Reseña: “Batman” #49 - “Superheavy”, parte nueve

PROCESS COMPLETE

Título: Superheavy, part nine
Escritores: Scott Snyder & James Tynion IV
Artista: Yanick Paquette
Colores: Nathan Fairbairn
Portada Alterna: Neal Adams

“Intrate per angustam portam: quia lata porta, et spatiosa via est, quæ ducit ad perditionem, et multi sunt qui intrant per eam”. (Evangelio según Mateo, capítulo 7 versículo 13)

Esta nueva entrega de “Batman”, a un paso del final de “Superheavy”, sólo podemos definirla como potente. Un verdadero golpe a nuestra mente y corazón.
En un número que transcurre casi íntegramente en un solo lugar, con apenas un par de personajes, toda la vorágine de acción, revelaciones y caracteres múltiples se ha visto condensada en lo que es quizá una de las expresiones más básicas y crudas de Batman: Él —o, más bien, Bruce Wayne—, Alfred y la Batcave.
Porque, cuando a la hora de definir —o redefinir— quién es o qué es Batman, todo se reduce a ellos dos dentro de las profundidades de una cueva.
Todo el capítulo es un solo gran momentum: contra las súplicas de Alfred, Bruce Wayne decide renunciar a su nuevo yo para volver a ser Batman.


Una encrucijada de dos vías: O ser Bruce Wayne. O ser Batman.
Desde el comienzo de “Superheavy”, dijimos que las intenciones de Snyder —acompañado del arte de Capullo— buscaban redefinir el concepto de lo que significaba ser Batman. Entendimos, en ese contexto, que el Rookie y BatGordon eran sólo un recurso, una herramienta para, a través de su experiencia, lograr entender a cabalidad por qué Batman es cómo es y por qué no es de otra forma.
Así mismo, como un modo de refrescar a un personaje con más de setenta y cinco años en el cuerpo, los autores intentaban recrear a Batman ya no como un ser motivado por el trauma en una seudo búsqueda de la justicia, que no era otra cosa que la vivificante venganza disfrazada: Batman habría de regresar para iluminar, para generar el cambio no en base al miedo en sus enemigos, sino por la esperanza que pudiera inspirar en alguien más.
¿Lo han logrado Snyder y Capullo?
Este capítulo-puente encierra gran parte de la respuesta. Apoyado por Tynion. su verdadero socio en el run de “Batman” todos estos años desde el lanzamiento de los New52, Snyder se la juega en un capítulo explosivo, casi caleidoscópico, donde Paquette —suplente de Capullo por meras razones de tiempo— se la juega por un dibujo ágil, con múltiples focos de atención que traducen los procesos mentales por los que Wayne pasa intentando recordar lo que un día fue.
¿Es un nuevo Batman el que cierra este episodio? ¿O es, en el fondo, el mismo de siempre?
Snyder —y lo digo a título personal— ha sido un gran escritor en el total de Batman. Aquejado, quizá, por un deseo de emular las megalíticas aventuras de Morrison, sus historias ya han marcado huella en el itinerario del Murciélago.


Sin embargo, no nos abstraemos a los ripios que hemos hallado en más de una parte del camino, y hoy, al leer las páginas de “Batman” #49, no podemos evitar reflexionar si “Superheavy” realmente marcará la diferencia o será una larga vuelta al status quo.
Sabemos que cambios esenciales están fuera por grandes motivos comerciales de DC, pero, en el espacio en que puede moverse un escritor, ¿logra Snyder realmente devolvernos a un nuevo Batman?
Como no podremos verlo en acción sino hasta el esperado gran número #50, sólo cabe la especulación. Mas la especulación ha sido siempre la base de nuestras reseñas, intentando desentrañar qué late bajo las variopintas historias de nuestro héroe.
Basados en lo que podemos leer en este número, el temor nos asalta y más de una escena pareciese decirnos que, simplemente, Bruce Wayne seguirá siendo el Batman que conocemos, con la novedad de un rediseño exterior del Bati-Traje.
Aunque también podemos equivocarnos. Y esperamos que sea así.
Snyder no tiene mucho tiempo para elaborar al nuevo Batman en acción —se ha anunciado que dejará el título tras el número #51, junto a Capullo—. Por lo tanto, todo quedará en manos del nuevo escritor designado. Pero dentro del corto margen que le queda, deseamos que realmente haya marcado la diferencia.
¿Y qué tenemos que sea tangible en este número #49?
Tenemos, principalmente, a Bruce Wayne. El nuevo Bruce Wayne. El Bruce Wayne que siempre debió haber sido si su vida hubiese sido otra. Si aquella noche él y sus padres hubiesen regresado sanos y salvos a la mansión. Un hombre que se ha enamorado. Cuyas prioridades son otras y su enfoque está en continuar el legado filantrópico de su padre y madre.
Pero, tras la intervención de Duke Thomas, también es un hombre que sabe que, alguna vez, fue alguien más. Y el estallido de la violencia en Gotham le deja más que claro que, hoy, su única forma de salvar realmente a su ciudad es tomar una decisión: la de abandonar esta nueva vida y entregarse a las tinieblas de su vida pasada.
Lo que tampoco es contradictorio con este nuevo Wayne. Su relación con la sociedad a nivel de calle. Su relación amorosa con Julie Madison. Un montón de detalles le han enseñado lo valiosa que es la vida y, en el intertanto, ha aprendido lo que significa dar. Dar, incluso cuando el dar signifique sacrificarse a sí mismo.


Porque al entrar en la Batcave, él sabe que para rescatar a ese antiguo Batman, el nuevo Wayne debe morir. Y muerte es una palabra que se lee más de una vez en este número. De hecho, Wayne muere de nuevo para volver a renacer como Batman.
La sucesión de escenas mentales con las que inunda su cerebro en prosecución de ese símbolo que es el Murciélago, no sólo son un deleite para nosotros los lectores, sino que la clara expresión gráfica de lo que sucede a nivel cerebral con nuestro héroe.
Cuando todo termina, sólo se nos deja a un Batman despojado de máscara —y extrañamente de barba—, mirando con esa expresión que creíamos olvidada en él: un héroe abrazando la oscuridad para enfrentar al mal mismo.
De ahí, algunas de nuestras reticencias respecto del cambio real de Batman; pero, también, la emoción de tener de vuelta al verdadero Justiciero de Gotham.
Wayne debe elegir entre dos caminos —como queremos insinuar con el texto bíblico supracitado—, el ancho que le conducirá a una vida normal y la quieta muerte al final de esta; o el estrecho, que tarde o temprano le traerá la muerte, pero la vida eterna como héroe. Casi un parangón de lo que el héroe troyano Héctor debe enfrentar al poner su espada al servicio de la polis arrostrando la muerte o el huir, conservar la vida y dejar a su pueblo a la suerte de los sitiadores.
Sin embargo, Wayne no está solo en este proceso. A su lado está, como siempre, Alfred.


Un Alfred que se nos hace muy humano y frágil —a ratos, mejor versión que el Alfred combativo al que se nos está acostumbrando en recientes apariciones—. Un Alfred que no es otra cosa que un padre con el corazón roto por las decisiones de su hijo.
Sobrecogen sus expresiones que, vez tras vez, intentan detener a Wayne. ¿Qué padre quiere ver a su hijo sacrificarse a riesgo de su propia vida?
Alfred, quizá aún más que Batman, es un personaje que ha sufrido desde la muerte de los Wayne padres. Le ha tocado ser testigo en primera fila de las obsesiones que han gobernado la vida de su pupilo. Lo vio convertirse en este justiciero enmascarado. Lo vio enfrentarse a los mismos enemigos año tras año, mes tras mes. Y, ahora, que ha visto lo que sería un Bruce sin Batman, debe contemplar cómo vuelve todo el dolor que conlleva el manto del Murciélago.
Incapaz ya de obedecer a su amo, es la mano de Julie Madison la que debe poner todo en marcha. Sólo ella puede asesinar al nuevo Wayne, para que resurja el Wayne antiguo, el Wayne que no es sino la máscara con que se disfraza Batman de día. Casi pudiéramos asignar a la presencia de Madison, la personificación del deber sobre el querer. Ese deber que entristece a Alfred, pero que decide a Wayne.
Bruce y Alfred. Ambos y la Batcave como el escenario y el recuerdo de que la tragedia debe volver a ser representada una vez más.
El alcance de este capítulo, ya lo hemos dicho, no podremos constatarlo hasta tener el número #50 en nuestras manos.


¿Es este un nuevo Batman?

Esperemos que Snyder/Capullo no nos hayan hecho andar todo este trecho para volver a un principio inalterado. Confiamos en que podremos distinguir las sutilezas de este Batman renacido. Tras casi cinco años a cargo del título principal de la editorial, no podrían despedirse de otra forma.

Comentarios

Leo ha dicho que…
No me gusto para nada la historia ... que es esa maquina ?? de donde la saco ??? esas imagenes mentales que carajo son ??? ... debe ser que me gustan las historias algo mas reales en los comics de Batman ...
Anónimo ha dicho que…
Me pregunto, que clase de batman puede resultar de tal mezcla de conceptos, es decir, si de un clon vacio se esperaba obtener un batman tal y como lo conocemos, ahora de un bruce wayne con memoria alterada, sumarle los conocimientos de batman hara que: 1. Olvide sus nuevos recuerdos, 2. Concerve sus recuerdos y tenga acceso a toda la memoria de batman, o 3. Las dos memorias se mezclen creando una nueva personalidad (no bruce wayne, pasado o presente, o batman pasado o presente). Quizas la intención es lo tercero, pero eso me lleva a pensar, para que se hizo todo este insufrible viaje para obtener un resultado que facilmente se obtiene al cambiar de escritor. Esencialmente todos los batman de todas las epocas de dc son el mismo, pero no es igual uno escrito por frank miller a otro por grant morrison, el personaje cambia su personalidad respondiendo a grandes cambios a su alrrededor como lo fue muerte en la familia, la caida del murcielago, tierra de nadie, etc. De hecho un repaso muy exquisito lo hace el propio morrison cuando muestra los numeros perdidos de batman rip y la inviavilidad de los clones de darkseid. En fin, volvemos al problema de continuidad, historias que ya habian perfeccionado a batman, fueron borradas, fue traido de vuelta mas joven pero no tan experimentado, callendo en una espiral que lo llevo a la muerte junto a joker, volvio a la vida y ahora trata de restaurarse a un estado anterior. Bueno, al final de cuentas, solo espero que este nuevo batman sea mas como el pre-flashpoint.
mena ha dicho que…
Hola, gracias por los comentarios.
La máquina fue presentada en un número especial de Detective Comics (#27) en el que participaron varios escritores. Esa historia en particular fue escrita por Snyder y jugaba ya con la posibilidad de distintas versiones de Batman.
¿Qué puede resultar? Todos esperamos que el regreso de Batman se ajuste a lo que se prometió: un cambio en las motivacionea para ser un justiciero.
Batman ya no debe existir como el producto de un trauma, sino porque es lo correcto. Y ya vimos algo de eso en este número #49.
Además, Snyder quiere posicionar a un Batman que no se caracterice por el temor que infunde en sus enemigos, sino por la esperanza que pueda traer al oprimido.
De ser así, significaría un real cambio en las motivacionea de Batman, no la simple versión del escritor de turno.
Sin embargo, como Snyder abandona la serie en dos números más (y pensando que el personaje es un producto de una editoial cuyo fin es hacer dinero), queda por verse qué ocurrirá con el personaje finalmente.
Anónimo ha dicho que…
Sacado de la manga....tanto sufrir,analizando las motivaciones de batman, de bruce, el enfrentamiento con el joker y ahora de la nada ya no hay motivaciones reales si no una especie de matrix en la cual se le inserta a "batman" en su mente..... Definitivamente no me gusto, independientemente de que manejen el hecho de que sólo el verdadero bruce lo puede soportar... De igual manera todo la historia a estado hablando del real batman y vuelvo a repetir: se sacan de la manga esa onda "multiverso" de morrison para arreglar todo en una mísera entrega de un número.... Snyder con gran desarrollo de historias y finales pateticos
Unknown ha dicho que…
En la historia del comic bien puede aplicarse la frase "cambio para que no cambie nada". Es de apludir los intentos de innovar al personaje, hacerlo evolucionar, la vida real es un constante cambio. Pero en el mundo del comic es dificil que estas cosas prosperen, los eventos que anuncian cambios rimbombantes por lo general son cuestiones comerciales, que antes por lo menos presentaban buenas historias, y esos eventos poco duran hoy dia. Batman es perfecto porque su genesis lo define para siempre, y su historia se sostiene sobre ese origen, ahi esta su esencia. Cambiarlo seria pensar otro personaje porque Batman siempre será aquel que nacio bajo el signo de la tragedia, para esperanza esta Superman. Y en ese nacimiento siempre lo acompañará el Joker, porque es parte de el mismo ya que esta desde su primera concepcion y estara hasta la ultima aventura. Seria bueno tal vez que los no se preocupen tanto por "innovar" porque en el comic occidental y comercial es dificil haceo pero si que intenten escribir historias memorables con lo que firmemente ya ha sido creado. Es una opinion.
Anónimo ha dicho que…
No creo que estos cambios duren mucho, los elementos que ha tratado de introducir Snyder tampoco creo que sean retomados por otros escritores. Esta colección siempre ha estado un tanto desligada del resto. Además de ello se viene un reboot, que quedará de todo esto poco y nada. En lo personal yo encuentro que lo de Snyder es muy ambicioso , pero se queda en eso, a la mitad de sus historias o antes de eso me aburre. Lo peor fue Zero Year, espantosa. Eso es lo que pienso.

Patricio Córdova.
Dark_Shrike ha dicho que…
http://www.newsarama.com/28489-greg-capullo-on-batman-50-s-bombastic-end-to-superheavy.html

Ya salió el preview de Batman #50
Unknown ha dicho que…
Coincido totalmente, no dan explicación de varios puntos