Guion: Robert Hull.
Dirección: Kenneth Fink.
Theo Galavan está a un pequeño paso de obtener el control
político sobre la ciudad; con el apoyo del respetado oficial de policía
Jim
Gordon, las cosas parecen ir viento en popa para el esbelto futuro alcalde, sin
embargo, deberá lidiar aún con un último cabo suelto:
el Pingüino, quien es
también intensamente buscado por el
G.C.P.D. Mientras tanto, tras
lo ocurrido asu amiga Bridgit,
Selina decide pasar tiempo con
Bruce solo para descubrir que
él ya está ocupado con alguien más, la rubia
Silver St. Cloud; sobrina de
Galavan y, por supuesto, su cómplice. Y por último, pero no menos importante,
luego de haber asesinado accidentalmente a
Kristen,
Edward se ve obligado a
luchar contra su contraparte más perversa y egocéntrica mediante una serie de puzles.
¿Logrará el correcto
Edward vencer y recuperar su buen juicio, o será este un viaje
de ida hacia la locura y la psicopatía? Creo que la respuesta se hace obvia
cuando recordamos que estamos hablando de “
Gotham”. Advertencia: hay
spoilers.
Retomemos algunos acontecimientos.
Galavan necesitaba poder de ataque para conseguir ponerme en marcha su plan, así que recurrió al único jefe de la ciudad:
Oswald Cobblepot. Sin embargo, el Pingüino no estaba interesado en ser el matón de nadie, y se niega a colaborar con
Galavan. Como último recurso,
Theo manda a secuestrar a
Gertrud Kapelput, la excéntrica madre de
Oswald y, hasta donde sabemos, la única familiar con la que mantiene lazos. Teniendo amenazada la vida de su querida madre,
Oswald acepta trabajar para
Galavan, pero no sin antes maquinar un plan en secreto para encontrar y liberar a
Gertrud. Ese momento ha llegado.
Butch Gilzean se infiltró en el círculo de
Galavan y logró obtener la ubicación exacta de la señora
Kapelput cerca del puerto. Ahora
Oswald, acompañado de
Butch y dos hombres más, se dirige al puerto sin saber que en realidad Galavan lo está esperando, y que
Tabitha “arregló” a
Butch, quien ya no le es leal a nadie.
Habiendo refrescado la memoria, vayamos al inicio del episodio en sí. Luego de encontrar a su madre en lo que parece ser un depósito abandonado,
Oswald no tarda en percatarse la presencia de
Galavan y su letal hermana, por lo que ordena a
Butch que le dispare a ambos para así poder liberar a su madre de una vez.
Gilzean desenfunda su pistola, pero la apunta hacia los propios hombres de
Oswald y les dispara a la cabeza a ambos, es entonces cuando
Galavan le confianza que Tabitha ha remediado a
Butch y que ya no está obligado seguir sus órdenes, sin embargo, es curioso notar que tampoco parece estar a la merced de los hermanos
Galavan, por lo que el asesinar a los matones del
Pingüino resultó ser un verdadero acto de voluntad por su parte. Viéndose rodeado,
Oswald finalmente acepta la derrota, quedándole nada más que pedir clemencia por la vida de su madre.
Galavan luce escéptico ante la propuesta, pero momentos más tarde le pide a su hermana que libere a
Gertrud para así poder presenciar un conmovedor abrazo entre madre e hijo, el cual no dudaría mucho ya que
Tabitha no tarda en lanzarle un puñal en la espalda a la anciana. Finalmente,
Oswald se da cuenta de que su madre pronto morirá en sus brazos, y decide dedicarle sus últimos segundos de vida para pedirle disculpas por haberle fallado. Tras su muerte,
Galavan le pide a
Gilzean que mate a su
antiguo jefe, pero este lo provoca insultando a su ancestral familia al llamarlos un montón de cobardes. Theo toma el arma por su cuenta, pero justo antes de jalar del gatillo,
Oswald toma el puñal incrustado en la espalda de su madre y consigue herir en el cuello a
Galavan. Tras este sorpresivo ataque,
Oswald aprovecha la confusión para “renguear” hasta la ventana y salir airoso del casi fatal encuentro, más allá de que
Tabitha no dudó en gatillarle mientras escapaba.
Terrible secuencia para abrir el episodio, ¿verdad? Las escenas de muerte siempre tienen ese “algo” y esta no es la excepción, sin embargo corrió con una gran desventaja: la muerte de
Gertrud Kapelput se vislumbraba a lo lejos desde hace varios capítulos, por lo que no fue realmente una sorpresa. Pese a ello, la escena fue satisfactoria y se volvió realmente emotiva con la charla madre e hijo. Mi única queja al respecto se centra en la fuga de
Oswald, ya que realmente no me explico cómo es que ninguna de las balas disparadas por
Tabitha logró alcanzarlo, más teniendo en cuenta que ella es una experta asesina y tiradora, y que
el Pingüino no es el tipo más ágil de mundo precisamente. Los tiros estuvieron ahí para llenar de dramatismo el asunto, pero al momento de la reflexión no cuadran muy bien; y a pesar de saber que las balas que le son esquivas a su objetivo son el pan de cada día en este tipo de series, no puedo evitar pensar que se las podrían haber ahorrado con tal de cerrar mejor el asunto. Pero en fin, si de disparos se trata, mejor esperar a unos
párrafos más adelantes, aunque ya me estoy adelantando.
Y de un villano pasamos inmediatamente a otro,
Edward Nigma. Contar al detalle todas sus peripecias no tendría sentido, además de que sería engorroso explicar cada puzle y su respectiva solución; así que me limitaré a lo importante: dar mi opinión sobre el manejo del personaje en este capítulo. Aquellos que recuerden el dramático final del episodio anterior, sabrán que
Nigma terminó estrangulando a su amada
Kristen por accidente, luego de tal fatídica noche,
Edward despierta en su departamento solo para descubrir que su descenso hacia la locura había comenzado y parecía no tener retorno. Ya no se trataba únicamente de ver la visión de su contraparte “maligna”, sino que ahora esta faceta macabra suya había conseguido tener el control de su cuerpo durante su descanso nocturno e influir así drásticamente en su vida. Afrontémoslo, el hecho de que su “psicosis” haya podido controlarlo mientras dormía suena demasiado bizarro, incluso para los estándares de
Gotham. Es una completa ridiculización a los trastornos de personalidad que, a lo sumo, le correspondería desarrollar a
Harvey Dent. Y como si la propia situación no fuera lo suficientemente absurda, los diálogos que se producen entre los dos
Edward se esfuerzan en remarcar la incoherencia y estupidez de todo esto, un recurso que busca la aceptación del televidente tras la explicitación de los hechos.
Una vez que se termina de digerir y aceptar (o no) lo acontecido, llega el momento de los puzles y se podría decir que es la primera vez que vemos al
Riddler en acción. Sobres con signos de interrogación grabados en ellos, juegos de palabras, egocentrismo y un completo desagrado por la ley; todo está ahí, de alguna forma, aunque claro, siempre hay que recordar la situación que hay de por medio y es ahí cuando quizá se pierda la magia al pensar en esa absurda contraparte de
Edward. Al final, luego de haber resuelto los puzles y de encontrar el cuerpo de
Kristen que había sido escondido por su otro "yo",
Nigma tendrá que decidir si controlarse, o dejar que su locura, su psicosis lo domine para siempre. Esta última escena está bastante bien de hecho, y dejando a un lado los malogrados efectos a los que nos tienen acostumbrados las escenas de
Edward con sus delirios, lo cierto es que la interpretación de
Cory Michael Smith es lo suficientemente sólida y al final nos termina convenciendo. Además, todo esto representa el final de toda aquél insoportable asunto de la doble personalidad, así que bienvenido sea el nuevo
Edward.
Llego el momento de hablar de la trama principal, lo que hila y une al resto; y claro está, tiene a
Galavan como protagonista. Tras haberse enterado que su candidatura para la alcaldía de la ciudad resultó en todo un éxito y que pronto asumirá su puesto, decide hacer uso de sus privilegiados recursos de ante mano y se dirige inmediatamente hacia el
G.C.P.D. para denunciar un intento de asesinato por parte del
Pingüino, recuerden que tiene su herida en el cuello como prueba del ataque.
Galavan,
Gordon,
Dent, el capitán
Barnes, todos se encuentran reunidos en la oficina de este último.
Dent le informa a los presentes que el juez le ha otorgado poderes adicionales a la alcaldía, lo que permitirá a
Galavan decretar un toque de queda para así poder buscar al
Pingüino tocando puerta por puerta. Esto no es bien visto por
Jim, que considera dicha medida como una especie de ley marcial que terminará propagando miedo entre los ciudadanos. Sin embargo, el capitán Barnes está de acuerdo en utilizar todo recurso legal que este a su disposición, y le concede su completo apoyo al futuro alcalde de
Gotham. Una vez finalizada la reunión,
Galavan tiene una pequeña charla con
Gordon en donde lo increpa sobre su reticencia y le recuerda que fue él quien lo buscó por ayuda, dejando entrever una sutil amenaza que
Jim capta al instante.
Más tarde,
Bullock le informa su compañero que ciertas fuentes confirman la presencia de
Butch Gilzean en un bar, donde se rumorea que se ha independizado del
Pingüino y busca formar su propia banda. Mientras esperan dentro del coche el momento ideal para entrar al bar,
Gordon nos demuestra que sabe sumar dos más dos, y le enumera a
Harvey toda la lista de coincidencias que han tenido que acontecer para que
Galavan obtuviera la alcaldía. No obstante, a
Bullock dos más dos le da con coma y se muestra escéptico acerca de la tiranía del nuevo alcalde electo. Finalmente, la llegada de un repartidor de pizza al bar les da el pie de entrada a los detectives, que irrumpen con pistolas en mano negándole tiempo alguno a
Butch y sus muchachos para reaccionar.
Jim lo interroga con la esperanza que le diga la ubicación del Pingüino, pero
Butch señala que es libre y que ya no es el matón de nadie. En ese momento, la voz de
Víctor Zsasz resuena desde la calle anunciando que ha venido por
Butch Gilzean, y que todos aquellos que no desean morir a manos de él y sus soldados son libres de retirarse en los próximos sesenta segundos. Los colegas de
Butch toman rápidamente la decisión de irse, dejándolo solo junto a los detectives, que estaban dispuestos a sonsacarle algo al antiguo lacayo del
Pingüino, sobre todo
Jim. Bajo amenaza de ser entregado a
Zsasz,
Gilzean habla sobre el chantaje de
Galavan hacia
Oswald, el secuestro de su madre y todo lo que lo ha obligado a hacer a raíz de ello, desde los asesinatos a los postulantes para alcalde hasta los incendios. Es entonces cuando la cuenta regresiva de
Zsasz llega cero, dando así inicio al momento con más tiros y por lo tanto más desopilantemente absurdo del capítulo. Una balacera arremate contra el bar, provocando que
Gordon y
Harvey respondan con más tiros a ciegas. Como si fuera poco, en un momento los detectives toman una metralleta pesada cada uno, y disparan a diestra y siniestra como si de una película de Rambo se tratase. Finalmente,
Zsasz anuncia su derrota desde la calle y abandona el área. Antes de que Jim se diera cuenta,
Butch también se había ido. Por supuesto, pese a la gran cantidad de plomo que viajó por los aires, nadie resultó herido.
Seamos francos, la escena fue divertida, pero divertida no es lo mismo que coherente y necesaria. Para empezar, no se explica por qué
Zsasz y su ejército no entran al bar en primer lugar, prefiriendo disparar a ciegas desde el exterior, simplemente no tiene sentido, más considerando lo intrépido que es nuestro
calvo asesino. Pero no es realmente el comportamiento de
Zsasz el más errático, sino el de
Jim y
Harvey, pero sobretodo
Jim.
Bullock a estas alturas hace lo que quiere, siempre ha demostrado ser un detective que no le teme a las consecuencias y está dispuesto a cruzar la raya de la ley; pero con
Jim es diferente, porque hace un par de escenas atrás lo vimos extremadamente preocupado por la posible ley marcial que impondría
Galavan, y el miedo que esta esparciría en la población, pero ahora resulta que no tiene ningún cuestionamiento a la hora de tomar una metralleta y disparar a ciegas hacia la vía pública. No es ni necesario tener dos dedos de frente para reconocer que esta escena fue acción gratuita y sin sentido. Hasta la propia participación de
Zsasz es cuestionable si nos ponemos a pensar en todo el poder que ha perdido
Oswald. Si lo tuvo a mano todo este tiempo, ¿por qué no le encargó los asesinatos de los postulantes para la alcaldía en vez de arriesgar su pellejo? ¿Por qué no se lo llevo al muelle al momento de liberar a su madre y así asegurarse más poder de ataque? No sabe/no contesta.
Se acerca el clímax: fiesta de asunción de
Theo Galavan como nuevo alcalde. En ella
Galavan estará expuesto y es por ello que, bajo el miedo un posible ataque por parte de la banda del
Pingüino, el capitán
Barnes designa varias unidades para asegurar el área, incluyendo a
Jim y su escuadrón especial de novatos. Prefiero no spoilear esta escena ya que es interesante como todo se desenvuelve y culmina. Un tenso e interesante trío de intereses entra en disputa, los de
Jim,
Galavan y
Oswald, por supuesto. A pesar de que era obvio que
Galavan no sería asesinado esa noche, la acción de esta escena sí que se disfruta, y su conclusión entra dentro de lo aceptable, que es más de lo que se puede decir de cualquier tiroteo, sobre todo habiendo venido del anterior. Lo importante es que al final, Gordon tiene suficientemente claro quién es el verdadero enemigo de la ciudad, y le declara la guerra a
Theo Galavan, cara a cara. Así es como se demuestra que el personaje es un badass con pelotas sin necesidad de metralleta en mano.
Por último, me queda hablar de
Bruce, que pese a no haberlo nombrado hasta ahora, sí que tiene sus minutos en pantalla. Lo vemos desarrollando su amistad son
Silver, pero lo más interesante es cuando
Selina aparece como una tercera en discordia, y la astuta rubia no se lo piensa ni un segundo en amenazarla y pedirle que no vuelva. Recuerden que
Silver forma plante del plan de
Galavan, y la usa para espiar a
Bruce y asegurarse que cuando llegue el momento, hago lo que él quiere: que le venda
Wayne Enterprises. No hay mucho más que decir, salvo que la enemistad natural entre
Silver y
Cat se vuelve obvia, aunque interesante, además de que es una buena oportunidad para apreciar el lado más perverso la sobrina de
Galavan. En un determinado momento el drama entre los tres es sumamente excesivo, pero en fin, cuando hay mujeres involucradas el techo es el límite.
En conclusión es un
buen capítulo, mantiene el ritmo general de la temporada. Presenta cuotas de acción un tanto injustificadas, pero para aquellos que se dejen llevar lo disfrutarán sin cuestionar.
Nigma finalmente ha salido del caparazón, y a partir de aquí, todo lo que veremos de él provendrá del peor lugar.
Gordon finalmente le declara la guerra a
Galavan, y nos hace pensar en los sucesos del próximo capítulo. Y como si esto fuera poco, no hay que olvidar la muerte de la madre de
Oswald, que por supuesto, ya no será el mismo luego de esto. Capítulo movido, sin dudas, con su pro y sus contras, pero sumamente entretenido.
¡Hasta la próxima reseña!
Nota: 8.0/10.
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