Reseña: “Injustice: Gods Among Us - Year Four” #6


DIVINE AND SUPER ASS-HOLES

Título: Family
Escritor: Brian Buccellato
Lápices: Bruno Redondo
Tintas: Juan Albarran
Colores: Rex Lokus

¡Hic et nunc es cuando la historia acelera a fondo en el dionisíaco mundo de los injusticieros preferidos de los niños!
Como nos tenía acostumbrados Taylor en temporadas anteriores, Buccellato se ha tomado apenas un par de números antes de llevarnos al conflicto right now. Porque en Injustice” no hay tiempo para preámbulos largos, ni megaruns al estilo Morrison, ni sesudos dilemas marca MooreInjustice” es, como decimos por estos lares, dos cucharadas de sopa y directo a la papa —o patata… o cómo sea que llamen al dichoso tubérculo aquí en el patio trasero de Gringolandia—.
Ya se murió Hulk-Montoya. Sups y Batsy se vieron las caras —aféitate, dijo S., lava la capa, contestó B.—. Los dioses griegos asomaron su entrometida nariz. Y nosotros nos sentimos en casa.
Sólo en el número anterior tuvimos el agrado de ser testigos del resurgimiento de Batgirl —la verdadera pateatraseros que todos adoramos y no la niñita hueca en que terminó convertida en los difuntos New 52—. Y ahora… Ahora papá Zeus ha despachado una orden con rango de ejecución inmediata por medio de su mensajero regalón, Hermes.
Lo que se le pasó por alto a este humilde reseñador —Quandoque bonus dormitat Homerus, como decía el latino Horacio— es que la guerrero a su lado —¿la ven ahí, con escudo y yelmo, al lado de Hermes?— no era una simple capitán amazona, sino Ártemis misma. Y ella…
Pero antes de nuestra dosis semanal de mitología griega que tanto sé que ansían, centrémonos en los acontecimientos de estos otros dioses, los que están among us… ¡Los superhéroes, pues! Quiénes más…
Recapitulemos… o reseñemos —que es lo que menos se hace aquí— los acontecimientos de este número #6:


Tras un encuentro entre Flash, Cyborg y Damian, en que el Bati enfant terrible llama a todo el mundo ass-hole, llegamos rápidamente a la conclusión de que el único ass-hole en este cómic es Robin mismo.
Luego pasamos al cliffhanger del número anterior: Hermes, Ártemis —¡ahora sabemos que es ella!— y un ejército de amazonas, traen el edicto de expulsión impostergable para Superman que, a fin de cuentas, es apenas un exiliado alienígena en nuestro planeta.


¡Cómo ha ocurrido todo esto! Y aquí necesitamos ponernos mitológicos de una vez por todas.
En un racconto olímpico, vemos a Hyppolita jardineando tralalí tralalá, cuando se presenta ante ella la madre de todas las madres, la Crónida HeraCrónida significa hija de Cronos. Seguramente se habrán encontrado con expresiones similares en la lectura recomendada para este año InjusticieroLa Ilíadade Homero. Pélida, atrida, etc.—.
Hera, como esbozamos alguna vez, es la esposa de Zeus y el dichoso esposo es cualquier cosa, menos un dechado de fidelidad: no sólo se ha acostado con toda la parentela femenina, sino también con cuánta humana se le cruzó por delante —aunque siempre princesas, no cualquier pelanduzca plebeya—, e incluso, que todo a la larga hastía, con Ganymede, un muchachito pastor del que, como Apolonio de Rodas nos chismea, Zeus “se había enamorado por su belleza” (Argonáuticas, Canto II, Verso 111-115). Para que se enteren de que Batman no fue el primero en raptarse un amiguito para su mansión.
Vistos tales antecedentes, la visita de Hera no tiene mucho de amable —recuerden que en esta realidad, Wonder Woman también es hija de Zeus con Hyppolita— y no sólo le exige un ejército, sino que le hace entender a base de un potente kame hame ha.


Lo que nos devuelve al presente, en las afueras del Salón de la Justicia, con los ánimos muy exaltados y Sups dibujado en sombras para mostrarnos cuán atemorizador puede ser a veces —es que Redondo quizá no lo ha visto de motoquero gay en DCYou—.
¿Qué pudiera ser peor? Tal vez colocar a Ártemis en escena con los atributos propios de Atenea y confundirlo a uno —ya habrá tiempo de hablar de Ártemis y de su hermanito gemelo, Apolo—.
Pero lo que ocurre es peor que último minuto de telenovela: aparece el escuadrón de las chicas de Batman, servidor incluido.
¿Qué ocurre? ¿No se había terminado todo ya? ¿Qué papel juega Batman en esta interferencia olímpica?
¿Por qué está Ártemis ahí si nunca fue su característica el ir a la guerra?
No se pierdan el emocionante desenlace de este Batiepisodio en la próxima Batireseña, por este mismo Batiblog.

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