THIS IS NOT DEMOCRACY
Título: The Enemy
of my Enemy (#3); Dirty Work (#4)
Escritor: Brian
Buccellato
Artista: Tom
Derenick (#3); Mike S. Miller (#4)
Colores: Rex
Lokus (#3); J. Nanjan (#4)
Portada: David Yardin
Vamos ya en la
décima semana y heme aquí recién comentando el #3 y #4.
Razones hay
muchas, pero creo que la más evidente es el bajo nivel que ha alcanzado la
serie desde que Buccellato tomase el
título en sus manos.
Tras un cuarto
año deplorable —y que se atrevió a menoscabar a otra de mis aficiones, la
mitología griega—, abordé este quinto año con una sensación de “cuesta arriba”.
¿Por qué lo
retomo entonces?
Porque, de
partida, vengo comentándolo desde el año segundo casi y, por ello, siento una
suerte de compromiso con el título y con quienes nos siguen semana a semana.
Segundo: porque,
mal que mal, de vez en cuando hay puntos luminosos y uno que otro hallazgo en
la trama de Buccellato.
Tercero: porque Taylor escribió un Annual para el cuarto año tan bueno, entretenido y atrapante, que
no puedo evitar saber qué hará Buccellato
con el excelente pie que le dejó el autor original.
Y cuarto: porque estamos
a menos de un mes de la esperada “Batman v Superman: Dawn of Justice” y nuestro Blog entero está dedicado al evento a
través de nuestro especial #EsperandoBvS.
¿Y qué ha pasado
de relevante por este barrio de superhéroes enojados? Lo típico: peleas,
muertes y giros de tuerca. En fin, que eso es lo que esperamos semana tras
semana en “Injustice”.
Lo que vale la
pena rescatar es que, tras la masiva fuga de la prisión submarina —gracias a la
gestión de un insuperable Plastic Man—, las posiciones han tendido a la
radicalización.
Superman está más cabrón que nunca —lo que se agradece— y si antes sentía un poco
de conmiseración previa a vaporizar a un enemigo y justificaba de un modo algo
avieso sus actos, ahora mata y punto. Y nadie puede discutirle. Esto no es una
democracia, espeta cuando Wowo viene
a reclamarle por sus extravagantes alianzas con criminales y le pregunta por Parasite —ese tipo rosado como pabellón
de Barbie en tienda de juguetes—,
que se come todo a su paso.
Lo que ha
ocurrido es lo siguiente: Sups está peleando con el duro Doomsday —con
trencita y todo—. Aparece Bane para
ofrecer su maravilloso oficio de kinesiólogo y pelea junto a Sups. Wowo llega y Doomsday es
derrotado —el viejo ya no es el mismo—.
Entonces Sups se va a echarle una manito a Flash y Cyborg, que la tienen difícil con el ahora extinto Parasite y el kryptoniano de marras —oh, hablando de expresiones viejas— se lleva
al Majin Boo ese a tostarse un
poco ¡en el interior del Sol!
Voooolvamos al Hall
of Justice. Nooo. Mejor vámonos a ver qué trama Batman.
Batsy, al igual que Sups, ha
radicalizado su postura. Se ha aliado con los Rogues de Flash —aunque
son una banda tan cool que quién
puede culparlo por ello—. Y pretende, a cualquier precio, desbancar al dictador
de su trono.
El asunto está
muy personal y es probable, en vista de la cercanía de la película, que la
crisis se magnifique.
Claro que en “Injustice” todo tiene su precio: Catwoman —siempre muy sinuosa en los
lápices del artista de turno—, es enviada a negociar una alianza con Penguin, oportunidad en la que es
capturada por Bane y la chica Frosty.
Se nos avecina
helada tortura.
Mmm… Pareciera
que no pasa nada, pero pasa mucho en “Injustice”.
Casi siento ganas de darle otra chance a Buccellato.
Sobre todo cuando, medio perdido entre tanto combo y patada, asistimos al
nacimiento de un clásico: Bizarro.
¡Qué mejor que él para aguarle la fiesta a cualquiera!
Lo entretenido es
que, como hemos indicado —y si no se han dado cuenta, vuelven a leer la reseña
desde el comienzo, carajo—, se percibe una toma de postura más extremista. En
ambos protagonistas —se agradece, dicho sea de paso, que Batman vuelva a tener más presencia porque desde el año tercero que
parecía extra de “Injustice”— la
tozudez les hace volverse obnubilados por su deseo de hacérsela pagar al otro.
Y eso sólo puede significar más muerte y diversión. Que es lo que nos tiene
enganchados por tantos años a “Injustice”.
Queda por ver
cómo el fenómeno de “Batman v Superman” afectará al título, pero como también este cómic está ligado a los eventos del
vídeo juego que le dio origen, podemos estar seguros de que tendremos bastante
acción hemoglobínica en lo que resta de este quinto año.
Sólo queda
esperar que Buccellato mejore la
letra. Santo Taylor, dale lecciones
de caligrafía, por favor.
Amén.
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