L’ESSENTIEL EST INVISIBLE POUR LES YEUX
Título: Madhouse
Escritor: James Tynion IV
Arte: Roge Antonio
Colores: Dave McCaig
Los Anuales siempre crean una especie de
expectación cuando se dan en medio de algún arco importante del título al que
pertenecen.
“Batman” ha sido bastante acertado con sus Anuales,
como el primero en el que conocimos qué era lo que atormentaba a Mr. Freeze, o el segundo con la introducción de Anchoress, y el tercero dónde aprendimos qué significaba ser amigo
del Joker. Pero lo más importante ha
sido siempre cómo Snyder ha aprovechado detalles de estos
Anuales, para usarlos más adelante en el desarrollo de sus historias, siendo,
sin duda, el Annual #2 el más conspicuo al respecto porque
en él conocimos a Eric Border, un anónimo enfermero de Arkham que en pleno “Endgame” se nos revelaría como el
mismísimo Joker.
Por ello, al
abordar la lectura de este Annual #4,
lo primero que se nos viene a la cabeza es qué
nos oculta. Qué es lo que se nos está contando y que no alcanzamos a percibir,
pero que con gran seguridad saldrá a relucir en algún momento del futuro.
La historia en
sí, nos pareció bastante anodina. Casi una anécdota. Un atisbo de regreso al status quo del Bativerso: La Mansión
Wayne, transformada en Arkham Manor, regresa a manos del hijo de los fundadores, merced a las
buenas intenciones de Geri Powers. Y, en ese sentido, más que la
historia de Wayne en la mansión, es
la historia de la mansión misma y el restablecimiento de su presencia clásica
en la biografía de Batman.
Acompañado de Julie Madison, Bruce ingresa a
la gigantesca casona familiar para reencontrarse con parte de su pasado. Sin
embargo, aunque él mismo lo haya olvidado, parte de este pasado —parte muy
importante en realidad— tiene que ver con sus actividades como Batman; y este pasado regresa de la
mano de tres villanos clásicos del Encapotado: Riddler, Mr. Freeze y Clayface.
Del primero no
hay mucho que agregar: su gravitante presencia durante el “Zero Year” lo transforman
en uno de los personajes más importantes, tras la a veces cansadora y ubicua
imagen del Joker, del período New52.
Clayface, por su parte, ha tenido apariciones esporádicas de tanto en tanto, siendo
las más significativa durante los números #19
y #20 de “Batman”.
Pero Mr. Freeze se ha transformado en el gran desperdicio de la era inaugurada
en 2011. Luego de un auspicioso debut en el primer Annual de “Batman”, donde
aprendimos de sus trabajos de criogenia, que pronto serían vitales para detener
la amenaza de la Corte de los Búhos;
le perdimos su rastro sólo para verlo aparecer de tanto en tanto —la última
vez, en “Arkham Manor”—, jugando un papel demasiado secundario para los grandes
méritos que tiene como antagonista del Caballero
Oscuro.
¿Qué papel juegan
los tres en este Anual? Casi como los fantasmas del Cuento de Navidad de Dickens,
se supone que están ahí para revelar la locura de Bruce Wayne, como un
último llamado de atención que quiere poner en evidencia que la locura tras los
villanos de Batman, es la misma en
la cual creció el niño huérfano; que ellos y él son, esencialmente, una misma
cosa. Que si su insania los ha llevado a Arkham,
Bruce debería acompañarlos. Y que si
Bruce puede refocilarse en su
mansión, ellos también tienen ese derecho.
Snyder ha repetido en más de una ocasión que está intentando cambiar el paradigma de Batman, de revelar el símbolo inspiracional que subyace tras su
máscara. ¿Estará Tynion jugando la
carta contraria? ¿Será su objetivo transformar a Bruce Wayne en el ser de
la oscuridad, como un opuesto a la luz que Batman
debería arrojar sobre los gothamitas? No debemos olvidar que Tynion y Snyder llevan años trabajando codo a codo en redefinir al Batman post New52. Y si el objetivo final del run completo es elevar a Batman
al rango de figura positiva, lo lógico es que su alter ego se transforme en su
opuesto. Y, aunque no sea más que una elucubración de nuestra parte, sería una
decisión bastante acertada.
Por ello mismo
volvemos a nuestro cuestionamiento primero: ¿qué es lo que no alcanzamos a ver
en este Annual #4? ¿Debemos esperar
simplemente, que Bruce Wayne vuelva a su mansión como parte de
su regreso como Batman? ¿Hay más de
lo que vemos en la presencia oportuna y, por ende, sospechosa de Powers y Madison?
Basados en lo que
han sido los anteriores Anuales —y más allá de la simple historia que se nos
plantea—, algo debe estar ante nuestros ojos y no lo notaremos hasta que Tynion y Snyder nos lo revelen.
Parafraseando a
un popular autor francés: ése es su secreto, que lo esencial es invisible a los
ojos.
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