"A Dead Man Feels No Cold"
Guión: Seth Boston.
Dirección: Eagle Egilsson.
Guión: Seth Boston.
Dirección: Eagle Egilsson.
Con Nora Fries bajo custodia, el G.C.P.D. centra sus fuerzas en atrapar al último gran asesino en serie de la ciudad: Víctor Fries, a quién le queda poca paciencia y hará lo que sea por recuperar a su esposa y evitar que muera. Mientras tanto, en Arkham, Hugo Strange sigue experimentando de la manera más cruel con sus psicóticos y peligrosos pacientes, de entre los cuales se encuentra el mismísimo Oswald Cobblepot. ¿Dos tramas aisladas? No por mucho, ya que estos peculiares individuos, Víctor y Strange, están destinados a tener un encuentro más que fructífero para ambos. Por otro lado, Bruce vuelve a concentrarse en su agenda personal de encontrar al asesino de sus padres y retoma las sesiones entrenamiento. En el medio, una vez más tendrá que decidir si renovar sus votos de confianza con su estimado mayordomo o no, a la vez que se pone en discusión un esperado debate moral. Entrena duro muchacho, que en Gotham no hay lugar para los débiles. Advertencia: en esta reseña no hay contemplación con los spoilers. Están advertidos.
La trama de este capítulo es quizá una de las más sencillas de toda la serie, aunque no se confundan, que sencillez y aburrimiento no siempre van de la mano. Dicho esto, es lo bastante simple como para poder resumirla en estas pocas palabras: van a trasladar a Nora a Arkham, donde será atendida por los médicos, pero donde también esperan que sea una perfecta emboscada para Víctor, que obviamente va por ella. Víctor quiero recuperar a su esposa, el C.G.P.D. quiere apresar a Víctor, más claro echale agua. Por supuesto, en el medio están los intereses de Hugo Strange, el actual director del asilo, que busca una muestra de la fórmula criogénica de Víctor para así poder llevar a cabo sus amorales experimentos que involucran… ¿La resurrección? A estas alturas no hay que ser adivinos para prever que villanos como Galavan (cuyo regreso, de hecho, ya fue confirmado), y muy probablemente Jerome Valeska, consigan un retorno triunfal en la serie gracias a los experimentos del buen doctor. Y no se preocupen, que si aún no habían atado cabos, el final del episodio lo deja bastante claro para aquellos despistados.
Pero no nos precipitemos. Hablando del capítulo en sí, es bastante bueno, pero difícilmente podría haber sido de otra manera teniendo en cuanta que estamos ante uno de los villanos que más empatía nos genera de lo que va la serie. Desde cierta perspectiva, hasta podría ser considerado un anti-héroe. Por lo que, incluso antes de comenzar a ver el episodio, sabía que iba a estar bueno y que me iba a entretener. Así y todo lo que a mí, y estoy seguro que a muchos otros también, más incertidumbre me generaba, era el saber cuál sería el origen definitivo del personaje, si optarían por su historia más clásica y conocida, o en cambio se arriesgarían con un giro de tuerca.
Bueno, la verdad sea dicha, Mr. Freeze es uno de mis villanos favoritos de Batman, y es por ello que en este punto me cuesta ser objetivo, no solo con ustedes, sino conmigo mismo, pero haré el esfuerzo. El origen de Freeze ha sido modificado, y más allá del contexto en el cual se produce su “no-tan-accidente criogénico”, lo más destacable es el hecho de que, en esta ocasión, Nora Fries, su amada esposa, está muerta. Yo me uno a los muchos que fruncieron el entrecejo al darse cuenta de esta situación, porque está más que claro que veremos a un Víctor mucho más alejado de sus motivaciones originales. Antes de Paul Dini, Freeze era solo un villano obsesionado con el frío, luego Dini lo dotó con maestría de un trasfondo y le proveyó una motivación esencial: salvar a su esposa. De este modo, no importaba que tan cruel llegará a ser el accionar de Víctor, su comportamiento siempre se podía encontrar justificado por el hecho de que él solo buscaba salvar a Nora, y de ese modo el lector simpatizaba con el hombre de hielo aunque sea mínimamente, porque el amor es un sentimiento que nos involucra a todos. Pero ahora parece ser que Mr. Freeze va a ser una reencarnación de la venganza, como muchos villanos más.
Y ojo, que aún así respeto la decisión de “Gotham” de tomarse libertades creativas, después de todo lo vienen haciendo desde el principio de la serie con casi todos los personajes, y el hecho de que hayan optado por un giro de tuerca al final, sí que le otorga cierta frescura a esta nueva encarnación, sí es que puede estar más fresca (chiste, chiste). Pero por otro lado, es una lástima pensar que no veré a ese Freeze que tanto añoro, y que todavía está esperando su redención desde aquella vergonzosa “Batman & Robin”. Así que, siendo franco, me decepcionó saber que no estamos ante “esa” versión de Freeze, pero eso no significa que hayan fallado en relatarnos un buen origen. De hecho, el momento del “accidente” gana mucho más dramatismo gracias a estos cambios y, en cierta forma, creo que le quitará un tanto de ese resentimiento contra al mundo que tanto tiene su encarnación más popular. Por supuesto que vale preguntarse entonces, ¿qué motiva a este Freeze ahora que su esposa está muerta? La respuesta la sigo esperando ansioso, al igual que ustedes, y hasta no escucharla prefiero abstenerme a dar un veredicto definitivo sobre esta versión de Freeze. Por el momento, me mantengo expectante y esperanzador.
Dejaré el argumento principal a un lado para enfocarme en las subtramas, que sorpresivamente no son muchas en esta ocasión, ya que las peripecias de Freeze y compañía se comen gran parte del capítulo, que no está mal tampoco. Para empezar tenemos a Bruce Wayne, que es la primera vez que lo vemos luego de lo acontecido con la Orden de San Dumas. Por si todavía no había quedado lo suficientemente claro que Bruce ya no era un niño asustadizo, sino que ahora había abrazado el estoicismo, junto con cierta madurez y determinación, pues por las dudas el capítulo abre con una charla privada entre la doctora Thompkins y el joven Wayne, en dónde se deja más que claro su crecimiento y desarrollo en este último tiempo, y que ya no es el mismo chico de antes.
Más tarde, lo vemos hablar con Alfred acerca de los pasos a seguir en caso de encontrar al asesino de sus padres. Bruce sugiere matarlo con sus propias manos, pero sorprendentemente Alfred replica que lo matará él, evitando así que el joven amo Wayne tenga sangre en sus manos… ¿Pero dando a entender que matar está bien de todos modos? Sabemos que este Alfred es un completo “badass”, y eso es una de las cosas más geniales de esta encarnación, ¿pero realmente le está diciendo a Bruce que la muerte es un castigo plausible y aceptable? Se supone que Alfred es el más sensato, el que pone a Bruce cables a tierra no solo emocional sino que moralmente. ¿De qué sirve negarle a Bruce un asesinato, una venganza por mano propia, cuando en realidad lo único que cambia es la mano que presionará el gatillo? No hay ningún mensaje ahí, la verdadera justicia no se deja entrever. Pero en fin, fue solo una charla, los verdaderos acontecimientos ya los veremos desarrollarse más adelante. Sin embargo, insisto, la lógica de Alfred deja mucho que desear. Y ya para cantar bingo, la última en pasarse por la mansión Wayne es Cat, que intenta tomarlo por sorpresa, pero fracasa ante los agudizados sentidos de Bruce. Recalco esto, porque realmente fue más significativo e interesante que la charla que tuvieron luego. Bruce le pide un arma, Selina le dice que no será capaz de matar a nadie, ignorando los cambios que se produjeron en Bruce, y por supuesto, el joven Wayne vuelve a demostrar que está listo y dispuesto para hacer lo que tenga que hacer.
Por último, pero no menos importante, seguimos la vida de Oswald en el asilo. La actuación de Robin Lord Taylor la veníamos elogiando desde el principio de la serie, pero luego de haber adquirido cierto status quo como personaje, uno ya se acostumbraba a verlo en el mismo papel, siendo cada vez menos llamativo. Pero ahora Oswald vuelve a estar en una posición sumisa, temerosa, y Robin vuelve a brillar gracias a su interpretación y nos recuerda porqué lo queremos tanto. De resto, no hay mucho más que quiera decir de esta trama, además de que es interesante ver las diferentes “terapias” que son utilizadas con los pacientes en Arkham, y que hacen honor su reputación. Tampoco me quiero olvidar del propio Hugo Strange, aunque francamente este no fue un episodio particularmente inspirado para el personaje. Simplemente cumple con lo que debe. En un determinado momento intercambia palabras con Víctor, pero nada que no fuera absolutamente necesario para el guion. Sin embargo, esta no es ninguna crítica negativa, simplemente se entiende que el personaje aún está esperando su momento para actuar, y en esta ocasión todo giraba alrededor de Víctor, por lo que es comprensible que el rol de Strange haya quedado tan relegado.
Hay una última trama, de la cual no me gusta hablar porque cada vez la tolero menos, así que hagamos esto rápido. La participación de Leslie no se limita solo a mantener una conversación de tú a tú con Bruce Wayne, sino que de hecho conforma un rol fundamental no solo en la trama principal, sino en la subtrama que conforma la relación entre ella y Jim. Oh sí, no es ninguna sorpresa que la cosa entre ellos dos va en decaimiento, y en este episodio es en dónde esto más se hace notar. Entre mentiras y desconfianza, la relación está más tensa que nunca y Leslie comienza a ser una piedrita en el zapato de Jim. ¿Cómo terminará esto? Francamente no lo sé, pero o que termine o que se solucione, porque el drama entre ellos dos ya me está cansando, sobre todo en esta capítulo, donde la doctora fue más pedante que nunca.
Pero no nos precipitemos. Hablando del capítulo en sí, es bastante bueno, pero difícilmente podría haber sido de otra manera teniendo en cuanta que estamos ante uno de los villanos que más empatía nos genera de lo que va la serie. Desde cierta perspectiva, hasta podría ser considerado un anti-héroe. Por lo que, incluso antes de comenzar a ver el episodio, sabía que iba a estar bueno y que me iba a entretener. Así y todo lo que a mí, y estoy seguro que a muchos otros también, más incertidumbre me generaba, era el saber cuál sería el origen definitivo del personaje, si optarían por su historia más clásica y conocida, o en cambio se arriesgarían con un giro de tuerca.
Bueno, la verdad sea dicha, Mr. Freeze es uno de mis villanos favoritos de Batman, y es por ello que en este punto me cuesta ser objetivo, no solo con ustedes, sino conmigo mismo, pero haré el esfuerzo. El origen de Freeze ha sido modificado, y más allá del contexto en el cual se produce su “no-tan-accidente criogénico”, lo más destacable es el hecho de que, en esta ocasión, Nora Fries, su amada esposa, está muerta. Yo me uno a los muchos que fruncieron el entrecejo al darse cuenta de esta situación, porque está más que claro que veremos a un Víctor mucho más alejado de sus motivaciones originales. Antes de Paul Dini, Freeze era solo un villano obsesionado con el frío, luego Dini lo dotó con maestría de un trasfondo y le proveyó una motivación esencial: salvar a su esposa. De este modo, no importaba que tan cruel llegará a ser el accionar de Víctor, su comportamiento siempre se podía encontrar justificado por el hecho de que él solo buscaba salvar a Nora, y de ese modo el lector simpatizaba con el hombre de hielo aunque sea mínimamente, porque el amor es un sentimiento que nos involucra a todos. Pero ahora parece ser que Mr. Freeze va a ser una reencarnación de la venganza, como muchos villanos más.
Y ojo, que aún así respeto la decisión de “Gotham” de tomarse libertades creativas, después de todo lo vienen haciendo desde el principio de la serie con casi todos los personajes, y el hecho de que hayan optado por un giro de tuerca al final, sí que le otorga cierta frescura a esta nueva encarnación, sí es que puede estar más fresca (chiste, chiste). Pero por otro lado, es una lástima pensar que no veré a ese Freeze que tanto añoro, y que todavía está esperando su redención desde aquella vergonzosa “Batman & Robin”. Así que, siendo franco, me decepcionó saber que no estamos ante “esa” versión de Freeze, pero eso no significa que hayan fallado en relatarnos un buen origen. De hecho, el momento del “accidente” gana mucho más dramatismo gracias a estos cambios y, en cierta forma, creo que le quitará un tanto de ese resentimiento contra al mundo que tanto tiene su encarnación más popular. Por supuesto que vale preguntarse entonces, ¿qué motiva a este Freeze ahora que su esposa está muerta? La respuesta la sigo esperando ansioso, al igual que ustedes, y hasta no escucharla prefiero abstenerme a dar un veredicto definitivo sobre esta versión de Freeze. Por el momento, me mantengo expectante y esperanzador.
Dejaré el argumento principal a un lado para enfocarme en las subtramas, que sorpresivamente no son muchas en esta ocasión, ya que las peripecias de Freeze y compañía se comen gran parte del capítulo, que no está mal tampoco. Para empezar tenemos a Bruce Wayne, que es la primera vez que lo vemos luego de lo acontecido con la Orden de San Dumas. Por si todavía no había quedado lo suficientemente claro que Bruce ya no era un niño asustadizo, sino que ahora había abrazado el estoicismo, junto con cierta madurez y determinación, pues por las dudas el capítulo abre con una charla privada entre la doctora Thompkins y el joven Wayne, en dónde se deja más que claro su crecimiento y desarrollo en este último tiempo, y que ya no es el mismo chico de antes.
Más tarde, lo vemos hablar con Alfred acerca de los pasos a seguir en caso de encontrar al asesino de sus padres. Bruce sugiere matarlo con sus propias manos, pero sorprendentemente Alfred replica que lo matará él, evitando así que el joven amo Wayne tenga sangre en sus manos… ¿Pero dando a entender que matar está bien de todos modos? Sabemos que este Alfred es un completo “badass”, y eso es una de las cosas más geniales de esta encarnación, ¿pero realmente le está diciendo a Bruce que la muerte es un castigo plausible y aceptable? Se supone que Alfred es el más sensato, el que pone a Bruce cables a tierra no solo emocional sino que moralmente. ¿De qué sirve negarle a Bruce un asesinato, una venganza por mano propia, cuando en realidad lo único que cambia es la mano que presionará el gatillo? No hay ningún mensaje ahí, la verdadera justicia no se deja entrever. Pero en fin, fue solo una charla, los verdaderos acontecimientos ya los veremos desarrollarse más adelante. Sin embargo, insisto, la lógica de Alfred deja mucho que desear. Y ya para cantar bingo, la última en pasarse por la mansión Wayne es Cat, que intenta tomarlo por sorpresa, pero fracasa ante los agudizados sentidos de Bruce. Recalco esto, porque realmente fue más significativo e interesante que la charla que tuvieron luego. Bruce le pide un arma, Selina le dice que no será capaz de matar a nadie, ignorando los cambios que se produjeron en Bruce, y por supuesto, el joven Wayne vuelve a demostrar que está listo y dispuesto para hacer lo que tenga que hacer.
Por último, pero no menos importante, seguimos la vida de Oswald en el asilo. La actuación de Robin Lord Taylor la veníamos elogiando desde el principio de la serie, pero luego de haber adquirido cierto status quo como personaje, uno ya se acostumbraba a verlo en el mismo papel, siendo cada vez menos llamativo. Pero ahora Oswald vuelve a estar en una posición sumisa, temerosa, y Robin vuelve a brillar gracias a su interpretación y nos recuerda porqué lo queremos tanto. De resto, no hay mucho más que quiera decir de esta trama, además de que es interesante ver las diferentes “terapias” que son utilizadas con los pacientes en Arkham, y que hacen honor su reputación. Tampoco me quiero olvidar del propio Hugo Strange, aunque francamente este no fue un episodio particularmente inspirado para el personaje. Simplemente cumple con lo que debe. En un determinado momento intercambia palabras con Víctor, pero nada que no fuera absolutamente necesario para el guion. Sin embargo, esta no es ninguna crítica negativa, simplemente se entiende que el personaje aún está esperando su momento para actuar, y en esta ocasión todo giraba alrededor de Víctor, por lo que es comprensible que el rol de Strange haya quedado tan relegado.
Hay una última trama, de la cual no me gusta hablar porque cada vez la tolero menos, así que hagamos esto rápido. La participación de Leslie no se limita solo a mantener una conversación de tú a tú con Bruce Wayne, sino que de hecho conforma un rol fundamental no solo en la trama principal, sino en la subtrama que conforma la relación entre ella y Jim. Oh sí, no es ninguna sorpresa que la cosa entre ellos dos va en decaimiento, y en este episodio es en dónde esto más se hace notar. Entre mentiras y desconfianza, la relación está más tensa que nunca y Leslie comienza a ser una piedrita en el zapato de Jim. ¿Cómo terminará esto? Francamente no lo sé, pero o que termine o que se solucione, porque el drama entre ellos dos ya me está cansando, sobre todo en esta capítulo, donde la doctora fue más pedante que nunca.
En conclusión es buen capítulo, la serie no baja los niveles más allá de ciertas decisiones argumentales que encuentro cuestionables en mi subjetividad, y que no me impiden poder disfrutar del episodio. Obviamente me faltaron mencionar cosas a nivel argumental, pero preferí ahorrármelas y spoilear solo lo que iba a criticar (que fue bastante, lo siento), pero si no vieron el episodio, aún tienen algunos jugosos detalles por descubrir ustedes mismos. El arco de Víctor Fries se cierra, y el de Mr. Freeze comienza. ¿Qué opiniones tienen acerca de este nuevo origen? Pueden dejarlas en la caja de comentarios. Yo me despido, ¡Nos vemos hasta la próxima reseña!
Nota: 8.0/10. (Muy recomendable).
Comentarios