Tengo que aceptar que he descuidado mis deberes con la
banshee de pelo platino patea traseros apodada Black Canary, pero el año nuevo
me ha recargado con la energía necesaria para examinar con fervor “Black Canary” #5 y #6, así que let all the children boogie!
“Black Canary” #5
es una antesala a los explosivos eventos de su sucesiva entrega, permitiéndole
a su elenco exhalar con tranquilidad momentáneamente, solo para hacerlas
inhalar un humo negro que simboliza problemas en las últimas páginas.
La dibujante Pia Guerra se despide con una historia que
empieza con agradecimientos y múltiples menciones de la palabra “familia”,
tanto la que se forma por las circunstancias como la que se forma de maneras más
tradicionales. El apoyo incondicional de la madre y hermana de Byron en su
carrera artística, que aparece más adelante en la historia, resalta la ausencia
de ese tipo de soporte en las vidas del resto de la banda: La familia que Dinah
pudo tener con Kurt, la familia que nunca visita a Paloma y la familia
inexistente de Ditto. A falta de un sostén biológico, las chicas lo compensan
con un sostén mutuo forjado por el Rock 'n' Roll.
Aunque para nuestra heroína las cuestiones familiares pueden
llegar a ponerse aún más complicadas ya que la misteriosa ninja rubia, que
viste de blanco e imita sus técnicas de pelea a la perfección, insinúa
agresivamente la canonización de Sara Lance dentro del Universo DC. Sara fue la
primer Black Canary en la serie de TV “Arrow”
y ahora utiliza el manto de White Canary en la nueva serie “Legends of Tomorrow”. ¿Una ninja caucásica
que cuida de nuestra heroína pero usa colores opuestos a los suyos? Es más que
sospechoso.
Para la culminación de este número Brenden Fletcher se saca
de la nada un conflicto entre las muchachas y varias agrupaciones resentidas,
como excusa para introducir a la banda némesis de Black Canary, “Bo M”, liderada
(obviamente) por Bo Maeve quien, para sorpresa de los que no leyeron “Black Canary” #4, ahora
también posee un grito supersónico. A pesar de que el mecanismo utilizado
para presentar a las nuevas villanas es forzado e inconsecuente, se justifica a
sí mismo con una última página donde tanto Dinah como la hoja misma sufren ante
el sonido de la vocalista de Bo M. El canario se va de espaldas contra la
multitud mientras los reflectores estallan y los colores se liberan radiantes
de los contornos que les contenían.
Black Canary #6 es el ojo de la tormenta en el primer arco argumental de la serie, enfrentando
a Dinah no solo contra una diva resentida con su mismo set de poderes, sino también
contra una banda con modificaciones letales en sus instrumentos musicales en
una batalla musical a lo Scott Pilgrim (peli, no cómic), donde se afrontan
parlante contra parlante.
Al igual que en la última página del numero anterior, el
interior de “Black Canary” #6
tiembla y se deforma ante el choque de personalidades de ambas vocalistas. Sus cantos de canario se enmarañan en una
pelea de vibrantes colores que atomizan los paneles. Un diseño de página osado
y rebelde que marca el regreso triunfal de Annie Wu a su revista prodiga.
Una demostración de fuerza a tal nivel está condenada a
cobrar víctimas, y en medio de la devastación de los cantos supersónicos, Kurt
y Ditto desaparecen de esta realidad, dejando en su lugar un cráter de donde
cosas indescriptibles parecen salir.
Unas páginas antes de la tragedia, Wu flexiona su musculo
artístico cuando Dinah se encarga por turnos del resto de las integrantes de Bo
M. Intimidando a Auntie Gravity, la baterista con los poderes gravitacionales
(obviamente) y la pipa de marinero; noqueando con un combo de golpes dibujados
como partituras a Bonfire, la guitarrista pirómana (obviamente) y electrocutando
con la ayuda de Paloma a Harpy, la bajista de las garras afiladas (obviamente).
Ditto es la gran interrogante y la fuerza motora de la serie
¿De dónde proviene? ¿De una dimensión en la que la base de la realidad es el
sonido? Sus genes son capaces de transformar tímpanos en armas de destrucción
masiva y su comunicación escrita se basa en notas y ondas. No me sorprendería
que su silencio se deba a que su voz tenga capacidades destructivas
inimaginables, como la hija excéntrica de Black Bolt del Universo DC.
Igual, parece que algunas de las preguntas sobre el origen
de Ditto serán contestadas este mes pues “Black Canary” #6 termina con nuestras heroínas confrontado al
líder de la misteriosa disquera que las ha estado manipulado ¿Y quién se sienta
en la silla a la cima del edificio de A&B Records? Kurt Lance, visiblemente
envejecido. Y espiando desde una puerta, Ditto exactamente igual a como se
veía antes de desvanecerse de la faz de la tierra.
Brenden Fletcher tenía mi atención pero con este último
giro, se ha ganado mi interés.
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