Reseña: "We Are... Robin!" #3


Guión: Lee Bermejo.
Bocetos: Rob Haynes.
Arte: Jorge Corona (Historia principal)
Khary Randolph (Epílogo).
Color: Trish Mulvihill (Historia principal)
Emilio Lopez (Epílogo).
Letras: Jared Fletcher.
Portada: Lee Bermejo.
Editora asociada: Rebecca Taylor.
Editor: Mark Doyle.

¿Nunca les pasó de asumir un compromiso y luego arrepentirse? Si hay algo peor que eso es el hecho de tener que asumir dicho compromiso sin estar seguro de poder afrontarlo, y esto es exactamente lo que le ocurrió a los Petirrojos en esta entrega. Atrás quedó la jovialidad, la suspicacia y los vagabundos iracundos, esta vez enfrentan una misión de vida o muerte. Es cierto que los adolescentes se caracterizan en general por tener esa falsa sensación de omnipotencia pero el tiempo se encarga de demostrarles las verdaderas limitaciones propias de la vida, más aún cuando se trata la vida de un vigilante enmascarado. Así y todo, nuestros jóvenes protagonistas están muy conscientes del reto al que se enfrentan, mas saben que deben hacerlo si o si para salvar a su ciudad. Porque eso es lo que Batman les ha enseñado, a velar por la seguridad de los inocentes sin importar cual sea el costo.

Los Robin están en el subterráneo tratando de desactivar las bombas plantadas por el ejército de linyeras comandado por Rat-Face y una segunda figura misteriosa. Claramente los muchachos no tienen ni la más mínima idea de cómo desactivar una bomba, de modo tal que reciben una serie de instrucciones de El Nido. El problema es que los explosivos podrían tener distintos mecanismos de detonación, implicando que estas instrucciones pueden no servir. Como si no fuera suficiente, los vagabundos comienzan a causar destrozos y atacar civiles en las calles de Ciudad Gótica, obligando a casi una decena de Petirrojos callejeros a entrar en acción para hacerles frente. Eventualmente BatGordon se hace presente pero no solo frena los disturbios, sino que también reprende a los Robin por su accionar. Claramente la política de las autoridades gubernamentales locales y el G.C.P.D. contra el vigilantismo está más vigente que nunca.

De regreso en el subterráneo, Dax, Dre e Isabella logran desactivar exitosamente uno de los explosivos, mientras que Duke, Riko y Troy temen dar un paso en falso y que su bomba explote. Viendo que se estaban quedando sin tiempo, el operario de El Nido les envía un vagón para sacarlos del lugar lo antes posible, pero Troy decide quedarse para intentar desmantelarla pues está empecinado en detener esta catástrofe inminente. Desgraciadamente la suerte no estaba de su lado y corta el cable equivocado. Troy Walker muere.

El epílogo, por su parte, no hace más que confirmar mi teoría inicial: el enigmático benefactor de los Robin no es otro que el mismísimo Alfred Pennyworth. Tras haberse dado cuenta de que sus métodos no fueron los más efectivos, Alfred dice que es hora de que El Nido vaya hacia los Petirrojos, mientras observa con gran frustración el traje que Dick usó cuando era Robin, exhibido en un rincón de la Batcave.


A decir verdad, tengo sentimientos encontrados con este número. Por un lado me parece interesante el giro que la serie tomó al sacar a los Robin del entorno en el que se venían desenvolviendo para que la realidad les pegue una buena cachetada en la cara, pero al mismo tiempo me parece muy pronto para semejante cambio. Lo mismo ocurre con la muerte de Troy. Me parece perfecto que cumplan con lo que prometen, pero al mismo tiempo estas muertes se tornan algo intrascendentes teniendo en cuenta que es demasiado temprano como para haber formado una cierta empatía con el personaje en cuestión.

Lo peor de todo es darse cuenta de la posición en la que Alfred se encuentra luego de esta tragedia. Quiero decir, prácticamente envió a estos jóvenes a una muerte segura y uno de ellos efectivamente falleció, algo que no condice para nada con su filosofía de siempre proteger a los más chicos y tratar de involucrarlos lo menos posible en este rubro tan peligroso y traicionero, en especial luego de lo que ocurrió con Damian. Seguro, les proporcionó el conocimiento que creyó necesario para cumplir con su misión y además un medio de escape, sin mencionar que Alfred más que nadie en la Bati-Familia sabe las consecuencias que suele tener este modo de vida, pero esto no quita el hecho de que la muerte de Troy pese ahora sobre sus hombros. Que su fallecimiento tendrá repercusiones en el futuro de la serie es indiscutible a esta altura, ¿pero qué quieren que les diga? Aún así me parece una muerte un tanto innecesaria en este punto.

Defunciones aparte, la aparición de BatGordon fue sin dudas lo más interesante de esta entrega pues nos permite vislumbrar el panorama que se avecina. Como mencionaba más arriba, el gobierno de Gótica y el Departamento de Policía se han propuesto detener a todos los vigilantes que vean dando vueltas por la ciudad, hecho que desanimó profundamente a los Petirrojos y nos da la pauta de que están por convertirse en los enemigos número uno de las autoridades. Nada peor que conocer a tu héroe y que sea lo opuesto a lo que esperabas.

Otro punto a destacar es la aparición de los nuevos Robin urbanos, cuya presencia da verdadero significado al término "pandilla". No veo veo mucha lógica que digamos tras el ataque de los vagabundos más que la necesidad de causar caos por causarlo, pero me parece una presentación más que adecuada para el resto del grupo, sin embargo no puedo evitar preguntarme por qué el escriba Lee Bermejo esperó tanto para introducirlos. Entiendo que Duke, Riko, Izzy, Dre, Dax y Troy son los protagonistas principales, aunque creo que verlos más seguido junto a los demás integrantes haría un mayor énfasis en el concepto de la serie, que es la pluralidad masiva de Petirrojos.

Independientemente de esto, no quiero que me malinterpreten. Gran parte de lo que acabo de decir son solo algunas apreciaciones personales y no problemas reales de la historia. De hecho disfruté bastante del número, en especial por el trabajo del equipo artístico que continúa manteniendo el nivel de espectacularidad al que ya nos tiene acostumbrados. Detalles más, detalles menos, esta entrega cumple el objetivo primordial de entretenernos, consagrando a la serie como un producto sumamente recomendable por estos días.

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