Título: Heart Of Ice.
Guión: Ray Fawkes.
Arte: Ramón Bachs.
Colores: Mat Lopes.
Letras: Corey
Breen.
Arte de Tapa:
Patrick Gleason, Mick Gray & John Kalisz.
En lo personal estoy conforme con este número después del
desastre que fue el anterior, la cuarta parte de “Robin War”, por si no lo recuerdan. Un número que, como comentaba en su reseña, le dejaba una bomba al
subsiguiente, que era nada más y menos que el final de la tan esperada saga. Sobre “Robin War” debo decir que el daño
estaba hecho y que el muerto no se levantó.
A pesar de que esta es una entrega de
transición, si se trata del Año de la Sangre pero no en tiempo presente. Damian relatará al buen Alfred una
de sus hazañas junto a sus partners in
crime (o más bien partners in
atonement). Como fuera en el libro anterior, Ray Fawkes se encarga del
guión, ahora acompañado por el catalán Ramón Bachs y el brasileño Mat Lopes, mientras que el equipo titular (Gleason, Gray, Kalisz) se encarga del arte de tapa.
La historia comienza con Alfred y Damian en la Bati-Cueva. El
querido mayordomo está por cortarle el pelo al niño demonio y le pide al joven que mientras tanto le cuente de sus
andanzas, específicamente de una historia que había mencionado durante la cena.
Típica escena de peluquería.
Ante ustedes, el relato de la ‘Cuchilla Sin Sangre’.
Nos transportamos hacia una helada montaña china. Damian,
Maya y Goliath están en un templo para devolver una lanza (la Cuchilla Sin
Sangre, claro). Como uno se puede imaginar, en los lugares que el abuelo y
madre de Robin lo hicieron meter durante sus misiones de Año de la Sangre, difícilmente
no haya trampas o un comité de bienvenida. Lo segundo en este caso, unos
guerreros híbridos entre monje Shaolin y ninja (total China, Japón, Corea,
son todos lo mismo ¿no?). Los guerreros, Tiantang Zhanshi, no son humanos sino seres congelados (o de hielo
o nieve, o algo parecido) que atacan a los no iniciados que pisen ese suelo
sagrado. Se parecen un poco a los
guerreros del Foot Clan, capaz que sea una forma de DC de inducirnos a comprar
el crossover de Batman y las Tortugas Ninja, el cual recomiendo dicho sea de pas. Ah, no me pagaron por esto, va de onda nomás.
Después de sacarse a los guardias de encima, Damian se presta
a ingresar solo al templo, advirtiendo a Maya que no podría acompañarlo. Robin le
comenta que, cuando robó la cuchilla, fue acompañado por un grupo de guerreros
de la Liga De Los Asesinos entrenados para no tener sentimientos (!) y ni ellos pudieron resistir lo que
les deparaba templo adentro: Un ataque
de frío directo al corazón, que claro
que no detuvo a Damian porque es lo máximo. Aún así la figura que
resguardaba la lanza, una especie de ser mágico, cobra vida a medias para no
solo lanzar ese ataque sino para advertirle a Damian que algún día volverá y recibirá
el doble de lo que dio y se llevó, y será de lo peor (¿volverían ustedes?).
NoBody no se iba a quedar de brazos cruzados claro, menos
con el frío o, como decimos en Argentina, ¡el tornillo que hace afuera!. Dentro
del templo, ambos jóvenes se las verán con la figura guardiana que lanzará un
destello y posteriormente de sus ojos vapor (o humo, lo dejo a criterio de cada
uno aunque me inclino por el vapor), y lo que vendrá después será bastante
particular: cada chico deberá lidiar con su propio dopplegänger (!). Las copias serán bastante particulares, ya que serán
versiones adultas o por lo menos más grandes de ellos mismos. En la
batalla cada doble sostiene que va a vencer y reemplazar a su
rival. Después de un acalorad combate, Robin entenderá que la
forma de vencerlos es aceptándolos, sí, eso dije. Los dobles representan lo que los jóvenes estaban destinados a ser.
Damian un monarca despiadado (por ejemplo Robin
Copia le dice al original: “te destruiré y haré a mi familia orgullosa”) y
Maya una asesina a sueldo que quería venganza por la muerte de su padre (ergo
la cabeza de Damian: “ayudas al que juraste destruir” dice NoBody Copia a la verdadera).
Cada uno debe aceptar y convivir con lo alguna vez fue o
estaba destinado a ser, pero sabiendo que ese destino fue torcido por decisión propia.
Así cada uno absorbe a su doble, o esa esencia de maldad si quieren, y la
batalla llega a su fin. El guardián les dirá que ahora cargan en su interior a
La Cuchilla Sin Sangre, o en todo caso su magia, ya que Damian la devuelve aunque rota producto de la batalla. Ahora deben ser humildes y conocerse a sí mismos. Con todo dicho y hecho, a la salida los guerreros de
hielo muestran sus respetos por la hazaña que nuestros queridos purretes
llevaron a cabo.
Bien por Fawkes en este número, es de fácil lectura y, si
bien no tiene mucha acción o destrucción, los futuros dobles mágicos de lo que debió ser y
no fue me pareció un muy buen toque porque en cierto modo suena a algo que Patrick
Gleason pudo haber hecho.
El arte me parece bueno pero no a la altura de lo que viene
haciendo Gleason, que no me canso de decir la está rompiendo junto con sus
colaboradores artísticos. Los colores de Lopes hacen un buen complemento. El
diseño de los personajes futuros me gustó. Damian tiene una vestimenta distinta
(mezcla ninja/sherpa) y el detalle a resaltar de Maya futurista es el cabello
largo, ya que su ropa no dista mucho de la actual. Goliath también enfrenta a su ‘yo malo’, de hecho los chicos lo
encuentran asustado al final del libro como resultado de la pelea, al cual le falta el ojo derecho.
A la espera de Gleason y su banda, este número es bueno y
Ray Fawkes puede redimirse un poquitín de lo que fue el quinto capítulo de “Robin War”.
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