HOW TO MOVE ON
Título: The List
Escritor: James Tynion IV
Lápices y tintas: Riley Rossmo
Tintas adicionales: Brian Level
Colores: Ivan Plascencia & Jordan Boyd
Portada: Greg Capullo, Danny Miki & Fco
Plascencia
Portada variante: Rafael Albuquerque
A la espera de "Batman: Rebirth" #1, que co-escribirán Scott Snyder y Tom King —quien se hará cargo del título a
partir del #1 volumen 3—; Tynion IV —futuro escritor de "Detective Comics" tras "Rebirth"— nos ofrece
un episodio que es más que un mero puente entre el "Batman" volumen 2 y su
reinicio.
Tynion, que ya no sólo el discípulo más aventajado de Snyder sino un escritor de tomo y lomo, nos brinda en "Batman" #52 un cierre a la relación más
afectada por todo lo acontecido en estos últimos años: la de Wayne/Batman con su fiel mayordomo Alfred Pennyworth.
"The List" es la oportunidad de que ambos personajes se reencuentren y vuelvan a
definir su espacio dentro de la mitología del Murciélago.
Tras el final de "Superheavy" y el capítulo de despedida
de Snyder/Capullo, sentimos que
había una suerte de borrón y cuenta nueva entre ambos que podía aparecer algo
apresurada.
Alfred, que siempre recibió un trato muy protagónico de parte de Snyder, se nos reveló como un verdadero
padre que vibraba con los éxitos de su pupilo, pero que las más de las veces
sufría esperando lo inevitable.
Tras "Endgame" —que le costara una mano al butler—, su actitud no pudo ser más
sentida y comprendida: habiendo recuperado al Bruce Wayne que él conoció antes del asesinato de sus padres, su oposición a que retomara el manto de Batman
no podía ser más visceral. Y uno lo entendía. Por fin Wayne era el hombre en que debió convertirse.
Pero Batman es Batman y, más temprano que tarde, volvería a recuperar su pasado y
a querer vestirse de murciélago para vigilar a su amada ciudad. En una viñeta
sobrecogedora de "Batman" #49, Alfred le suplicaba a su querido Bruce que no lo hiciera.
Y luego vino "Batman" #50 con un epílogo dónde todo
parecía volver a la normalidad demasiado pronto. Y, aún más, un #51 con un Alfred con su mano restaurada y, al parecer, con todo su dolor
olvidado.
Por si algo no
nos cuadraba en el desarrollo emocional de un personaje tan crucial en el
universo de Batman, este #52 se encarga de dejar las cosas en su
lugar.
Gracias al hilo
conductor que Tynion IV utiliza en la forma de un diario de vida que la doctora
Leslie Tompkins le dejara al reciente huérfano Bruce, descubrimos que tras la vertiginosa vida del hombre buscando
ser algo más, el discreto mayordomo siempre estuvo presente como algo más.
Guiándonos a
través del tiempo, desde la infancia de Bruce
hasta su entrenamiento en diversas partes del mundo, descubrimos que, dentro de
las cosas por hacer, él nunca perdió de vista lo más valioso: su verdadero
padre, Alfred Pennyworth. La introducción de un oportuno villano —un colorinche
personaje llamado Crypsis, bastante
cercano anatómicamente a Mr. Bloom—, nos sirve de marco para
entregarnos el remate de la historia.
Nombrada la
entrada número 52 en su diario, Alfred
le había escrito que nunca debía olvidar que sus padres estarían orgullosos.
Algo que el Bruce niño había considerado una intromisión en su intimidad, pero
que los años le habían enseñado a valorar en su justa medida.
Sí. Bruce Wayne, en su camino a transformarse en Batman, tuvo muchas cosas por hacer, pero la más importante fue la
última: que sus padres se sintieran orgullosos. Que su dolor, su rabia, su sed
de venganza, se transformara en algo parecido a la esperanza. Que de la
oscuridad, surgiera la luz.
Algo de este
planteamiento lo analizamos durante "Superheavy",
pero es aquí, cuando todo está a punto de comenzar nuevamente, que encontramos
su nuevo valor y redescubrimos una vez más la importancia de Alfred como figura parental, como guía,
como cable a tierra, de este hombre que se disfraza de murciélago para proteger
a Gotham.
En las viñetas
finales de “Batman” #52, que a pesar
del exceso de splash pages de Rossmo, aquí se distribuyen a dos páginas en pequeños segmentos,
quedos y profundos. Es que entendemos que Batman
siempre ha querido sacar lo mejor de su tragedia para que el sacrificio de sus
padres valga la pena, pero principalmente para honrar al verdadero tutor en su
vida: Alfred.
Cuando leemos “Remember that your parents will always be proud
of you”, entendemos que la sentencia incluye, en primera instancia, a Alfred mismo.
Batman busca decirle a Alfred cuán
importante es él, cuánto le importa que Alfred
esté orgulloso de lo que hace.
Y Alfred mismo entiende que, como todo
padre, siempre será sobre protector, aunque nunca perderá de vista que gran
parte de lo que Batman es, es debido
a su presencia, a sus palabras y aquello, más allá de lo que le duela ver sufrir
a su hijo, le llenara de orgullo.
Esta noche, Batman volverá a salir a las calles de Gotham. En la mansión —o en la Batcave—, Alfred estará siguiendo sus pasos. Ambos unidos por lazos filiales
inquebrantables. Batman, el hijo que
quiere darle una razón de orgullo a su padre. Alfred, el padre que siempre vivirá como suyos los logros de su
hijo. Con amor y con orgullo.
Es esa convicción
la que les permite seguir adelante. Move
on…
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