Reseña: “Batman” #44 - “Superheavy”, parte cuatro

COILS UPON COILS

Título: A Simple Case
Historia: Scott Snyder
Escrita por: Scott Snyder y Brian Azzarello
Arte: Jock
Colores: Lee Loughridge
Portada variante Green Lantern 75th Anniversary: Tony Daniel y Tomeau Morey

Uno pudiera pensar que una historia titulada “Un Caso Simple es algo sencillo de reseñar. Limitarse a señalar los acontecimientos. Inicio, desarrollo, conclusión. Las unidades básicas de interpretación de cualquier texto.
No podíamos estar más equivocados al tomar Batman #44 en nuestras manos e intentar referirnos a él. Como el propio narrador omnisciente del número admite: aquí se trata de leer entre líneas.
¿Y qué es lo que Snyder y Azzarello nos están contando subrepticiamente? ¿Qué hay tras los expresivos dibujos de Jock?
Vemos rizos sobre rizos. Vemos la búsqueda de una verdad que nos lleva a otra verdad que, a su vez, vuelve a conducirnos a una tercera verdad y así ad aeternam.
La historia abre con el cadáver de un adolescente, Peter Duggio. En un cuadro simple, escueto pero feroz, Jock nos dibuja su cuerpo tirado para que los cuervos den cuenta de él. Todo comienza con el casi niño Peter. El inicio del hilo que Batman seguirá a través del laberinto en que Gotham se ha transformado en busca del Minotauro que robó su vida como ofrenda.


Pero los vericuetos de un laberinto son tortuosos y no sabemos qué hay en la vuelta de la esquina.
Sabemos sí que estamos en los primeros tiempos de Batman, casi inmediatamente después del fin del  Zero Year. Batman, que a pesar del tiempo que pasó fuera, conoce la ciudad bastante bien, se encontrará con la sorpresa de que, quizá, aún deba aprender cómo funciona ésta y que no todo es tan lineal como él se quisiera. El nexo asesinado-asesino no es un asunto bilateral y los matices y zonas grises se superponen unas a otras.
Una primera pista lo conduce al Penguin. Pero de éste va hacia una pandilla, los Four Fives. Acto seguido es Ned Howler, un policía con oscuro historial. Todos parecen haber estado implicados en la trágica muerte de Peter, pero ninguno es el responsable directo. Algo más subyace bajo la apariencia de este simple caso. Porque es el relato del primo del muchacho muerto quién arroja nuevas luces que puedan, tal vez, aclarar los hechos.
Es entonces cuando comenzamos a girar esquina tras esquina.
Está Bruce Wayne y está Blossom Row. Uno intentando levantar a la ciudad y, en especial, a los barrios pobres. Una macro solución para aliviar los padecimientos de la ciudad. Y está este rincón olvidado donde habita un discreto hombre que parece ofrecer una solución más inmediata al sufrimiento. Un proto Mr. Bloom. Un verdadero brote de las raíces mismas de la ciudad.


Y está Peter al final de la línea. Vueltas y vueltas, rizo sobre el rizo, para que el hilo sólo nos lleve a la partida del laberinto, donde la única explicación para la muerte del niño es el niño mismo. Y es Batman...
...
Snyder ha dejado entrever en Twitter que el narrador de Batman #44 es Gotham misma. Dato no menor que nos acerca aún más a lo que el escritor está intentando hacer con el Vigilante.
Transformar a la ciudad en parte activa y opinante no es algo gratuito. Ya hemos dicho anteriormente que Snyder busca redefinir a Batman. Y este capítulo, como él mismo también lo ha señalado, es central para entender la reconstrucción del mito que está haciendo.
Snyder parece querer entregarnos un nuevo Batman con nuevas motivaciones. Estamos esperando el desenlace del arco “Superheavy” para ver cómo renace el héroe encapotado. Sin embargo, en A Simple Case” encontramos una pieza central: la ciudad. Gotham. La gran madre que pare a todos sus habitantes. Que es capaz de generar a un hombre como Bruce Wayne. A un héroe como Batman. A un joven perdido como Peter Duggio. A un hombrecillo peligroso como Mr. Bloom.
Se nos había adelantado que en este número comprenderíamos quién era este nuevo enemigo que comienza a alzarse. A primera vista pareciera que nos hicieron tontos: apenas sí hemos tenido un acercamiento tangencial a Mr. Bloom. Pero, empeñados en entender lo que está entre líneas, comprendemos que cualquier acercamiento que queramos hacer a los personajes de la ciudad, no podrá ser de otra forma. Todos, Batman incluido, son simples actores en la gran ciudad. Y mientras veamos las cosas a través del matiz de Gotham, siempre se nos escapará la versión definitiva de los hechos.


Escenario más que propiciatorio para que Snyder pueda terminar su cambio de paradigma: en la reseña de Batman #43 hablamos de este nuevo Batman fundado no en el trauma, sino en la esperanza. Ahora en Batman #44 aprendemos que el objetivo del encapotado no es infligir temor en los villanos, sino en dar fe a los desvalidos. Más que centrarse en la oscuridad que rodea a Batman, se nos invita a ser testigos de la inspiración que puede traer a los desdichados gothamitas para que ellos se alcen por sí mismos.
Peter creyó por un momento que podía ser un émulo de Batman y salir volando lejos de la ciudad, pero Gotham es recelosa de sus hijos y no les deja ir muy lejos. Por ello también decimos que al final del hilo está Batman mismo. Él, como el hijo preclaro de la ciudad, está al inicio y al final de cada historia. Rizo tras rizo que, a la larga, sólo nos lleva al punto de partida donde todo es igual… pero distinto.
Todos los personajes están re-aprendiendo a vivir en esta ciudad y nosotros, como testigos privilegiados, también debemos aprender a mirar con otros ojos a Gotham.
El mal ya no es una consecuencia de la aparición de Batman, como tanto se ha elucubrado en los últimos tiempos. El mal es inspirado por los acontecimientos que los ciudadanos padecen en Gotham. Lo mismo puede decirse del bien. Por ello, en un rincón, Mr. Bloom medra al amparo de los rincones de la ciudad. Y por ello mismo, Batman se redefine en el cobijo de las azoteas de Gotham.


Batman #44 es un número grandioso. Donde el texto se ha trabajado con la exactitud de un relojero —no por nada, fue un texto escrito a dos manos—. Donde el arte ha estado al servicio de la historia que se nos ha contado. Donde las verdaderas cosas están pasando entre viñetas. Y donde tenemos la misión de redescubrir a nuestro héroe favorito, imitando su último gesto: poner un dedo en la piel de Gotham para sentir su conversación.

Comentarios

Eladio Garro ha dicho que…
La verdad es que este número no me pareció la gran cosa, pero indudablemente, tiene sus cosas interesantes, destacando el lado detectivesco de Batman que se desaprovechó demasiado desde el inicio de los Nuevos 52. Yo le doy un 8/10.