Seguimos con nuestro especial #EsperandoBvS, en esta ocasión reseñando otro mini-comic digital, que cumple el rol de precuela para la esperada película Batman v Superman: Dawn of Justice, centrado específicamente en Superman. Algunas de estas lecturas sirven para refrescar un poco distintos conceptos, otras sirven para profundizar aún más en ellos, mientras que tristemente la gran mayoría son puro relleno que no hacen más que llover sobre mojado con información que, con los comentarios del director y los actores más los mismos trailers, ya nos había quedado más que clara, ¿qué papel cumple entonces esta entrega? ¡Descúbranlo conmigo!
Spoilers a continuación.
Nos situamos en un talk-show americano, donde dos componentes discuten sobre la legitimidad del Hombre de Acero, sus acciones y la potencial amenaza que supone para con el mundo. El que está a favor del héroe se remite a las personas que se ha dedicado a salvar de un tiempo a esta parte, como evitar consecuencias fatales en un accidente de tren. Mientras que su opositor mantiene que un ser con tanto poder, haga lo que haga con él, es un riesgo enorme para la humanidad.
El problema principal de esta historieta es su carencia de contenido, y no por falta de espacio, sino una mala economización de este. El guionista Christos Gage ocupa 15 páginas de 21 en la escena del tren, que fácilmente se podría haber resuelto en muchas menos, dejando a lo más interesante del producto en segundo plano: Un debate profundo y con mucha tela para cortar, que se desarrolla pobremente en 6 páginas. Por ende, la discusión sobre el tópico es desnivelada, el que está a favor no necesita desenvolverse mucho para ganar credibilidad porque le han dado mucho énfasis al momento con el que sostiene su argumento, mientras que el que está en contra y sugiere que este superhéroe no es una solución como tal plantea de manera muy superficial lo suyo. De manera que si no supiésemos lo que Batman piensa sobre todo esto, directamente carecería de sentido.
Sea como fuere, por más de que esté muy mal aprovechado, la idea que sostiene no deja de ser cautivadora. Gracias a lo que leemos, nos enteramos que Kal-El ha pasado los últimos tiempos atendiendo problemas menores, accidentes de esta envergadura, robos y otros problemas cotidianos, pero no parece interesado en meterse en la política o intervenir en guerras, ¿por qué sucede esto? ¿Es que la consciencia desde desastre que dejó en Metrópolis, durante los acontecimientos de Man of Steel, lo carcome? Podemos pensar en que si no se mete en asuntos de importancia real a nivel global, está desaprovechando completamente el poder con el que cuenta, ¿pero realmente estaría bien que lo haga? No considero que lo más óptimo sea que el destino de varias naciones caiga en manos de un solo ser, darle ese tipo de poder a un ser así lo terminaría corrompiendo y, lo que es peor, alguna falla en su criterio nos pondría en jaque a la humanidad. Hasta Superman puede errar en su criterio, por más que lo consideremos un dios, en esencia y práctica no lo es. En ese caso, el Hombre Murciélago tendría razón en sus prejuicios. Ya veremos de la manera en que la película termina de abordar esto.
Tristemente, ni siquiera puedo salvar la labor gráfica de Joe Benett, el dibujante en cuestión es muy prolífico en su trabajo, nos ha brindado unos cuantos deleites visuales, pero se nota que este fue un encargo de último momento, hecho a las apuradas y el resultado es regular. A falta de unos buenos lápices, es difícil acotar sobre las tintas de Sean Parsons, pero sí podemos afirmar que el colorista HI-FI como es de costumbre cumple bien con su cometido, aunque unos colores correctos no suben el listón de calidad para nada.
En conclusión, un cómic por debajo del promedio. No les puedo decir siquiera que es al menos entretenido porque les estaría mintiendo inescrupulosamente, dado que el desacertado ritmo narrativo es el problema principal. No obstante, es un buen medio para apaciguar a los que están más ansiosos por entrar a la sala de cine y que de una vez por todas empiece la proyección. Se lee rápidamente, así que no hay nada que perder... Excepto tiempo. Recomendado sólo si les sobra esto último.
Puntaje: 5 de 10.
No se olviden de dejar su opinión en la caja de comentarios, y mantenerse atentos a las novedades de El Blog ya que hay mucho más material para este especial que originalmente titulamos #EsperandoBvS. ¡Jokersaludos!
El problema principal de esta historieta es su carencia de contenido, y no por falta de espacio, sino una mala economización de este. El guionista Christos Gage ocupa 15 páginas de 21 en la escena del tren, que fácilmente se podría haber resuelto en muchas menos, dejando a lo más interesante del producto en segundo plano: Un debate profundo y con mucha tela para cortar, que se desarrolla pobremente en 6 páginas. Por ende, la discusión sobre el tópico es desnivelada, el que está a favor no necesita desenvolverse mucho para ganar credibilidad porque le han dado mucho énfasis al momento con el que sostiene su argumento, mientras que el que está en contra y sugiere que este superhéroe no es una solución como tal plantea de manera muy superficial lo suyo. De manera que si no supiésemos lo que Batman piensa sobre todo esto, directamente carecería de sentido.
Sea como fuere, por más de que esté muy mal aprovechado, la idea que sostiene no deja de ser cautivadora. Gracias a lo que leemos, nos enteramos que Kal-El ha pasado los últimos tiempos atendiendo problemas menores, accidentes de esta envergadura, robos y otros problemas cotidianos, pero no parece interesado en meterse en la política o intervenir en guerras, ¿por qué sucede esto? ¿Es que la consciencia desde desastre que dejó en Metrópolis, durante los acontecimientos de Man of Steel, lo carcome? Podemos pensar en que si no se mete en asuntos de importancia real a nivel global, está desaprovechando completamente el poder con el que cuenta, ¿pero realmente estaría bien que lo haga? No considero que lo más óptimo sea que el destino de varias naciones caiga en manos de un solo ser, darle ese tipo de poder a un ser así lo terminaría corrompiendo y, lo que es peor, alguna falla en su criterio nos pondría en jaque a la humanidad. Hasta Superman puede errar en su criterio, por más que lo consideremos un dios, en esencia y práctica no lo es. En ese caso, el Hombre Murciélago tendría razón en sus prejuicios. Ya veremos de la manera en que la película termina de abordar esto.
Tristemente, ni siquiera puedo salvar la labor gráfica de Joe Benett, el dibujante en cuestión es muy prolífico en su trabajo, nos ha brindado unos cuantos deleites visuales, pero se nota que este fue un encargo de último momento, hecho a las apuradas y el resultado es regular. A falta de unos buenos lápices, es difícil acotar sobre las tintas de Sean Parsons, pero sí podemos afirmar que el colorista HI-FI como es de costumbre cumple bien con su cometido, aunque unos colores correctos no suben el listón de calidad para nada.
En conclusión, un cómic por debajo del promedio. No les puedo decir siquiera que es al menos entretenido porque les estaría mintiendo inescrupulosamente, dado que el desacertado ritmo narrativo es el problema principal. No obstante, es un buen medio para apaciguar a los que están más ansiosos por entrar a la sala de cine y que de una vez por todas empiece la proyección. Se lee rápidamente, así que no hay nada que perder... Excepto tiempo. Recomendado sólo si les sobra esto último.
Puntaje: 5 de 10.
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