ANOTHER BRICK
IN THE WALL
Título: Superheavy,
parte tres
Escritor: Scott
Snyder
Lápices: Greg
Capullo
Tintas: Danny Miki
Colores: Fco
Plascencia
Que Bruce Wayne reaparecería, tarde o temprano, no era
ningún secreto. Que vuelva a ponerse el manto del Murciélago en algún momento
del futuro, lo damos por descontado. Lo que nos intriga y nos conduce a leer
los cómics de Batman ha sido siempre el cuándo y el cómo.
Aún en sus horas más oscuras, siempre tenemos la certeza de que volverá.
Lo que nos fascina como seguidores del Encapotado es ser testigos del camino
entre la primera y la última página.
Por ello, a raíz del fatal desenlace de “Endgame” —y hoy, con el
número #43 de “Batman” en nuestras manos, tenemos la confirmación
de que sí fue mortal— no nos asombramos cuando Snyder y Capullo
admitieron, entrevista tras entrevista, que Bruce Wayne estaba
vivo y que, eventualmente, volvería a ser Batman. El truco estaba en cómo nos contarían el desarrollo de la
historia.
Aparte de algunos reacios —que Batman es una figura que hemos
aprehendido e interpretamos de manera personal—, el arco “Superheavy”, tan
criticado aún antes de ver su primera viñeta —y me incluyo entre ellos—, ha terminado
por imponerse como una historia potente, bien basada, que no está temiendo
tomarse los tiempos necesarios para contarnos los acontecimientos, aunque
tampoco se le puede acusar de remolona —como sí ocurrió con otros arcos del dúo
Snyder/Capullo—, ya que en sólo tres números ha desplegado casi todas
las aristas del conflicto que plantea:
Tenemos a Jim Gordon transformado en este nuevo Batman
institucional. Tenemos —a contar de este número— a Bruce Wayne
integrado a las páginas. Y tenemos a un nuevo villano, Mr. Bloom,
que pretende subvertir a una ciudad que aún no logra levantarse del todo tras
el cruento ataque del Joker en el arco pasado.
Pero, además, tenemos esta co-trama que nos habla de lo que significa ser Batman, de quién ha sido, es y será para esta ciudad tan íntimamente ligada a
su esencia de vigilante.
Tras la sencilla, pero muy efectiva portada de Capullo, donde este
tal Mr. Bloom parece florecer —y que yo, en lo personal, contaría
entre las mejores portadas de Capullo—, la historia —como viene
haciéndolo Snyder desde el comienzo del arco— arranca con una escena que
sólo comprenderemos al final del número —y que nos resuena gratamente el
entramado de cada número de “Watchmen”, donde incluso las portadas
conectaban con el tema central del capítulo—. Aunque aquí hacemos bien en
preguntarnos quién es el eje central
de “Batman” #43, qué nos
aporta al desarrollo de la trama, cómo
el destino de sus tres protagonistas va enlazándose en prosecución de un final
que, esperamos, sea de los más apoteósicos que nos han dado Snyder y Capullo
—y, ojo, que no somos ciegos a finales anti-climáticos como lo fue el de “Death of the Family”—.
Pero, al abrir este capítulo, lo que nosotros esperamos con ansiedad es
que se nos revele quién es este Bruce
Wayne con el cual quiere hablar Gordon —cliffhanger efectivo del número anterior—. Y decimos bien al
preguntarnos quién es porque, evidentemente, ya no es el
mismo Wayne que conocemos desde tantos años atrás: éste es un hombre distinto, más luminoso y esperanzado. Un hombre que cree en poder cambiar las
cosas, pero desde otra vereda, inmerso en medio de la gente y la ciudad a la
que tanto ama.
Y si un cómic puede definirse por una escena, sin lugar a dudas el
diálogo entre ambos que deriva en la explicación de los ladrillos que van
levantando un muro que es hogar y protección a la vez, es el centro
gravitatorio de todo lo que ocurre.
Batman, estamos aprendiendo
—aunque siempre lo hemos entrevisto—, trata principalmente sobre tu ciudad, el
lugar por donde transitas, la gente que cohabita tu mundo. Y esta sociedad que
te cría, te sostiene y te define, no se forma del aire. Es una contribución colectiva
en la que cada uno pone un ladrillo a la vez. Las cosas no pueden mejorar si no
hacemos todos un esfuerzo por ello.
¿Fue ese el gran error de Batman, siempre empeñado en una cruzada
personal, solitaria por salvar Gotham?
¿Le permite esta resurrección, este nacer de nuevo, comenzar a trabajar
del modo adecuado?
¿Es este Bruce Wayne el héroe que la ciudad se merece?
Batman como símbolo es una
frase que no hemos acuñado en El Blog de Batman por mero capricho. “Superheavy” completo ha sido planteado de este modo y la expresión aparece, mínimo, un par
de veces por número. Pero él es, principalmente, el símbolo de un héroe que
quiere, por sí solo, levantar un muro protector para su ciudad. ¿Será que ha
llegado el momento de dar un paso adelante en el desarrollo del personaje, de
volverlo más comunitario? Un solo ladrillo poco puede hacer para formar un
hogar, pero muchos ladrillos, unidos por alguna potente argamasa, pueden armar
un gran castillo inexpugnable.
Parece la conclusión lógica, visto desde la óptica de nuestro nuevo Bruce
Wayne. Pero —y he aquí la riqueza del texto de “Superheavy”— Gordon,
por su parte, parece estar llegando a una conclusión opuesta: como oficial
dependiente del GCPD, comienza a darse cuenta de que el establishment tiende a limitar los
movimientos de sus miembros. Necesita el actuar al margen de la sociedad, para
poder defender a la ciudad. Se lo plantea a Wayne y lo lleva a la
práctica en la búsqueda de pistas que le lleven a Mr. Bloom. ¿Es
entonces la individualidad la clave para producir cambios? ¿Es esta una
contradicción de ideas?
No necesariamente si entendemos que la señal de Batman brillando
en los cielos —o alumbrando las calles ahora— es un signo de esperanza para la
gente desamparada. Porque, tal vez, Batman mismo es el muro que puede
proteger a Gotham entero. Un muro construido en base a los ladrillos de
su experiencia vital, de sus enfrentamientos con un sinnúmero de enemigos.
¿Están Snyder y Capullo, entonces, rearmando a Batman
para dejarnos a un personaje aún más sólido, fundado en motivaciones más
fuertes que un trauma?
Las siguientes páginas, que nos describen un revelador diálogo entre Superman
y Alfred, parecen entregar más pistas al respecto.
Aquí adquirimos la certeza de la muerte de Batman en su enfrentamiento con el Joker. Pero también nos sorprendemos del cómo
volvió a la vida y los cambios que ello involucró —mención aparte merece el
trazo limpio de Capullo cuando se nos habla de este vuelto a nacer Wayne.
No sólo es una efectivo y efectista dibujante de acción; también sabe ilustrar
una buena conversación, llenándola de pequeños detalles de expresión y
corporales—.
Parece no haber vuelta al Batman pre-“Endgame”. Como lo
expresa muy bien Alfred, esa cicatriz que le marcó ha sido removida. Wayne
puede ser ahora el hombre que siempre estuvo destinado a ser. Y puede ser feliz
en el intento.
Snyder, citando una trama
que había desarrollado brevemente antes —más específicamente, en el meganúmero aniversario de “Detective Comics” v2 #27—, nos revela una máquina a medio terminar que pudiera
regresarnos al Batman original —algo más de ella y de las implicancias
de la clonación, vimos en el tie-in “Batman: Futures End”—.
![]() |
Viñetas de "Batman" #43 y "Detective Comics" #27 respectivamente. |
¿Nos estarán preparando para traernos, tras un amplio periplo, de vuelta
a este lugar para reencontrarnos con el Batman de siempre? ¿O sólo se
nos está remarcando la importancia de Batman como símbolo de la lucha
eterna contra el crimen que infecta a la ciudad? —resulta paradójico que el
futuro, no sólo en el mundo de Batman sino en el de todos los
superhéroes, siempre sea oscuro. Entendemos que la lucha es sin fin. Siempre
será necesario un superhéroe para salvar a la sociedad. ¿Una guerra perdida de
antemano? No es este el lugar para discutirlo, pero es una interesante perspectiva
sobre el mundo de los enmascarados, en especial de Batman—.
¿Qué más nos depara “Superheavy”? ¿Cómo traerán de regreso a Batman/Bruce
Wayne? ¿Restituyendo sus traumas, reconstruyendo los ladrillos que formaron
su personalidad? ¿O entenderá Wayne que debe volver a ceñirse la capa y
la capucha porque él es la piedra angular del muro que desea levantar, sólo que
esta vez motivado por amor, no por las cicatrices de su pasado?
“Superheavy”, de la mano de Snyder/Capullo,
se vuelve cada vez más adictiva e interesante. A nivel de guión, nos
encontramos con un producto muy maduro trabajado como reloj, cuyo arte no le
queda a la zaga, iluminando los pasajes necesarios, pero también brindándonos
la oscuridad necesaria para que no olvidemos que hay un enemigo que comienza a
brotar, como la mala hierba: Mr. Bloom, cuya ominosa presencia
abre y cierra “Batman” #43, dotando del peligro necesario el entorno de Bruce
Wayne —ahora acompañado de Julie Madison, interés
romántico de Wayne desde 1939 y hoy rescatada por la pluma de Snyder
y que, no se puede dudar, añadirá otra capa más a esta historia; para bien o
para mal, eso está por verse—; dejando a BatGordon ante un infernal
—literalmente— riesgo y a Julia en aprietos. E incluso involucrando
mortalmente a uno de los enemigos clásicos de Batman, el Penguin.
Todos, ingredientes que los autores manejan magistralmente, creando el suspenso
necesario para tenernos con ganas de leer ya “Batman” #44.
Mientras tanto, más detalles han sido puestos ante nosotros. Dándonos lo
suficiente para alimentar nuestro fanatismo, pero esquilmándonos bastante para
seguir enganchados con “Superheavy”.
Comentarios
El número en cuestión me ha parecido el mejor en lo que va del arco. Su lectura se me hizo más amena, y ni siquiera me han molestado los monólogos de los personajes, cosa que siempre le criticaba a Snyder. De Capullo solo puedo decir que el tipo es un CRACK.
También debo decir que lo banco a BatGordon. Me gusta, es un Batman más terrenal, más humano. En arcos anteriores, Snyder no lo ha mostrado como el mejor policía de Gotham. Aún así es un personaje agradable, y a mi manera de ver, el ser Batman es un premio para Gordon, por todas las tragedias, por estar siempre ahí y ser un buen amigo y aliado. Se que muchos no soportan este cambio, y no es mi intención molestarlos, pero esta es mi opinión, para bien o para mal.
Para terminar, fantaaaastica reseña ha hecho, Mena. Es un gusto leer lo que escribís. Saludos!.
Lo del Joker está en el aire, pero si funcionó para uno, ¿por qué no ha de funcionar para el otro? Lo interesante es que si el dionesium cambió a Bruce... ¿lo hará con el Joker?
Respecto a tu duda, Ángel, volví a releer el episodio para darte una respuesta precisa.
Gordon, definitivamente, no sabe que Wayne fue alguna vez Batman. Se acercó a él porque la tecnología del Rookie fue desarrollada por WayneTech y piensa que Bruce puede ayudarlo a "desaparecer" para poder investigar mejor.
Y, sin lugar a dudas, Bruce no sabe que él era Batman. Alfred, hablando con Superman, le dice que partió mencionándole a Bruce que tuvo un accidente durante el ataque del Joker. Luego fue reconstruyendo la vida de Bruce, pero justo cuando Alfred le iba a revelar su misión como Batman, Bruce le interrumpió y le dijo que no quería saber nada más.
Incluso vemos a Alfred parado delante del reloj, como si se aprestase a mover las manillas para abrir la entrada a la BatCave.
Espero que ahora estés más claro.
Y gracias de nuevo por sus comentarios.