Guión: Lee Bermejo.
Bocetos: Rob Haynes.
Arte: Jorge Corona ("We Are... Robin!", parte uno)
Khary Randolph (Epílogo).
Color: Trish Mulvihill ("We Are... Robin!", parte uno)
Emilio Lopez (Epílogo).
Portada: Lee Bermejo.
Letras: Jared Fletcher.
Editora asociada: Rebecca Taylor.
Editor: Mark Doyle.
El excelso Grant Morrison lo dijo en su momento, "Batman y Robin nunca morirán", y es que cuando el Caballero Oscuro y el Joven Maravilla originales se ausentan temporalmente, alguien debe reemplazarlos para seguir protegiendo la ciudad. Ya saben como funciona esto, no es la primera vez que ocurre. Esto va de la mano de otro asunto, que es la facilidad con la que estos héroes logran inspirar a la gente a su alrededor, ya sea por su humanidad o por los ideales que representan. Cuestión que, un poco inspirado y otro poco obligado, el ex-Comisionado Jim Gordon terminó asumiendo el manto del Murciélago en las páginas de "Batman" mientras que un variopinto grupo de adolescentes temerarios decidieron portar la famosa "R" para darle una mano a los menos afortunados.
Muchos dirán que esto no es más que una copia de "Batman, Inc.", obra cumbre acuñada por el mentado Morrison, pero lo cierto es que esta serie funciona a un nivel muchos más callejero y tradicionalista, enfocándose no en una extravagante escala global sino en las migajas que quedaron de Gotham tras la epidemia causada por el Joker. Las consecuencias de esta catástrofe fueron tremendas y dejaron a la ciudad en un completo estado de caos que, incluso meses después, sigue afectando a más de un gothamita. Uno de ellos no es otro que Duke Thomas, el joven afroamericano que vimos en "Zero Year", "Endgame" y "Batman and Robin: Futures End" #1. Como bien recordarán, el Duque de la Muerte obligó a la familia Thomas a formar parte de uno de los tantos espectáculos montados para hacerle la vida imposible a su eterno amigo/enemigo pero al final Batman solo pudo rescatar a Duke, mientras que sus padres se perdieron literalmente en una horda de Joker Zombies. Desde entonces, Duke fue acogido por un padre adoptivo aunque su único propósito es encontrar a sus verdaderos progenitores, misión que le ha traído más de un dolor de cabeza no solo a él, sino a la propia Dra. Thompkins.
Luego de su enésimo altercado callejero, Leslie le asignó una nueva familia adoptiva a Duke para tratar de mantenerlo a raya, pero el intrépido chico no pierde un minuto y decide huir para llegarse hasta el sistema de alcantarillas de Gótica, donde muchas víctimas de la epidemia fueron encontradas. Una cosa lleva a la otra y Duke termina a manos de un grupo de vagabundos en pleno Gotham Underground. Sin embargo Riko, Dax, Isabella, Troy y Dre aparecen de la anda y enseguida salen a defenderlo. ¿Pero qué hacían ahí? Pues lo estaban siguiendo porque querían reclutarlo para unirse a su equipo.
De allí pasamos a un breve epílogo que nos arroja ciertas pistas en torno al futuro de nuestros protagonistas. Resulta que un sujeto misterioso observa a los muchachos y muchachas en acción desde lo que parece ser un bunker para luego abrir un cuarto lleno de trajes, gadgets y armas destinadas para los Robin. La selección natural ha hecho lo suyo y estos jóvenes fueron elegidos para proteger la ciudad. ¿Mi apuesta? El sujeto en cuestión no es otro que Alfred Pennyworth.
Al igual que "Divergence: We Are... Robin!", este primer número sigue manteniendo esa sensación de jovialidad que resulta tan cautivadora, aunque ahora Lee Bermejo incorpora otro elemento a la historia: la desconfianza de los adolescentes hacia los adultos, algo que siempre estuvo relacionado a toda crisis propia de la edad. Duke siente que está solo en el mundo, perdió la fe en el sistema, en los adultos que lo rodean y que supuestamente deben ayudarlo y esto lo lleva hacia un grado de rebeldía tan extremo que no le preocupa poner su vida en riesgo. Más allá de ser un ejemplo claramente exagerado, esta es la representación sencilla de la típica falta de comprensión que experimentan los jóvenes en esta etapa de la vida, algo con lo que podemos relacionarnos pues todos pasamos por ello.
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Title drop! |
Otra cosa que me toca de cerca por haberla vivido y por conocer gente que le tocó pasar por la misma situación es el hecho de quemar etapas bruscamente y asumir responsabilidades mucho más grandes y complejas de lo que uno se imagina. Como ya vimos en las fichas de personajes, la mayoría de estos chicos y chicas provienen de un ambiente dentro de todo normal, de modo tal que no tienen un motivo puntual para querer hacer esto, a diferencia de Batman o cualquiera de sus aliados. Estos muchachos deciden crear su propio ejército urbano de justicieros simplemente por pura necesidad, ya que Batman y Robin están ausentes mientras Gotham empieza a recuperarse luego de todo lo ocurrido. Duke, Riko, Dax, Isabella, Troy y Dre se están metiendo en la boca del lobo al hacerse cargo de problemas para los que no necesariamente están entrenados y esto de seguro les costará caro en un futuro no muy cercano, ya sea física o psicológicamente. Crecer duele y en general las lecciones más importantes de la vida se aprenden solo a los golpes, el problema es que no todos estamos preparados para esto.
Lo bueno es que, si mi teoría es correcta, la Bati-Familia podría estar involucrada en las operaciones de los Robin. Particularmente me gustaría que Alfred fuese su benefactor, ya que no solo sería un excelente guiño a su etapa como guía espiritual de los Outsiders tras los hechos de "Batman, R.I.P.", sino que además le daría mucho más sentido a la existencia de esta agrupación. Según sabemos, Harper Row a.k.a. Bluebird y Batgirl aparecerán próximamente en la serie, por lo cual los Robin estarán ligados de alguna forma a la Familia, pero mi apuesta va por el lado del buen Alfred, que a fin de cuentas volvería a hacerse cargo de todo ante la desaparición de su amo.
El arte sigue siendo uno de mis aspectos favoritos de esta serie, ya que representa todo lo que queremos ver en una historia de este estilo. Dinamismo, energía, grandes escenas de acción y una narrativa gráfica notable que va perfectamente de la mano con el guión de Bermejo. Mientras que Corona nos ofrece trazos más caricaturesco y detallados, Randolph nos ofrece un epílogo más estilizado y convencional, aunque no podemos olvidar el trabajo de Mulvihill y Lopez, cuyo coloreado crea una atmósfera lúgubre y tensa ideal para que los Robin puedan brillar en medio de tanta desolación, otro de los tópicos fundamentales de esta saga y uno de los componentes esenciales en la concepción de Robin, ya que fue diseñado para lucirse sin importar cuanta oscuridad y caos lo rodee.
En conclusión, la serie tuvo un comienzo oficial sumamente atrapante, dándonos todavía más motivos para seguir mes a mes las aventuras de los Petirrojos adolescentes. En el pasado me declaré fanático del costado teen del Bativerso y, pese al descontento de muchos, me alegra que esta arista de la franquicia siga creciendo para ofrecernos aventuras cada vez más entretenidas y refrescantes.
¿Qué opinan ustedes, amigas y amigos lectores?
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