo decir que realmente me gustó este número. Tan acostumbrado a ver a la visceral versión de los New 52 de Harley, que me había olvidado lo fresca y divertida que era la original. Y aunque Conner y Palmiotti han hecho un estupendo trabajo con devolver al personaje a sus raíces, ¿cómo decirlo? No hay hogar como el hogar. La mejor versión de Harley Quinn sigue siendo ésta. Steve Pugh me sorprendió por completo, porque a pesar de que Quinn sea un personaje muy carismático, eso no significa que sea fácil de escribir. De hecho, si te fías del carisma propio del personaje y descuidas sus líneas (se me viene a la mente un crossover del Suicide Squad con las Birds of Prey), puede volverse un personaje bastante insufrible. Pero Pugh ha demostrado que es capaz de entender al personaje y, aunque no sacó a relucir su faceta más humorística, sí que supo darle una gran personalidad y, en cierto modo, profundidad.

La psicosis contenida de Quinn está muy bien trabajada y las imágenes utilizadas para representarla (los peces dorados y la figura del Joker al estilo “silver age”) fueron más que acertadas. Hay pocos número que realmente se esfuercen en ilustrar su locura y su estado de tensión por mantener la cordura, pero aquí se logró muy bien. Dejando de lado ese enfoque, el personaje en su totalidad ha sido bien escrito y no se me ocurre línea alguna que este fuera de lugar. Violenta, ansiosa, perspicaz, alegre, libidinosa, psicótica, todo eso lo vemos aquí en Harley y todo encaja muy bien, es a eso cuando me refiero que se le ha dotado de una gran personalidad, y la podemos ver mutando en el transcurso de los cuadros de la manera más natural. Por otro lado, la presencia de Ivy y Catwoman no llegan a ser lo suficientemente significativas. Sí, tienen su papel, pero más allá de eso, está claro que el número le pertenece a Harley y no le roban el protagonismo.


El buen arte de este número también es algo que se agradece. Las diferentes expresiones de Harley están estupendamente logradas y colaboran tremendamente con la personalidad del personaje. Por ejemplo, cuando le miente al doctor sobre la voz y se le queda mirando con una expresión de lo más psicótica al pensar en su “pudín” o cuando grita horrorizada llamando a Louie. Aunque posiblemente, lo mejor del arte fue la página final, en donde la locura de Harley se desata y es llevada hasta su máxima expresión. Casi nunca dejo primeras o últimas imágenes en la reseña, pero como esta ha sido simplemente brillante, no puedo dejarla pasar. Con una Harley histéricamente psicótica, y sus pececitos dorados revoloteando alrededor de sus dedos (dotados con la risa del Joker), y con el propio Joker estando presente en una caleidoscópica imagen de fondo. Sublime.

En conclusión es un número estupendo. Bueno, a mí me gusta demasiado Harley, así que quizá se me hace un poco difícil ser objetivo, pero si a ti también te gusta Harley, este número es lectura obligada. Ahora, yendo un poco por la objetividad, como tiene que ser, el número en sí no aporta nada significativo al evento, básicamente porque el combate ni siquiera ha iniciado, eso será en el próximo número. Sin embargo, es una buena excusa para retornar a, en mi opinión, la menor versión del personaje. Buen guion y buen arte. Nada más que decir.

Nota: 7.5/10. (Recomendable +)

Comentarios

Lucia ha dicho que…
Se ha publicado nuevo video donde no solo vemos el plenitud el nuevo Batimovil, sino los trajes de la TRINIDAD en todo su explendor. http://bleacherreport.com/articles/2429156-deandre-jordan-rolls-out-new-batmobile