“Time is flexible at a subatomic level. Universes are born and die out
as a note held upon a breath. Vibrations creates life, just as entropy brings
the cold end to all we’ll ever know. In that space between, in that sustained
movement, there is sometimes consciousness; sentience. Life as pure as signal.
The timeless movement of the firmament. Strings. The universe in perfect
harmony.”
"Black Canary" #7
es el mejor número de la serie hasta el momento. La densa culminación de un
fascinante primer arco donde Brenden Fletcher y Annie Wu queman su talento al
servicio de una historieta cuyas páginas tiemblan por la inmensa carga
emocional, resultado del matrimonio perfecto entre las palabras de Fletcher y
los paneles de Wu.
Ditto es sonido consciente dado forma material. Así le explica
un ciego y envejecido Kurt Lance a la banda durante un viaje en helicóptero hacia
el estadio de Gotham. Tras la cabeza de Ditto está Quietus, un ser de otra
realidad que desea destruir a la niña/sonido por su habilidad para transformar
la señal en materia estable, ¿y cómo sabe Kurt todo esto? Porque, cuando los
cantos de canario interconectaron en el número anterior, Ditto lo llevo por un
paseo fuera del tiempo y el espacio.
Tras su retorno a nuestra realidad, Kurt manipuló a los miembros de Black Canary como preparativo para la llegada de Quietus, incluso siendo responsable de darle su canto de canario a Bo Maeve, para que
al chocar con los poderes de su esposa, la frecuencia creada funcionara como un
arma contra la criatura que deben enfrentar.
Colmado de parlantes, el estadio de Gotham ha sido
transformado en un cañón metafórico por
el cual la bala metafórica que es la unión entre las voces de Dinah y Bo viajará. La inclusión de
Bo en el plan obviamente trae objeciones por parte de sus ex amigas y
compañeras (siendo el rechazo de Byron el más trágico a través del arte de Wu:
dos paneles silenciosos donde la baterista muestra su decepción desde un
segundo plano), pero Dinah nota que su cariño por Ditto es sincero y opta por
perdonarla para salvar al mundo y a la niña/sonido junto a ella.
Tras un momento de incertidumbre por parte de Dinah y una
breve interrupción de Amanda Waller, Quietus arriba a su concierto privado
de Black Canary.
El ataque inicial de la banda es fraguado cuando el monstruo
empieza a absorber los sonidos a su alrededor, así es que Dinah opta por
utilizar la violencia física y las cosas se ponen buenas. Annie Wu se las
ingenia para mostrar la absorción del
sonido colocando el icono del parlante apagado en los primeros paneles donde
ocurre y, durante este interludio silencioso, Brenden Fletcher le da las riendas
del cómic. Wu reutiliza su idea de ilustrar
la lucha de la heroína como partituras de manera más ambiciosa, al dedicarle
casi toda una página al ardid.
Finalmente con la ayuda de Byron, Paloma y la misteriosa
ninja rubia, Dinah y Bo recuperan sus poderes y reintentan vibrar a Quietus
fuera de nuestra dimensión, triunfando y sanando viejas heridas en el proceso.
Pero en lo que Kurt Lance se entrega a Waller para que deje tranquila a Ditto (verán,
ahora él está compuesto del mismo material que la pequeña) las chicas notan la
repentina desaparición de Dinah, quien fluctúa ente el tiempo y el espacio, su niñez
y su adultez, finalmente deduciendo quien es la ninja Rubia. Un gran cliffhanger para el próximo arco.
Si han estado indecisos acerca de leer este libro, "Black Canary" #7 re contextualiza los números
anteriores y demuestra las grandiosas posibilidades de la serie. El momento de
leerla es ahora. ¿Y si van al día? Como a mí, seguro les despertara el deseo de
releerla.
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