WORLD’S FINEST.
A propósito del estreno de "Batman v Superman: Dawn of Justice".
Desde que el
anuncio de lo que sería la segunda parte de "Man of Steel" se transformó inesperadamente en el puntapié inicial
del Universo Cinematográfico Expandido de DC Comics, mucha agua ha
corrido bajo el puente y hemos sido testigos de interminables dimes y diretes
sobre el proyecto, sus alcances… y sus posibles falencias.
Hasta que
llegamos aquí, a días de su esperado, y aplazado, estreno.
Como Blog
dedicado a seguir todos los pasos de nuestro Encapotado favorito, no nos hemos
retraído de traer a la palestra cualquier noticia, e incluso rumor, que ha
aparecido durante estos años. No por nada el título de la película es
encabezado por el nombre Batman.
Pero, obviamente,
esta no es una película de Batman. Lo es, cierto, pero sólo en
parte: también es la película de Superman y, de nuevo, no sólo de él. Y el choque de ambos es lo que origina el tercer
elemento, la Justicia. Porque esta
película es la antesala para el ansiado proyecto de ver en pantalla grande a la
Justice League.
Fanatismo más,
fanatismo menos; la verdad es que nadie se ha sentido indiferente ante esta
arremetida fílmica de DC Comics, encabezada por el director Zack Snyder.
¿Y por qué Batman y Superman, más que cualquier otro superhéroe de la casa o de la casa
de al lado, generan tanta expectativa?
¿Qué los
distingue de todos los otros encapotados que han medrado en las páginas de los
cómics desde los cuarenta del siglo pasado?
Tal vez debamos
buscar la respuesta en aquellos
pretéritos tiempos, cuando la industria masiva del pulp comenzaba a mutar en revistas de cómics de aventuras y un
hombre llamado Malcolm Wheeler-Nicholson, más por necesidad
que por visión, creó en 1935 la primera novela gráfica con material nuevo: New Fun. No sabía entonces que aquel sería el germen del cual, a la
postre, surgiría DC Comics.
Dentro de esa revista,
y otros títulos de la misma incipiente compañía, se dio cobijo a artistas
emergentes como Jerry Siegel, Joe Shuster, Bill Finger y Bob Kane, quienes, al mismo tiempo que la novel
editorial se ramificaba, tenían la oportunidad de probar con diversas
creaciones, la mayoría de las cuales acabaron en el olvido.
Para cualquier
iniciado en el mundo de los superhéroes, aquellos cuatro nombres son más que
significativos. Porque tras asociarse con otras personas, en marzo de 1937, Wheeler-Nicholson lanzó el número #1 de
la revista que más tarde daría nombre a la editorial: "Detective Comics".
Pero no sería
sino hasta 1938 cuando aparece, como tercera cabecera de la empresa, "Action Comics", cuyo primer número llevaba en portada al hijo de Krypton, Superman, que comenzaría la revolución.
Sin saberlo, Siegel y Shuster creaban un nuevo género, el de los superhéroes.
Como una especie
de crisol alquímico, ahí cuajaron los distintos conceptos que se manejaban en
el mercado y que héroes pulp como Fantasma y The Shadow habían
adelantado al modo de prototipos, para hacer aparecer esta nueva premisa.
El éxito fue
inmediato y Superman se transformó
en un verdadero fenómeno social, lo que desencadenó, dentro de la misma
editorial y también fuera de ella, una avalancha de tipos con súper poderes
dispuestos a ejercer la justicia y socorrer a los desvalidos en medio de la Gran Depresión estadounidense.
Tras este batacazo,
DC decidió crear otro héroe de igual
altura y, en el ya mítico número #27
de "Detective Comics", vio la luz Batman,
de la mano de Finger y Kane. Sin embargo, le dieron una vuelta
de tuerca al recién nacido concepto del superhéroe, y este nuevo vigilante ya
no fue un hombre dotado de súper poderes, sino un self-made héroe que,
uniendo inteligencia, destreza física y tecnología, combatía el crimen en su
ciudad.
Habían sido
colocados los dos pilares de la industria comiquera,
sobre los que serían esculpidas las siguientes generaciones de justicieros
enmascarados.
Siendo desde su
nacimiento, verdaderas referencias del género, no es de extrañar que su
presencia sea inevitable y el alcance de su influencia, innegable.
Como dato
anecdótico, basta señalar que ambos héroes fueron los primeros en tener
revistas con sus nombres como títulos —"Superman"
en junio de 1939 y "Batman" en mayo de
1940—.
Era cosa de
tiempo, entonces, para que ambos unieran fuerzas en su lucha contra el crimen,
idea que se materializó en abril de 1941 en el nuevo título "World’s Best Comics", que en su segundo
número cambiaría al hoy reconocible "World’s
Finest Comics". De ahí en adelante, los encuentros y desencuentros entre Superman y Batman moldearían prácticamente a la industria comiquera entera. Hasta nuestros días… y hasta "Batman v Superman: Dawn of Justice".
Siempre a la vanguardia,
no es de extrañar entonces que sus nombres generen tantas reacciones y que no
haya quién no los conozca. Su presencia en los cómics nunca ha dejado de figurar
entre los imperdibles del género y eventos como "The Death of Superman",
"The Dark Knight Returns", "All Star Superman", "The Killing Joke", etc., entran ya en la categoría de clásicos no sólo del mundo superheroico, sino del Noveno Arte en general.
"The Dark Knight Returns", "All Star Superman", "The Killing Joke", etc., entran ya en la categoría de clásicos no sólo del mundo superheroico, sino del Noveno Arte en general.
Incluso en el
medio cinematográfico, sus películas han marcado hitos. "Superman" de Donner y "Batman" de Burton, son títulos indispensables para entender lo que hoy está
ocurriendo en las salas de cine, de cara a un año casi saturado de nombres
procedentes de los cómics.
El Batman de Nolan sentó las bases del nuevo enfoque realista que todas las
producciones están recibiendo y que tanto éxito cosecha entre el público. Y el
mismo "Man of Steel" de Snyder llevó este concepto un paso más
adelante y nos dio una lección de cómo retratar las verdaderas consecuencias de
un enfrentamiento entre metahumanos
en una ciudad cualquiera.
A pocos días del
estreno de "Batman v Superman: Dawn of
Justice", sólo nos cabe esperar que esta producción marque un nuevo
precedente en la trayectoria de casi un siglo de los superhéroes, y que impulse
a una nueva etapa, la conversión del género al medio cinematográfico.
Superman y Batman, tanto por separado
como juntos, son una omnipresencia, más allá de modas o éxitos de taquilla. Son
la esencia misma del concepto del superhéroe.
Por ello, porque
estuvieron ahí, al comienzo de los tiempos. Porque siempre han estado presentes
señalando el rumbo. Porque son la guinda del pastel súper heroico
cinematográfico. Por todo ello, es que sentimos, no sólo emoción, sino orgullo
de poder estar presentes el día que por todo el mundo, los auténticos campeones
de la verdad y la justicia reclamen su sitial como los padres y principales
superhéroes del mundo.
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