Guion: Sterling Gates.
Arte: Jerry Ordway.
Color: Hi-Fi.
Al momento de pensar en los orígenes del Universo Extendido de DC, nuestro sentido común e intuición fácilmente nos lleva a pensar en “Man of Steel”, como aquello que lo comenzó todo. Y aunque ciertamente sin el film del Hombre de Acero no habría (o habrá) un universo cinematográfico como lo conocemos, cronológicamente hablando no fue el inicio de nada. Faltando solo tres semanas para el estreno de la película que reinventaría al campeón de Metropolis adaptándolo a los tiempos que corren, el mundo del tebeo tenía algo que decir al respecto, y lo hizo en forma de precuela. “Man of Steel: The Prequel” sería la antesala perfecta para el film, aunque no contaría con Kal-El como protagonista, sino con Kara Zor-El, una kryptoniana cuyos lazos con Kal se remontan a varios miles de años en el pasado. De este modo, tenemos un panorama totalmente distinto al de la película. Krypton no está en decadencia, sino todo lo contrario, atraviesa una era de expansión hacia nuevas fronteras, nuevas colonias, y kryptonianos son entrenados constantemente para convertirse en exploradores espaciales y establecer asentamientos a lo largo y ancho del universo. Bajo esta premisa, la pregunta sobre cuanta relación alberga este cómic con la película emerge rápidamente. Pero tranquilos que, pese a todo, la existencia de esta precuela está decentemente justificada. Vamos a descubrir porqué.
La historia en realidad es muy simple. Acompañamos a Kara en su sueño de convertirse en una exploradora espacial, y así colaborar con la expansión de su raza a lo largo del cosmos. La trama, pese a no destacar en lo más mínimo por su singularidad, está repleta de elementos tradicionales bien desarrollados, tales como: la traición, el romance, la tragedia, y un villano psicóticamente estúpido. Así es, toda la trama es un cliché enorme y predecible que, sin embargo, entretiene gracias a sus decentes diálogos y al nuevo enfoque que se le ha otorgado a Kara en este universo, volviéndola un personaje mucho más interesante de lo que usualmente es. Aquí Kara no hace de superheroína tierna e ingenua, sino más bien todo lo contrario. La Kara de "Man of Steel" es una líder nata, fuerte y decidida, que incluso alcanza el rango de capitana de una nave de exploración, por supuesto, con tripulantes a su cargo.
¿Es esta visión del personaje lo suficientemente fresca como para considerarla una novedad? Pues lo cierto es que eso depende. El Universo DC está plagado de féminas capaces y valerosas siendo quizá Wonder Woman su mayor exponente, pero el hecho de trasladar dichas cualidades a un personaje que se le son un tanto ajenas sin que esto repercuta en su identidad, tiene un gran mérito y en ese sentido el cómic sale victorioso.
La trama es tan simple (aunque efectiva) que entrar en detalle sería un despropósito. No obstante, no puedo evitar pensar en la enorme oportunidad que se han dejado pasar en cuanto a enseñar una Krypton diferente a la que se ve en la película. Y es que, a pesar de remontarse varios miles de años en el pasado, el Krypton que se nos muestra es demasiado similar al que ya conocemos por “Man of Steel”. Apenas si se usan las primeras páginas para mostrar un poco de la fauna y flora autóctona del planeta, pero no mucho más. La sensación de estar presenciado otra época se queda en el camino, y que tanto civiles como gobernantes sigan usando la misma indumentaria no ayuda para nada. De acuerdo, es una queja rebuscada, pero en parte siento que podrían haberse esforzado más en darle a este período en particular un poco más de personalidad propia.
Pero luego de las quejas, pasemos entonces a la mayor virtud de este cómic precuela: su coherencia en conjunción con la película. Al ser una historia diagramada por Goyer, Johns y hasta el propio Zack Snyder (juntos conforman la santa trinidad de este DCEU, prácticamente), era de esperarse que esta pieza del rompecabezas argumental encajara sin problemas con el resto y, para ser justos, hasta consiguieron que la película tenga muy en cuenta esta precuela pero, a su vez, dejándola lo suficientemente de lado como para no perjudicar a aquellos que no la leyeron. En definitiva, un balance estupendo. Aquellos que le den una oportunidad al cómic sentirán como éste cobra relevancia en la película, y para aquellos que no, disfrutarán de la trama por igual, sin que les invada la impresión de estar ante una historia incompleta. Entonces tenemos un cómic que es competente en su rol como precuela, pero que también es amable con aquellos que decidan omitirla. ¿Qué más se puede pedir?
Tengo sentimientos encontrados con el arte, pero en general cumple y no entorpece la lectura. Aunque eso sí, no es consistente a lo largo del número, y no es de extrañar, después de todo hay cuatro entintadores involucrados y las bajadas y subidas de calidad son bastante notables, sobre todo en los rostros. Pero una vez más, el arte cumple y nos permite vislumbrar algunos pequeños ecosistemas de aquella antigua Krypton.
Antes de llegar a una conclusión, me tomaré una líneas para especular sobre el futuro de Kara Zor-El en el DCEU. Vamos, ¿a quién no le gusta especular? A fin de cuentas, cuesta creer que se hayan tomado las molestias de hacerla protagonista de su propio cómic precuela para luego nunca más hablar de ella. Por supuesto, a partir de aquí hay spoilers, así que mucho cuidado que hasta ahora los venía evitando.
¿Cómo podría volver Kara Zor-El al Universo Extendido de DC? Los que hayan leído el cómic, sabrán que su nava exploradora terminó estrellándose en la Tierra, más precisamente en un ambiente glaciar. La vemos abandonar su nave (que años más tarde encontraría Clark) y desaparecer en la nieve, mas no sabemos nada más de ella. No obstante, no solo es factible sino además lógico que Kara haya terminado congelada en algún lugar del ártico, no muy lejos de su nave, de hecho, y así hacer frente a los dieciocho mil años que separan al cómic de la película. De otro modo, realmente no se me ocurre como Kara pudiera soportar el paso del tiempo. Pero el hecho de que su nave haya impactado justo en la zona ártica quizá sea un pie de los guionistas para hacernos pensar en esta posibilidad. ¿Ustedes que creen?
Lamentablemente no todo son especulaciones esperanzadoras, porque también está el hecho de que efectivamente no volvamos a ver a Kara. Recuerden que DC tiene una política un tanto extraña sobre sus personajes y el lugar que ocupan en la TV y el cine. Básicamente, DC no quiere que un personaje de la TV tenga a su respectivo homólogo en la pantalla grande al mismo tiempo. ¿Les suena a una política estúpida? Lo es, sobre todo teniendo en cuenta que, por el momento, no hay planes de fusionar dichos universos, pero así están las cosas, y Kara tiene su propio show en actualmente en el aire: “Supergirl”. ¿Será esto un impedimento para que Kara sea re-introducida al DCEU? Solo el tiempo lo dirá, pero soñar con una eventual “Man of Steel 2” co-protagonizada por ella no suena nada mal.
En conclusión, es un cómic decente. Valorarlo individualmente, sin tener en cuenta a la película que precede, no solo no tendría lógica sino que sería todo un despropósito. La mayor virtud de esta precuela radica en la armoniosa relación que sostiene con “Man of Steel”, sin esa característica, está claro que la lectura perdería demasiado interés hasta el punto de caer en el olvido. Pero gracias a la astucia de los guionistas aquí se ha quedado, y sigue siendo una buena alternativa para aquellos que disfrutaron del film del Hombre de Acero y quieran llenar todos los huecos posibles, porque en definitiva es un buen complemento. Para aquellos que no simpatizaron con la película pero siguen teniendo expectativas en este DCEU, también les recomiendo la lectura, porque o bien serán testigos de la única participación de Kara en él, o podrían presenciar el origen de algo que próximamente será más grande. Es una lectura ágil y sencilla, no tienen nada que perder. ¡Sigan disfrutando de este mes especial sobre el Universo Extendido de DC! ¡Y nos vemos en el cine!
Nota: 6.5/10. (Algo recomendable +)
Comentarios
Pero igual me gustaría verla en pantalla grande.