Título: “Six
Fingers”.
Guión y arte: Dan Brereton.
Letras: Saida Temofonte.
A principios de Diciembre a algunos miembros del Blog nos
llamó poderosamente la atención la reaparición de Dan Brereton en un cómic de
Batman, y es que el artista y escritor estadounidense se encargó del apartado gráfico de uno de los Elseworld más aclamados
del Murciélago, “Batman: Thrillkiller” (1997).
Un brillante libro con corazón de pulp de primera cepa, enmarcado a principios
de los '60, donde el Dúo Dinámico está conformado por la Batgirl más sexy jamás
dibujada y Robin, Bruce Wayne trabaja como detective para el GCPD protegido de Jim
Gordon y, entre otras cosas, Joker es una gangster llamada Bianca Steeplechase.
Hubo una secuela en 1998 titulada “Thrillkiller
’62” y realizada por el mismo equipo, Dan y el escritor Howard Chaykin,
que marca, notablemente, una de las primeras apariciones de Harley Quinn en los cómics del Encapotado.
Para los fans de los libros mencionados (me incluyo, por supuesto) decidimos contarles acerca de este breve relato que quizás no haya
tenido mucha prensa, ya que transcurrió en “Legends of the Dark Knight”, que se edita semanalmente en forma digital desde 2012, y recordemos que fue un libro por el que pasaron grandes estrellas en los '90 y
que básicamente se enfocaba en arcos y equipos rotativos que contaban, por
lo general, historias no canónicas ocurridas en los primeros años de Batman con
los calzoncillos pa’fuera "en servicio".
Si están interesados en disfrutar de esta lectura por su cuenta, la misma se desarrolla entre los números 85 y 88 de la actual colección.
Dan Brereton nos presenta una historia que llevará a Batman
a buscar respuestas en el inframundo de Gotham y con "respuestas" me refiero a un
caso que involucra a la familia Falcone: una de las hijas del capo mafia, Violet, de tan solo trece años, está perdida. Batman descubre esta trama al detener a
unos soldados de Falcone dándole una paliza a Mad Hatter pues, al parecer, las costumbres del Sombrerero lo convierten en un sospechoso más
que potable para este crimen.
Falcone, claro, mantiene un hermetismo clásico del mundo en el que
se mueve. Se niega a darle mayor información al Detective Oscuro, hasta que finalmente le
comenta que nadie debe meterse ya que la familia entera estría en jaque e inclusive
todo debería mantenerse de la misma manera aunque la niña no vuelva a aparecer (!).
Un mafioso pierde a su hija y la busca ¿pero estaría
dispuesto a canjearla por la seguridad de su familia? ¿El ataque a Mad Hatter fue una pantomima? El Batman que todos conocemos y
amamos difícilmente dé un paso al costado en un caso como éste.
De aquí en más comienza un viaje que lleva a Batman a buscar
algún tipo de rastro con lo peor de lo peor, y ya no hablamos del mundo del hampa
o del crimen organizado, sino nada más y nada menos que de Arkham.
En el manicomio no obtiene nada, hasta que se ve cara a
cara con un viejo conocido. Somos testigos de un gran diálogo entre el Joker (que está a punto de
empezar una sesión de terapia de shock con la Dra. Quinzel) y Batman. Puede que el Príncipe
Payaso quizás no aporte mucho per sé, pero su reacción es bastante
desconcertante; el misterio crece. ¿El submundo de Gotham sabe algo y tiene miedo de hablar?
Lo más certero que el Murciélago obtiene es de parte de
la mejor amiga de Violet, Madeleine. La joven esté segura que su amiga huyó por sus
propios medios y probablemente esté con una pariente que con la que puede compartir
su amor por la naturaleza… Es más, habla de una misteriosa mujer que se les apareció cuando Violet, junto a otras chicas, estuvieron de campamento y la niña Falcone les pidió a sus compinches que no dijeran nada sobre esta tía abuela.
A partir de este punto veremos a Batman introducirse en un bosque y
enfrentar una serie de eventos que lo llevaran a preguntarse si en definitiva
lo que está viviendo es real o si la familia Falcone de veras está relacionada
con fuerzas sobrenaturales, como en su momento le contó el propio Mad Hatter.
Los extraños eventos por
los que Brereton nos conduce hacen un cóctel más que interesante. Tenemos al
Batman detective en todo su esplendor, se pone físico cuando es necesario y además
tenemos elementos de aparente corte sobrenatural. Un combo de primera.
El arte es sublime. Todos los que disfrutaron de “Thrillkiller”
deberían estar satisfechos, aunque los límites que supone un cómic
digital lo hacen menos dinámico en comparación a dicha historia.
deberían estar satisfechos, aunque los límites que supone un cómic
digital lo hacen menos dinámico en comparación a dicha historia.
Volviendo a la
narrativa, en mi opinión es atrapante. La progresión de los eventos puede
parecer un poco tirada de los pelos pero creo que cumple su cometido. Como dije antes, la historia se pone física cuando es necesario, en secuencias cortas pero muy satisfactorias.
En una entrevista previa al lanzamiento del arco, Brereton dijo que quería contar una historia detectivesca dura con un giro oscuro y creo que deberían darle una chance para juzgarlo ustedes mismos.
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