BATGIRL RISES
Título:
Choices
Escritor:
Brian Buccellato
Lápices:
Bruno Redondo
Tintas:
Juan Albarran
Colores:
Rex Lokus
Uno de los momentos álgidos y más conmovedores
que nos ha brindado “Injustice” es sin
duda el que tuvimos oportunidad de ver a finales del Year Two del cómic,
justo antes de la matanza, ¿recuerdan? Cuando Jim Gordon se despide de su hija en un último acto de heroísmo… que obviamente no sirvió para nada, pero
eso ya es harina de otro costal.
El punto es que quería traer a su atención la
figura de Barbara Gordon, cuya presencia en “Injustice” como Oracle siempre hemos agradecido, más aún cuando en el ya añejo universo de los New 52 la vimos aparecer caminando como
si nada —por no volver a mencionar en lo que terminó convirtiéndose hacia el
final del caduco universo: una niña tonta de las redes sociales—.
Pero aquí, en “Injustice”, en el hogar de los más desmadradados superhéroes de cualquier universo que nos hayan
montado, tuvimos el regocijo de verla sobre silla de ruedas interviniendo y
dando apoyo logístico a todo el equipo de los rebeldes comandados por Batsy. No, no. No se confundan con
algún tipo de fijación sadomasoquista sacada del libro de texto de Marilyn Manson.
Es que todos los que hemos seguido a nuestros Batipersonajes por literalmente décadas,
nos sentimos muy involucrados con el desarrollo que estos han tenido y ninguno
de nosotros puede negar que “The Killing Joke”figura entre las versiones más entrañables e impactantes del
encapotado de Gotham… y sus
consecuencias también. De ahí que admirásemos a esta Barbara Gordon que logra
reponerse tanto al trauma de ser secuestrada, abusada y baleada por el Joker, como al hecho de quedar inválida
tras ese episodio.
La mujer demostró su carácter al sobreponerse
a la adversidad. Supo dejar de lado la máscara y la capa y reinventarse para
seguir siendo un adalid contra el crimen en Gotham y, de hecho, doquiera que se le necesitase —doquiera. Ah, el sabor de las palabras
en desuso…—. Supo, en resumidas cuentas, transformarse en Oracle y crecer como persona desde su limitación física.
Y, perdida en la reinvención de los New 52, nos satisfizo volver a
reencontrarla en “Injustice”, siempre
lista para apoyar la causa de los antiSups.
Amamos tener de nuevo a Oracle entre
nosotros.
Y no es cosa de que no queramos verla caminar
nunca más, sino que nunca nos gustó cómo
se hizo en el reboot, donde
terminamos con una niñata insoportable a la que dan ganas de meterle un buen
balazo… o cortarle su acceso a WhatsApp…
o ambas cosas…
No. No se trata de eso porque en este número
cinco de “Injustice”, Barbara Gordon ha vuelto a caminar. Oracle
ha apagado sus monitores. Batgirl se ha alzado.
Y lo mejor es que no suena antojadizo: dentro
de los acontecimientos injusticieros
tiene perfecta lógica que ella retome el manto.
Porque, la verdad, Batsy está cada vez más necesitado de compañeros para combatir a Sups. En una hermosa viñeta de Redondo vemos al equipo de la
resistencia y son apenas un cuarteto: Catwoman,
Batwoman, Harley Quinn y el
hombrón traumado —sí, Batman… es que
intento no decir su nombre tantas veces…—.
Tres mujeres y un hombre contra verdaderos
semidioses. Y no es que Harley esté
muy enfocada en el asunto —más interesada se la ve en que Batson haga su truco del Shazam!
para sacarle chispas al Captain Marvel—. Batwoman, sabemos, pretende vengar la muerte de Montoya —ya saben, cosas de niñitas a
las que les gustan las niñitas…—. Y Catwoman…
bueno, Catwoman miauuu…
Sí. Podemos emocionarnos por este verdadero
regreso de Batgirl. Podemos
celebrarlo.
Sobre todo considerando que las cosas están a
punto de ponerse un poco difíciles para Superman
y sus secuaces. Es que cuando Hermes
aparece con un recado de papi Zeus,
lo mejor es hacer las maletas y abandonar el planeta… ¡Oh, eso es justo lo que
el correveydile de los dioses le
comunica a Sups! Y lo hace
acompañado de un ejército de amazonas al más puro estilo Peter Jackson —casi
juramos ver a Elrond gritando ¡Tangado haid! ¡Leithio i philinn! en
medio de las filas élfic… perdón, amazónicas—.
Y si Sups
las tiene negras, más que seguro que se va a desquitar con Batsy —en especial cuando descubra que el "it’s over" nunca fue tal—.
Dijimos que tendríamos dioses este año y ya
los estamos teniendo por montones. Ya hemos visto a Ares, Heracles, Zeus y Hera. Hoy nos tocó el turno de conocer a Hermes, el mensajero de los olímpicos, el chico de los mandados. Mercurio para los amigos latinos.
Lo vemos en tan sólo una viñeta, pero lo
reconocemos por sus atributos: el casco alado, que simboliza su velocidad —sí,
sí, Garrick usaba uno igualito—; y
el caduceo en sus manos, símbolo antiguo de la paz —aunque aquí, claro está, no
creo que tenga mucho significado—.
Hermes, para quienes poco o nada lo conocen, es hijo de Zeus con Maia, hija del Titán Atlas y, por ende, prima del dios. Uno de tantísimos deslices del
dios de dioses. Por su astucia innata — apenas sí había nacido cuando se burló
del carabonita Apolo—, se le considera patrono de los ladrones. Lo curioso es que
también era la potestad de los comerciantes —el caduceo, seguramente se habrán
fijado, se usa hoy en día como símbolo del comercio—. Curiosa asociación:
ladrones-comerciantes. Eran muy sabios
estos griegos.
Además, era el que guiaba a las almas de los
muertos al Hades —y no me vengan con
Disney o Los Caballeros del Zodíaco
para decirme “¡profe, profe! Yo sé lo que
es el Hades”, porque les rompo las palmas de las manos con una varilla—. De
hecho, por este trabajito que hacía,
se le vincula con las cosas ocultas y está relacionado con ritos antiguos en
torno a los muertos. O sea, con el Hermetismo…
de donde deriva lo hermético, que designa a aquello que está muy escondido de
nosotros o que está tan cerrado que nos impide conocer su contenido. ¡Demasiado geniales estos griegos!
Pero no tan geniales como tener a la auténtica
Batgirl, lista para patearle el
trasero al facho Sups y su cohorte
de energúmenos.
¿Qué nos depara “Injustice: Gods Among Us”? Sólo los dioses lo saben… o el oráculo,
¡pero este ya no está porque se ha transformado en Batgirl!
¡Y nosotros lo celebramos! ¡Venga esa orgía…! Perdón, se me contagió el espíritu griego…
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UN EJEMPLO
¡Batisaludos!
Lichu.