
No es de sorprenderse que el anuncio (y su respectiva campaña publicitaria) de la tercera parte de su saga más famosa, es decir The Dark Knight III: The Master Race, haya sido recibido con mucho prejuicio y pesimismo. No obstante sus noticias han sido de gran repercusión, ningún lector de cómics que se precie de serlo ignoraba el proyecto. En este caso, Miller se trae un equipo creativo formado con varios de los máximos referentes contemporáneos como lo son Brian Azzarello, Andy Kubert y Brad Anderson, además que regresa Klaus Janson, el entintador de la serie original, a su respectivo puesto. Con un equipo creativo de tanta altura y competitividad, ¿qué tal resultó el número de lanzamiento de este título tan esperado? ¿Cómo le fue al considerado rey de los comics, y su historia más famosa, en su regreso? Descúbranlo a continuación.
Atención: Spoilers.
El cómic comienza con la frase "¿Una buena muerte? No existe tal cosa" que ya establece una diferencia fundamental entre ésta y las dos partes anteriores, ya que se trata de un héroe que no está más empecinado en buscar la muerte perfecta que le ponga el punto final a su vida, al contrario, está seguro (después de comprobarlo unas cuantas veces) que esa cosa no existe y no vale la pena encontrarla. El Hombre Murciélago está más vivo que nunca y listo para volver. Será una frase corta, pero contiene tanta fuerza y rigor que es la mejor apertura que pudo haber tenido el número en cuestión.
La oración viene adjunta a la primera página, que cuenta con una secuencia de tres viñetas cuya propuesta también es simple, pero efectiva. El Batsuit está dentro de la vitrina, es destruída y luego tenemos una toma de la ¿nueva Batcave? solitaria y oscura. Cumple con la norma básica de expresar más de lo que se muestra y generar cierto dinamismo en las composiciones. Sin ton ni son sabemos que Batman volvió nuevamente a las andadas, y lo que vemos no parece ser muy sereno. Es, como mínimo, prometedor.
La noche de Gotham City es tormentosa, nos evoca a la iconica portada de Miller. En la escena un joven delincuente de los barrios bajos es perseguido por la policía y cuando está a punto de ser arrestado, el Caballero Oscuro arremete contra los oficiales para permitirle escaparse y que difunda las fotografías que tomó del hecho. Mientras presenciamos la situación, leemos el chat que tuvo lugar luego de eso entre el joven en cuestión y otro colega suyo, mandándole las fotos y contando todo sobre el regreso de Batman (que desapareció otros tres años) que ahora parece estar de su lado, ¿o siempre lo estuvo?
La idea del chat es muy inteligente, aunque la mala ortografía empleada entre los integrantes del dialogo es demasiado exagerada, he leído comentarios de personas cuya lengua materna es el inglés que se complicaron a la hora de leer la conversación, ¿el cómic trae como extra el juego de descifrar palabras encriptadas? Sea como fuere, la inclusión de los smartphones le otorga ese toque moderno a la atmósfera Dark Knight, quizás sigue siendo una ciudad peligrosa pero digna del Siglo 21, donde las cosas no son como aparentan y superficialmente parece ser todo más limpio y luminoso. El hecho de que la juventud festeje ver a Bats golpeando representantes de la ley también parece ser consecuencia directa de DK2.
Acto siguiente nos impactan con página doble que nos hará sentir en casa. Se trata del espacio dedicado a mostrar a los medios de comunicación, con un plano de la ciudad de fondo, y la repercusión que tiene la viralización de las fotos tomadas la noche anterior. Como es habitual en la saga, vemos a los periodistas hablar banalmente del hecho, y contradiciéndose entre ellos con sus distintas ópticas. Si bien está clara la sátira hacia varios periodistas reales de Estados Unidos, tal vez a esta secuencia le falta algo más de riesgo, ensuciarse más las manos como se hizo anteriormente, con inteligencia, y no centrarse simplemente en la ficción. Estoy seguro que veremos una splash-page como esta en cada una de las siguientes ediciones, y ojalá sea mejor aprovechada. Aunque, de todas formas, no se puede negar que sigue siendo entretenido ver en ridículo a los noticiarios, que cada vez son más una caricatura de sí mismos, y que realmente era infaltable.
Dejamos Gótica, y la historia se sitúa en el Amazonas, donde Wonder Woman está salvando a un grupo de nativos de un monstruo, entre minotauro y centauro, cuya magnitud realmente intimida e impacta, con un bebé que está rescatando a cuestas. La escena ya la venimos revisando hace rato, y cumple exactamente con la expectativa que generaba. La pelea está excelentemente coreografiada, es hermosa a la vista, exige que uno se detenga a apreciar su emblemático salvajismo. Si bien ya sabemos que el guionista neoyorquino echó sus raíces anteriormente en la Princesa Amazona, el resultado exitoso de esta batalla mucho tendrá que ver con Brian Azzarello que ha escrito el aclamado run de la heroína en el marco de los The New 52!, donde demostró su conocimiento de causa escribiendo una de las mejores historias del personaje en mucho tiempo.
Luego de romperle el cuello a la bestia (¡y dejarnos ver un pezón amazónico!), Diana regresa a su pueblo con el bebé, llamado Jonathan, que se nos revela ahí mismo como otro fruto de amor entre el Hombre de Acero y ella. Se podría deducir que el niño es producto de la hilarante escena de sexo de DK2, que quienes la hayan leído la recordarán porque es imposible olvidarla, pero teniendo en cuenta que entre esa historia y ésta pasó un lapso de tres años, y esa criatura no parece tener más de uno, las matemáticas no dan... Aunque, la cronología no me interesa, sería un lindo detalle. Tema aparte, es interesante que se sume otro hijo a la ecuación, ¿qué papel asumirá en el argumento? ¿Y exactamente de dónde Wonder Woman lo rescató? ¿Por qué estaba en peligro?
Nuevamente nos re-dirigirnos, esta vez con Supergirl/Lara, la hija badass de la Amazona y Superman. La chica en cuestión visita la abandonada Fortaleza de la Soledad, para asegurar los artefactos que están ahí dentro y a su propio padre, que se mantiene congelado (aparentemente por voluntad propia). Lara le plantea por qué se dejó derrotar por seres tan inferiores como los humanos, y escucha chirridos provenientes de la habitación contigua. Se trata de los habitantes dentro de la ciudad embotellada de Kandor que, al verla, le piden que "los ayude".
Quitando que La Fortaleza de la Soledad en esta realidad está supuestamente destruida por Lex Luthor (los problemas de continuidad de DComics se extendieron incluso hasta el Dark Knight Universe), esta escena es una de las más interesantes argumentalmente, ya que genera muchas incógnitas. ¿Qué pasó durante estos años? ¿Qué tanto de la trama nos están ocultando? Es difícil dilucidar qué pudo haber llevado al boy-scout a rendirse y congelarse, fundiéndose junto a su cueva, ¿y por qué volvió a embotellar a la único ciudad superviviente de su planeta natal? ¿Tiene que ver con el motivo, que desconocemos, que llevó a Batman a volver de nuevootra vez? Sin dudas hay mucha tela para cortar, mucho para descubrir y desarrollar.
Ellen Yindel, Comisionada de Gotham recibe la noticia de que tienen al Cruzado de la Capa y así se desata una escena de acción que, pese a durar diez páginas, no baja su frenético ritmo ni su interés. El escuadrón designado del GCPD atrapa a Batman y, por medio de unas muy ingeniosas tomas, lo muelen a palos (literal) y son consecuentemente derribados en su contraataque. Lejos de lo que pueda aparentar según lo que les narro, esta escena es la mejor de todo el cómic. En mucho tiempo no se ha registrado una situación tan violenta y sádica en el Batverse (quizá solo el final de Endgame le pueda hacer frente) como esta. El resultado es realmente sangriento, se puede sentir la crudeza en cada golpe y cada litro de sangre fluir en el ambiente gracias al oportuno planteo gráfico. No tiene desperdicio.
El héroe disfrazado cae a merced de Yindel, quien lo desenmascara para descubrir que se trata nada más y nada menos que de Carrie Kelley, ya que Bruce Wayne está muerto. El plot twist/cliffhanger funcionaría mucho mejor si los creadores del cómic no nos lo hubieran spoileado montones de veces, pero tal vez algún suertudo llegó hasta número sin haberse enterado nada y en ese caso resulta completamente efectivo. De cualquier modo no es lo mismo escucharlo que verlo por uno mismo, que siempre es mucho más genial y asegura nuestra lectura para el mes siguiente.
Apoyo fervientemente la decisión de poner a Carrie Kelley bajo la Capa y la Capucha. Miller ya lo ha dicho en ocasiones anteriores, ella es la verdad protagonista de la saga Dark Knight y hemos presenciado su evolución lógica a través de ella, de una Robin inexperta, a su independización como Catgirl y ahora en el heredado rol de Batman. Es el momento perfecto para desarrollar al personaje ya experto y maduro, y afrontando un nuevo desafío. En lo que su diseño respecta, es muy peculiar ver que el Batsuit le queda enorme (sus guantes son tan grandes como su torso mismo), es muy gracioso y simpático, pero por otro lado, en plena acción disimula su menudez y genera intimidación. Se puede pensar que su primera noche como La Dama Oscura resultó fallida, pero teniendo en cuenta que se dijo que ella es hasta más inteligente que su mentor, es probable que haya buscado su arresto por motivos que ya estoy ansioso por descubrir.
La oración viene adjunta a la primera página, que cuenta con una secuencia de tres viñetas cuya propuesta también es simple, pero efectiva. El Batsuit está dentro de la vitrina, es destruída y luego tenemos una toma de la ¿nueva Batcave? solitaria y oscura. Cumple con la norma básica de expresar más de lo que se muestra y generar cierto dinamismo en las composiciones. Sin ton ni son sabemos que Batman volvió nuevamente a las andadas, y lo que vemos no parece ser muy sereno. Es, como mínimo, prometedor.
La noche de Gotham City es tormentosa, nos evoca a la iconica portada de Miller. En la escena un joven delincuente de los barrios bajos es perseguido por la policía y cuando está a punto de ser arrestado, el Caballero Oscuro arremete contra los oficiales para permitirle escaparse y que difunda las fotografías que tomó del hecho. Mientras presenciamos la situación, leemos el chat que tuvo lugar luego de eso entre el joven en cuestión y otro colega suyo, mandándole las fotos y contando todo sobre el regreso de Batman (que desapareció otros tres años) que ahora parece estar de su lado, ¿o siempre lo estuvo?
La idea del chat es muy inteligente, aunque la mala ortografía empleada entre los integrantes del dialogo es demasiado exagerada, he leído comentarios de personas cuya lengua materna es el inglés que se complicaron a la hora de leer la conversación, ¿el cómic trae como extra el juego de descifrar palabras encriptadas? Sea como fuere, la inclusión de los smartphones le otorga ese toque moderno a la atmósfera Dark Knight, quizás sigue siendo una ciudad peligrosa pero digna del Siglo 21, donde las cosas no son como aparentan y superficialmente parece ser todo más limpio y luminoso. El hecho de que la juventud festeje ver a Bats golpeando representantes de la ley también parece ser consecuencia directa de DK2.
Acto siguiente nos impactan con página doble que nos hará sentir en casa. Se trata del espacio dedicado a mostrar a los medios de comunicación, con un plano de la ciudad de fondo, y la repercusión que tiene la viralización de las fotos tomadas la noche anterior. Como es habitual en la saga, vemos a los periodistas hablar banalmente del hecho, y contradiciéndose entre ellos con sus distintas ópticas. Si bien está clara la sátira hacia varios periodistas reales de Estados Unidos, tal vez a esta secuencia le falta algo más de riesgo, ensuciarse más las manos como se hizo anteriormente, con inteligencia, y no centrarse simplemente en la ficción. Estoy seguro que veremos una splash-page como esta en cada una de las siguientes ediciones, y ojalá sea mejor aprovechada. Aunque, de todas formas, no se puede negar que sigue siendo entretenido ver en ridículo a los noticiarios, que cada vez son más una caricatura de sí mismos, y que realmente era infaltable.
Luego de romperle el cuello a la bestia (¡y dejarnos ver un pezón amazónico!), Diana regresa a su pueblo con el bebé, llamado Jonathan, que se nos revela ahí mismo como otro fruto de amor entre el Hombre de Acero y ella. Se podría deducir que el niño es producto de la hilarante escena de sexo de DK2, que quienes la hayan leído la recordarán porque es imposible olvidarla, pero teniendo en cuenta que entre esa historia y ésta pasó un lapso de tres años, y esa criatura no parece tener más de uno, las matemáticas no dan... Aunque, la cronología no me interesa, sería un lindo detalle. Tema aparte, es interesante que se sume otro hijo a la ecuación, ¿qué papel asumirá en el argumento? ¿Y exactamente de dónde Wonder Woman lo rescató? ¿Por qué estaba en peligro?
Nuevamente nos re-dirigirnos, esta vez con Supergirl/Lara, la hija badass de la Amazona y Superman. La chica en cuestión visita la abandonada Fortaleza de la Soledad, para asegurar los artefactos que están ahí dentro y a su propio padre, que se mantiene congelado (aparentemente por voluntad propia). Lara le plantea por qué se dejó derrotar por seres tan inferiores como los humanos, y escucha chirridos provenientes de la habitación contigua. Se trata de los habitantes dentro de la ciudad embotellada de Kandor que, al verla, le piden que "los ayude".
Quitando que La Fortaleza de la Soledad en esta realidad está supuestamente destruida por Lex Luthor (los problemas de continuidad de DComics se extendieron incluso hasta el Dark Knight Universe), esta escena es una de las más interesantes argumentalmente, ya que genera muchas incógnitas. ¿Qué pasó durante estos años? ¿Qué tanto de la trama nos están ocultando? Es difícil dilucidar qué pudo haber llevado al boy-scout a rendirse y congelarse, fundiéndose junto a su cueva, ¿y por qué volvió a embotellar a la único ciudad superviviente de su planeta natal? ¿Tiene que ver con el motivo, que desconocemos, que llevó a Batman a volver de nuevo
Ellen Yindel, Comisionada de Gotham recibe la noticia de que tienen al Cruzado de la Capa y así se desata una escena de acción que, pese a durar diez páginas, no baja su frenético ritmo ni su interés. El escuadrón designado del GCPD atrapa a Batman y, por medio de unas muy ingeniosas tomas, lo muelen a palos (literal) y son consecuentemente derribados en su contraataque. Lejos de lo que pueda aparentar según lo que les narro, esta escena es la mejor de todo el cómic. En mucho tiempo no se ha registrado una situación tan violenta y sádica en el Batverse (quizá solo el final de Endgame le pueda hacer frente) como esta. El resultado es realmente sangriento, se puede sentir la crudeza en cada golpe y cada litro de sangre fluir en el ambiente gracias al oportuno planteo gráfico. No tiene desperdicio.
El héroe disfrazado cae a merced de Yindel, quien lo desenmascara para descubrir que se trata nada más y nada menos que de Carrie Kelley, ya que Bruce Wayne está muerto. El plot twist/cliffhanger funcionaría mucho mejor si los creadores del cómic no nos lo hubieran spoileado montones de veces, pero tal vez algún suertudo llegó hasta número sin haberse enterado nada y en ese caso resulta completamente efectivo. De cualquier modo no es lo mismo escucharlo que verlo por uno mismo, que siempre es mucho más genial y asegura nuestra lectura para el mes siguiente.
Apoyo fervientemente la decisión de poner a Carrie Kelley bajo la Capa y la Capucha. Miller ya lo ha dicho en ocasiones anteriores, ella es la verdad protagonista de la saga Dark Knight y hemos presenciado su evolución lógica a través de ella, de una Robin inexperta, a su independización como Catgirl y ahora en el heredado rol de Batman. Es el momento perfecto para desarrollar al personaje ya experto y maduro, y afrontando un nuevo desafío. En lo que su diseño respecta, es muy peculiar ver que el Batsuit le queda enorme (sus guantes son tan grandes como su torso mismo), es muy gracioso y simpático, pero por otro lado, en plena acción disimula su menudez y genera intimidación. Se puede pensar que su primera noche como La Dama Oscura resultó fallida, pero teniendo en cuenta que se dijo que ella es hasta más inteligente que su mentor, es probable que haya buscado su arresto por motivos que ya estoy ansioso por descubrir.
La dupla Frank Miller-Brian Azzarello es sumamente efectiva. Se trata de un guión sólido, digno para la presentación. Se nos presenta la situación actual de la Trinidad en la que seguramente se basará mayormente esta tercera parte, plantea las suficientes incógnitas necesarias para generar interés y a la vez, sin contar mucho (por no decir nada) se mantiene ágil y dinámico durante sus 30 páginas que se leen rápidamente.
Los dos guionistas se complementan y solventan. Azzarello omite las largas introducciones que suele tener su compañero y, al contrario, introduce a los personajes en un contexto ya establecido desde el comienzo, lo que hace que la historia empiece a desarrollarse exactamente en la primera viñeta y también, agrega ese inconfundible condimento sórdido a la lectura, que está en casi todos sus escritos. El creador de Sin City por su parte se encarga de que todo se mantenga a un ritmo trepidante (como acostumbra), avance o no avance el argumento, todo está lleno de testosterona, mugre y violencia... Además que los infaltables monólogos que respaldan a las escenas de acción siguen presentes, y le regalan distintas matices al resultado final.
The Dark Knight III no es tan urubano como DK1 ni tan enorme como DK2, es más bien un balance perfecto entre ambos, pero que el guionista de 100 Bullets aporte sin resquemor lo suyo, le da cierta frescura a la saga que la convierte en algo nuevo, distinto.
Todos los aplausos se los lleva el apartado gráfico. Andy Kubert es el verdadero encargado de generar la atmósfera de The Dark Knight Returns, en un estudio minucioso que le hizo al Miller de aquellos años, emuló a la perfección su sentido de la narrativa (el pasar súbitamente de un número descarado de viñetas a splash-pages o páginas completas), los enfoques cinematográficos, la carencia de fondos, el constante juego con el blanco y negro, el minimalismo y lo caricaturesco. Todo está ahí, es un verdadero homenaje de Kubert a Miller y un deleite para los ojos. Todo respaldado por el mismismo Klaus Janson, que durante estos 30 años no hizo más que convertirse en un genio con las tintas y su trabajo aquí no hace más que demostrarlo.
El colorista Brad Anderson se suma a la intención y utiliza una paleta de colores muy similar a la implementada por Lynn Varley. El resultado es el de un coloreado muy ingenioso que toma lo clásico como si fuese actual. En la misma edición, Anderson realiza duras noches tormentosas, espectaculares lluvias, tenues lugares fríos, sanguinarios y hostiles ambientes y hasta un hermoso amanecer. No se olvida a qué referente le está rindiendo tributo, pero en estas páginas da una clara muestra de lo que es capaz.
Sin embargo, no todo es color de rosas. Y no me refiero a los errores de continuidad o los detalles mejorables que he ido nombrando a lo largo de la reseña, el resultado final es lo suficientemente sólido como para que esos pequeños tropiezos no puedan arruinar la lectura. El problema es que esa misma solidez tiene un precio alto. Toda la minuciosa prolijidad que rodea este cómic le quita algo clave e importante de los anteriores DK, la rebeldía, la irreverencia, la necesidad de forzar peligrosamente los límites del mainstream y, si es posible, traspasarlos para modificarlos... Nada de eso está acá. Es raro decir que el nuevo cómic de Frank Miller, uno de los máximos referentes del Noveno Arte, conocido por generar polémicas interminables, es entretenido, muy bueno y nada más. Es raro leer este #1 y no encontrar la personalidad desacatada del autor, que emane su rabia y su ironía. Que los diálogos sean casi inexistentes en vez de ser furiosos, y estar repletos de crítica social, mensajes políticos y mucha vida útil. Parte de lo interesante de los trabajos de Miller es justamente su imperfección, la experimentación, la prueba y el acierto, DK3 se encarga de quedarse en lo seguro.
Sí, nos recuerda mucho a TDKR, pero a su costado más superficial, no en los aspectos que nos removían por dentro y se quedaban en nosotros, como una experiencia que no se olvida. Nadie pretende que se cree un cómic tan magno como aquel, pero todo lector sabe que Miller, incluso solamente con una ilustración, es perfectamente capaz de causar estragos y generar todo tipo de sentimientos a la audiencia. Ojo, con esto no quiero decir que el autor no tenga nada que ver con esta nueva serie, de hecho se nota su mano, y hay pequeños momentos en que nos deja bien claro que esta es su versión del Universo DC (BatCarrie golpeando policías, la escena de los medios de comunicación, los largos y poéticos monólogos, etc.), pero es una versión dosificada de él, una "versión light" digerible para lectores casuales.
¿Pero está mal que este sea un cómic más ortodoxo que los anteriores? No realmente, no se puede juzgar a algo por lo que no es. Quizá la intención de Frank esta vez no sea escribir alegorías o llenar el comic de simbolismos, sino desarrollar una trama compleja, interesante y funcional. Con esto recuperará muchos fanáticos perdidos y se asegurará su estadía en la industria. Y si ese es el precio a pagar por mantener un buen tiempo a un autor de su talla en la editorial, estamos dispuestos a pagarlo. Frank Miller regresó con un producto de calidad envidiable, con aires de la vieja escuela, que le promete a DComics volver levantar vuelo de la crisis en la que se ve envuelta. Probablemente hasta sea el único capaz de hacerlo.
Puntaje: 8 de 10.
¿Y a ustedes qué les pareció? ¿Cumplió sus expectativas? Diríjanse a la caja de comentarios a emitir su opinión, y estén atentos que en la mayor brevedad posible saldrá la reseña de Dark Knight Universe Presents: The Atom #1, mini-comic que vino adjunto al que hoy nos trajo aquí. ¡Jokersaludos!
In Miller We Trust!
Comentarios
Antes de leer este número #1, me vi en la obligación de leer DK2. Fue un sufrimiento, he de confesarlo.
Luego leí este número y, como tú tan bien señalas, me resultó fresco, liviano. Quizá demasiado mainstream, pero indispensable como todo lo de Miller, sea que nos guste o no.
Tu reseña, eso sí, del DK2 me ha aportado un punto de vista nuevo que me dice que bien puedo haber estado equivocado al juzgarla tan severamente. ¡Es que yo estuve ahí, cuando apareció DK1 y todo cambió para siempre! Jajaja.
En resumen. Buen primer número. Algo contenido. Pero gran reseña. Indispensable parar leer y entender Master Race y el universo DK completo.
Felicitaciones por tu gran trabajo, amigo.
mena
Felicitaciones por la reseña. Saludos!.