Reseña: “Injustice: Gods Among Us - Year Five” #5 y #6

IN BETWEEN DAYS

Título: Bait (#5); Decoy (#6)
Escritor: Brian Buccellato
Lápices en #5; bocetos en #6: Bruno Redondo
Entintador en #5; acabado en #6: Juan Albarran
Colores: Rex Lokus

Algo atrasados —¡¡¡¡¡¿ALGO?!!!!, me espeta el CEO del Blog, y sonrío nervioso— con las reseñas sobre EL LUGAR por antonomasia de las bravatas de niños malcriados entre Sups y Batsy; es mi misión casi suicida, el ponerme al día con estas, cuando ya hemos avanzado unos dos tercios de este año quinto —y sí, la referencia a “suicida” es por el collar con explosivos que me ha colocado el editor para que no se me ocurra distraerme en la tarea… a suicide task… Yesss…—.
Comencemos pues, que hay mucho paño que cortar como decía Edna Moda, la pequeña sastre de los superhéroes.
Y citando al otrora excelso —pero ahora decadente— Robert Smith, nos encontramos ante esos capítulos de transición, donde se colocan las bases de distintas tramas que Buccellato desarrollará a continuación. Sí: tras un explosivo inicio, propiciado por nuestro añorado Taylor, comenzamos a adentrarnos por los senderos que este quinto año de “Injustice” transita.


Y el primer invitado es Bizarro, un clon a medio hacer gentileza de una gota de sangre de Sups y la mente calva de Luhtor —que, a propósito, sigue jugando a dos bandas aunque, como sería lo lógico, acabe revelándose como un obrero afanado en su propio e inmenso ego… pero eso está por verse…—
Este Bizarro, por supuesto, es el Bizarro versión “Injustice” —que, como ustedes ya deben de haber notado tras cinco años de lectura, vienen equipados con toda suerte de artilugios parecidos a armaduras que tienen a veces sólo una vaga remembranza del traje original. Aunque, a decir verdad, el uniforme de Sups siempre tiene un parecido a sí mismo, aunque sea en plan dictador asesino—.
Buccellato nos entrega aquí un Bizarro bastante similar al monstruo de Frankestein: una criatura que cree ser algo que no es y que cuestiona su propia existencia. Pero no se asusten, niños, “Injustice” sólo tiene una pátina de existencialismo porque es lo que se lleva: todos los superhéroes y súper villanos tienen que recitar el "Ser o no ser" para estar a la altura y ser oscuros —ah, la palabra oscuro… con qué liviandad la usan los fanboys hoy en día. Yo los mandaría a leer el Moby Dick de Henry Melville en versión íntegra para que aprendan lo que es una historia oscura…—.
Bizarro aparece para emprender vuelo pensando que es el mismísimo Sups, pero aquí no vemos mucho de eso… aún.
¿Recuerdan al otro protagonista de “Injustice”? Sí, ese tal Batman.


A pesar de que en los dos últimos años su presencia ha sido apenas un poco más que decorativa, parece que este año promete por fin hacernos sentir que el Encapotado está al mando de algo… y que tiene algún mísero plan.

Sep… “Injustice” no ha sido muy benévolo con Batsy. No importa que sea la marca que más vende en la editorial —oh, el bastardo trató de marca a nuestro amado Batman, deben pensar horrorizados los lectores. Yo sólo digo contradíganme con argumentos…—; en “Injustice” su participación ha mermado a medida que medran los números del título. Desde la inolvidable y cautivadora participación de Constantine, que Batsy ya no es el mismo de antes. Esperemos que Buccellato esté pensando en invertir la situación.


Hoy Batman es una suerte de Charlie (y se le ve menos que al mentado Charlie) que comanda a sus Ángeles… Las nenas haciendo el trabajo sucio de papito…
Ya sabemos que la gatita querida de Batsy ha caídoprisionera por los nuevos asociados de Sups. Y hay que rescatarla. Chicas, tengo una nueva misión para ustedes, habla por el intercomunicador este Charlie de negro.
Pero como todo lo que va mal, aquí acostumbra a ponerse peor… todo empeora en la misión de rescate y Batwoman y la mediática Harley Quinn se enfrentan al mesmito Bane y la frígida Killer Frost. Sin embargo… sin embargo siempre hay un plan B —ya saben, porque soy Batman— y la andarina Batgirl ubica a Hello Kitty en otro sitio, justo a tiempo para recatarla.


La verdad, hasta el momento Buccellato está cumpliendo. De hecho, ahora ha retomado a otro medio olvidado, siempre de segundón: Damian Wayne, que parece querer dárselas de Nightwing y se encuentra a bocajarro con la League of Assasins —que no es sino sólo un modo pretencioso de decir la Liga de los Asesinos, el club de boyscouts de Ra’s al Ghul—. Interesante en dos niveles porque obviamente este Damian injusticiero está lidiando con la culpa por matar a Dick Grayson —que ahora las oficia de Deadman—. Asumir su rol, entonces, es una suerte de acción expiatoria.
Por otra parte, al enfrentarse con sus antiguos camaradas —o sirvientes—, Damian está enfrentando su pasado como asesino o aprendiz de tal.


Esperemos que Buccellato sepa aprovechar esta veta…
Ah… pero hablamos de “Injustice”, la casa de los cliffhanger emocionantes —y no tantos—. Hacia el final de estos dos números, cuando Batwoman y Quinn las están viendo peludas con Sups y Wowo —¿terminará por decidir a quién apoya realmente esta Amazona?—, irrumpe el Batmobile modelo 2016 y aparece Batsy en persona, y sin armadura Dark Knight, para enfrentar a Sups. Antes, eso sí, ha visitado al todavía más indeciso Luthor para pedirle… ¿asesoría?


A hacer las apuestas: #WhoWillWin… y toda esa cosa publicitaria que sabemos es sólo para que estemos atentos a los siguientes números… números que espero reseñar a la brevedad posible, antes que el CEO me recorte el presupuesto. O que Buccellato decida ponerse tedioso de nuevo.

Comentarios