ENDGAME
Escritor: Scott Snyder
Dibujante:
Greg Capullo
Entintador:
Danny Miki
Colorista:
Fco Plascencia
Dies
irae, dies illa
solvet
saeclum in favilla,
teste
David cum Sibylla
Tras un contundente periplo de seis números, hemos
llegado al final del fin. El fin del juego.
Durante seis meses, Snyder y Capullo nos
tuvieron preguntándonos qué tipo de drama era el que se representaba aquí.
Jugando con lo cierto y lo incierto. Con la realidad y la fantasía. Con los
sueños y las pesadillas.
Apoyados por una magnífica historia secundaria
ejecutada por James Tynion IV y una pléyade de grandes estrellas del cómic, se tomaron el
tiempo preciso para desarrollar un arco argumental sobresaliente en varios
aspectos.
Asistimos al regreso de el Joker, quien, tras los acontecimientos
del arco “Death of the Family”, había
desaparecido, en apariencia, para siempre.
Y su regreso fue todo lo espectacular que se
espera de él: atacó a la Justice League en pleno, hizo alucinar sobre un futuro oscuro a Batman, trastornó a Gotham entera, puso en tela de juicio su verdadera naturaleza, mutiló a Alfred… Tan sólo uno de estos actos
habría bastado para clasificarle como el villano más importante del Universo DC. Ahora, en el desenlace de este juego
final, Joker se yergue como el
enemigo natural de Batman, su
contraparte por antonomasia. Su complemento y su igual.
Asistimos, además, a otra reinvención de Batman mismo. Una recreación que nos
trae aspectos clásicos de su personalidad —el detective más grande del mundo—;
y su humanidad —la de un hombre que no tiene un plan para todo—; y su
naturaleza —capaz de ser tan extremo como lo requiere la situación—.
Liber
scriptus proferetur
in quo
totum continetur,
unde
mundus judicetur
Quizá haya influido la conjunción de dos
hechos significativos en la mitología de Batman:
su creación y la creación de su antítesis. Ambos con setenta y cinco años a
cuestas. Ambos sobreviviendo a los tiempos. De cara al público. Creciendo.
Evolucionando. Involucionando, a veces. Siempre en constante cambio. Y siempre
regidos por una misma necesidad, la confrontación.
Como actores en un anfiteatro griego que, vez
tras vez, se ponen sus máscaras y salen a escena para representar la misma
tragedia. Esa misma contienda que la portada elegida alude tan bien: San Jorge
y el Dragón. El bien contra el mal. La luz contra la oscuridad.
Sólo que esta vez se nos ha llevado un paso
más allá…
Confutatis
maledictis
flammis
acribus addictis,
voca me
cum benedictus
Snyder y Capullo —quien, innegablemente,
descuella en este número, brindándonos algunas de las imágenes más potentes de
los últimos años— conducen la batalla entre Batman y el Joker al
mundo que está aun más abajo que las profundidades por las que el Encapotado
discurre, llegando a un punto en la pelea en que, sencillamente, ya no hay
vuelta atrás: todo debe decidirse ahí. De una vez por todas. Y Batman, por fin, hace lo que debe
hacerse. Desaparecer… para que el Joker
desaparezca.
Si ambos son el reflejo inverso del otro,
ninguno de los dos puede sobrevivir al otro. Batman parece entenderlo así. Él aplastará la cabeza de la
serpiente, pero la serpiente deberá morderle el talón(1). Es el precio a pagar.
Esa gran viñeta, sencilla pero elocuente, de
ambos yaciendo entre piedras y sangre, parece resumirlo todo: son tantos años
corriendo el uno en pos del otro, cada vez con mayor violencia, con mayor
encono. Cada enfrentamiento, el mismo, pero peor. Ha llegado el minuto de
detenerse. De descansar por un rato. I’m
just going to rest here a little while with my friend, sentencia Batman con su último aliento, mientras
la cura que habrá de salvar a Gotham
sube a la superficie. Una cura que hoy ya no alcanza para el héroe de la ciudad
ni para su némesis.
Lacrimosa
dies illa
qua
resurget ex favilla
judicandus
homo reus
¿Qué viene ahora? ¿Cómo continuar? A través
del diálogo entre Alfred y su hija,
intentamos contestar a las preguntas que quedan en el aire. Pero no hay
respuesta fácil o evidente.
Batman se alzó como un héroe para salvar a Gotham. Y lo hizo vez tras vez. A veces, en pequeños episodios
—como Meek—. A veces, en grandes
despliegues escénicos —como en “The Courtof Owls” o “Zero Year”—. Y cuando fue
necesario, hizo lo que debía hacerse. Destruir a su máximo enemigo,
destruyéndose a sí mismo. No puede haber mayor consecuencia en un personaje,
sea real o imaginario.
Y, al igual que todo gran hombre, se va
dejando un legado. A toda su “familia” unida. Incluso a sus antaño enemigos
peleando lado a lado. Y a Gotham a
salvo. Principalmente eso: Gotham a
salvo.
Lo que motiva la aparición de los superhéroes
hoy en día es la preservación de la ciudad. Al igual que en el ideal del areté griego, el bien de la polis estás por encima de la del
individuo. Morir como individuo, para ascender todos como sociedad.
Desde el primer número de este “Endgame”, Snyder y Capullo nos
situaron en un espacio clásico, circundado por los preceptos y concepciones
griegos. Llegamos como espectadores a esta representación trágica. Fuimos
testigos de los diferentes actos que conformaron el drama. Vimos a los actores
subir y bajar del escenario. Sus voces se proyectaron tras sus máscaras. Eran
personajes, sí, pero también eran ideas. Conceptos.
El coro cantó y nos explicó lo que veíamos.
Interactuó con los actores. Habló por los dioses.
Los sacrificios fueron hechos. Se hicieron las
libaciones en honor a Dionysos. Y un
excelso Deus ex Machina se alzó al
final de la última escena para decretar que ambos, protagonista y antagonista,
debían perecer para salvar a la ciudad amada.
¿Qué es, entonces, lo que nos queda ahora?
Retirarnos en silencio del Anfiteatro. Dejar
que las máscaras sean guardadas y que los actores descansen.
Descansen hasta que de nuevo sea su hora de
salir a escena.
Requiem
aeternam dona eis, Domine,
et lux
perpetua luceat eis,
cum
sanctus tuis in aeternum,
quia
pius es.(2)
MENA
(1) Parafraseo de Génesis 3:15
(2) Versos tomados de la misa por los muertos
en latín, de la versión del Requiem de Wolfgang Amadeus Mozart.
Comentarios
Es lo mejor que he leido desde la etapa de Morrison Incorporated.
Bah, al menos esa es MI opinión. A fin de cuentas, todo queda pura y exclusivamente a criterio de cada uno.
¡Batisaludos!
Lichu.
Solo me queda felicitarte por tan fantástica reseña, pero también quería agregar que, desde mi punto de vista, la portada no hace alusión a la historia de San Jorge y el dragón, sino al Apocalipsis, donde San Miguel Arcángel expulsa a Satanás (el Dragón) de los cielos. No es un dato importante, pero creo que se ajusta mejor a la historia que Snyder estaba contando. Felicitaciones de nuevo. Saludos!.
¡Batisaludos!
Lichu.
Saludos!
¡Batisaludos!
Lichu.
Dicho de otra manera donde empezaron terminan.
¡Batisaludos!
Lichu.
- Joe Chil seguía vivo después de tanto tiempo?
- Cuando el Joker descubre la identidad de Batman? (en death of the family?)
Ojala me respondan y ayuden :/ Deje de leer Batman hace 7 años aprox:v
Después del reboot que significó TheNew52, se hace complicado encontrar una respuesta única a muchas dudas que nos asaltan. Pero, en esta versión de Batman, en el número #15 para ser más precisos, el mismo encapotado, confrontado por su batifamilia, reconoce que tras su primer encuentro con el Joker, encontró un comodín -la carta de presentación típica del Joker- en la BatCave, lo que podría ser un indicio de que sí sabía quién era él realmente. Pero más tarde, al concluir el arco Death of the Family -#17-, Bruce cree que el Joker nunca lo descubrió porque su misma mente se lo impedía. Era algo muy grande para asumirlo. Aunque, vez tras vez, nos encontramos con referencias directas a que el Joker sí lo sabía.
de Joe Chill, sólo sé que Wayne lo encuentra siendo joven y lo deja ir tras confesarle este que sólo quería las perlas de su madre para comprar alcohol.En The Dark Knight #0 cuentan eso.
mena
¡Batisaludos!
Lichu.
Según lo revelado en "Robin: Son of Batman" #6, Damian estuvo alejado de la Bati-Familia durante ese tiempo ya que se encontraba en la otra punta del mundo redimiendo los pecados que cometió durante el Año de la Sangre, hechos que pueden leer en el primer arco de dicha serie. Misterio resuelto.
Lichu.