Reseña: "Gotham" 2x17 - "Into the Woods"


"Into the Woods"
Guión: Rebecca Perry Cutter.
Dirección: Oz Scott.

Continúa la lucha de Jim Gordon por limpiar su nombre. El ex-detective prófugo consigue dar con una pista clave para conocer la identidad del verdadero asesino que lo incriminó. Por otro lado, el ahora huérfano Oswald Cobblepot debe convivir con la ausencia de su padre, a la vez que tolerar los constantes maltratos de su nueva familia política. Mientras tanto, en Arkham, el Dr. Hugo Strange y la señorita Peabody siguen con mucho interés los progresos de la nueva paciente recién salida del letargo: Barbara Kean. El escepticismo es inevitable, después de todo la señorita Kean fue moldeada, al igual que el resto, por los monstruosos brazos de Gotham.

Qué placer es empezar una reseña recalcando las virtudes de la presente entrega. “Into the Woods”, el episodio que nos compete, es uno de los más redondos (sino el más) en lo que va la serie. ¿Qué quiero decir exactamente con esto? Para empezar, que las objeciones son pocas en cuanto al guion se refiere, pero aún lo más importante, que cada segundo en pantalla se ve justificado; el argumento avanza de forma orgánica y en ningún momento se siente forzado, algo que parece esencial (porque lo es) pero que muy pocas veces se consigue con tal efectividad. Se dejan a un lado las subs-tramas para enfocarse en la historia central, y cerrar así un arco argumental importantísimo que venía gestándose prácticamente desde la temporada anterior. Buena elección de tramas, buen desarrollo de las mismas. ¿Qué más se puede pedir? Es verdad que aún así me sigo reservando algunas quejas muy puntuales, pero eso no quita que “Into the Woods” se haya ganado un merecido lugar entre los mejores capítulos de “Gotham” hasta el momento. Pero no se queden con esta simple introducción, vemos el porqué de esto. Advertencia: hay spoilers.

El capítulo inicia recordándonos la situación actual de los principales protagonistas. Bruce y Selina escapan con una bolsa llena de dinero robada a un furioso gangster. Mientras tanto, en las noticias informan sobre la fuga del ex-detective Jim Gordon, siendo Ed, desde el G.C.P.D., uno de sus atentos televidentes. Bullock es interrogado brevemente por el capitán Barnes sobre el paradero de antiguo compañero, pero éste responde con negativas. Al llegar a su departamento, el rechoncho detective está listo para ayudar a Jimbo a salir de este engorroso aprieto. Es una concisa introducción de menos de tres minutos que pone al espectador rápidamente en situación, y lo aclimata para los eventos que están a punto de acontecer. Además, me gustaría recalcar el momento en el que Barnes encara a Bullock y éste intenta zafarse de la situación con una oportuna rabieta, pero el capitán lee sus intenciones y deja en claro que eso no funcionará con él. Me pareció una ingeniosa forma de burlarse de aquellos guiones que efectivamente utilizan tal patético recurso, para introducir una artificial sensación de drama que termina estancando los diálogos y el contenido argumental (cof, cof, “Arrow”, cof, cof). Pero “Gotham”, más allá de su estrafalario y bizarro estilo que no podemos negar, ha maduro muchísimo en cuanto a la producción de sus guiones y tiene un mejor manejo sobre el sentido del drama, así que por supuesto que no va a evitar este tipo de confrontaciones cuyas ausencias a larga desembocan en huecos argumentales. Por eso es que celebro la discusión entre el capitán y Bullock y que se hayan burlado de su posible omisión de la manera en que lo hicieron. En fin, me explayé mucho en esto, mejor sigamos.


El resto del episodio se centra casi por completo en la investigación de Jim, más allá de intercalar algunas pocas escenas con Hugo Strange en el Asilo Arkham, y otras con Oswald, a quién podríamos definir como un justo segundo protagonista, pero luego hablaremos de él, porque ésta entrega claramente se enfoca en James Gordon, y así lo haremos nosotros también. Jim recuerda ciertos dichos de Dent en los que aseguraba la existencia de un proceso de grabación de cada llamada anónima recibida en el G.C.P.D., es decir que si el verdadero asesino llamó para alertar sobre la participación del ex-detective en el asesinato de Galavan, dicha llamada debe estar registrada en forma de cinta. Sin nada que perder, Jim se aventura al registro de archivos del departamento de policía y obtiene la susodicha cinta. Por supuesto que nada es tan simple, ya que en el medio hizo falta la intervención del bueno de Bullock, que tuvo que acostarse con una vieja amiga del departamento para obtener las llaves del cuarto de los archivos. Como dato de color (es decir, completamente inútil), la actriz que interpreta a la mujer con quien se revuelca Harvey es la ex-esposa de Peter Scolari, actor que interpretó a Loeb en la serie. ¿Perversa ironía o asombrosa coincidencia? Probablemente a nadie le importe. Aunque ver a Bullock en su faceta de “macho Don Juan” fue todo un deleite y, a decir verdad, ya se estaban tardando en mostrarnos esta arista del barbudo detective.

Luego, tras salir del cuartel, Jim presencia un robo y su instinto de ex-policía lo obliga actuar consiguiendo espantar a los perpetradores, pero sin recibir agradecimiento alguno por parte de la víctima. Como si la cosa ya no fuera lo suficientemente amarga, otro policía sorprende a Jimbo por la espalda y lo reconoce de inmediato, por lo que procede a pedir refuerzos, pero Gordon lo embiste tumbándolo al piso y arrebatándole su arma. El oficial ruega por su vida, pero Jim se limita a decir que es inocente, y antes de salir corriendo arroja el arma al suelo. El policía se reincorpora y vuelve a pedir refuerzos, clamando haber visto al maldito Jim Gordon. Me tomé las molestias de detallar bien esta escena porque la retomaré más adelante.

A la mañana siguiente, Gordon y Bullock tienen un encuentro clandestino en el coche de éste último, y en él examinan la grabación recientemente adquirida. Para el desconsuelo de ambos, el audio se encuentra alterado, haciendo imposible su reconocimiento. No obstante, a Jim le viene a la cabeza alguien que podría ayudarlo a “limpiar” la cinta, y se despide de Harvey inmediatamente, puesto que es probable que Barnes lo esté vigilando. Antes de despedirse, Gordon le agradece a Harvey el buen compañero que ha sido, y le pide que a partir de ahora se mantenga al margen de esto, sobre todo por la sospecha de ser Loeb quién esté detrás de esto. Como comentario muy personal, me encuentro encantado por la reivindicación que ha tenido el personaje de Bullock en estos últimos capítulos. En entregas anteriores su rol se vio muy opacado por el de Leslie Thompkins, pero como el mismísimo Gordon se tomó las molestias de aclarar, ahora ha demostrado ser un verdadero y leal aliado, imprescindible en todo sentido. Harvey Bullock es nuevamente alguien a tener en cuenta, bien por él.

Pido precaución en la lectura de los próximos dos párrafos, ya que contienen grandes spoilers, pero lamentablemente los tengo que comentar. 

Y ahora es cuando las cosas se ponen interesantes. Jim se le ocurre acudir a nadie más y nada menos que a Edward Nigma, para resolver el problema de la cinta alterada. Ahora bien, ya que Nigma es el conocido asesino, este hecho puede sonar forzoso de buenas a primeras, pero pensándolo detenidamente, ¿realmente lo es? Jim sigue considerando a Ed su amigo, y el suponer que él tiene el equipo y la habilidad necesaria para limpiar la cinta no es, de hecho, algo sorprendente. Tiene sentido, es una lógica que se puede seguir, por lo que si es o no forzado… al final queda en la subjetividad de cada uno, yo creo que el hecho de saber (cómo espectador) que Nigma es el enemigo aquí nos condiciona mucho pero, una vez que nos metemos en la cabeza del detective, todo parece bastante orgánico. En última instancia podríamos pensar que tal vez otra opción hubiera sido recurrir a Bruce y a los casi inagotables recursos de Wayne Enterprises, pero incluso eso me resulta más forzado. Apenas se percata Ed de la presencia de Jim, levanta sus manos y pide que no le haga daño, sin embargo el ex-detective le aclara que no le hará daño, sino que en realidad necesita su ayuda. Y ahora es cuando me gustaría retomar la escena de aquel policía que casi atrapa a Jimbo. Para muchos, esa escena quizá estuvo de relleno, sin embargo, yo me esmeré en recalcar que prácticamente cada segundo de este capítulo está justificado, y es que en realidad una escena justifica a la otra. Ed se pone en estado de alerta al ver a Gordon porque cree que vino a por él, que descubrió su plan y piensa vengarse. Sin embargo, Jim le aclara que no es así, y no sospecha del sobresalto de Ed porque sabe todo el G.C.P.D. reaccionaría de la misma forma en estos momentos. Es ahí cuando la escena anterior encuentra su razón de ser, para que el espectador razone esto, para que compare ambos escenarios y comprenda que no es que Gordon sea un estúpido que no percibe el claro nerviosismo de Nigma, sino que es consciente de su situación actual y asimila dicho comportamiento como algo normal. ¿No les digo, gente? Un capítulo redondo.


Habiendo aclarado esto, la escena es estupenda. La tensión se maneja de un modo soberbio y, en definitiva, ambos personajes quedan bien parados. Gordon no queda ni con un pelo de tonto al darse cuenta de lo obvio, y Ed también demuestra lo suyo al conseguir incapacitar al detective. Sin embargo, he aquí mi primera queja. Nigma logra noquear a Jim gracias a que este se encontraba sentando en una silla cableada, no obstante, ¿y si de repente Jim decidía pararse? No es un planteo muy descabellado. Ante las primeras sospechas Gordon desenfunda el arma, pero se mantiene sentando, y luego ni siquiera la confirmación de dichas sospechas, ni siquiera el saber que se encuentra frente al hombre que intentó arruinar su vida lo motiva a levantarse de la silla… se ve que estaba cómodo. En cualquier caso, soy consciente que es una crítica que sigue rondando en torno a lo subjetivo y a la opinión personal, pero la trama se venía hilando tan bien que tampoco me siento culpable al exponer esto. Como sea, al final, Gordon no quedó bien parado, si se mantuvo sentado… mal chiste. Mi siguiente queja es sobre algo que ocurre minutos después, cuando Jim, estando mal herido por un disparo de Ed, deambula por las calles de Gotham hasta que finalmente acude en ayuda de Selina, ¿y él decide acudir a ella porque…? Realmente no se explica, de hecho, me viene a la mente aquél season finale de la primera temporada en donde Selina no tenía problema alguno en dejar que el detective muriera a manos de Fish. Así es, esa mancha no se borra, Cat. Con un poco de buena voluntad, podríamos suponer que la urgencia y la necesidad de atención médica inmediata obligaron al detective a acudir al “aliado” más cercano. Aunque siendo Selina Kyle una ladrona, me sorprende que mantenga una dirección fija, al menos no por mucho tiempo. Pero en fin, una vez más, este tipo de “providencias del guion” se mantienen dentro de lo subjetivo y cada uno lo acepta (o no) en mayor o menor medida. En mi caso, el presenciar esto me resultó algo molesto.

Y hasta aquí de la trama principal, como ustedes saben, no me gusta arruinar el final de capítulos bien elaborados. Pero si quieren mi opinión general, diré que me pareció un final de lo más correcto, acorde a lo que se venía planteando. No sorprende ni tampoco decepciona, fue lo que tenía que ser. Aunque eso sí, sin dudas el personaje de Edward Nigma sale mucho más enriquecido luego de esto, y como el propio Hugo Strange diría: “tengo grandes esperanzas con éste”.

Ahora lo que todo el mundo estaba esperando, el momento de hablar de las subs-tramas (yay!). Aunque abarcan poco minutos del capítulo, sí es verdad que son para tener en cuenta, sobre todo la de Oswald que, como dije, se queda como el co-protagónico de la entrega. Hay que decirlo, el desarrollo de tu trama fue de lo más previsible, y sin dudas pudo haber optado por caminos más arriesgas e interesantes, pero cuando nos toca presenciar aquél macabro final, aquella sádica venganza al estilo Pingüino de la vieja escuela, toda previsibilidad queda perdonada y todas nuestras madres se llaman Martha. El Pingüino ha vuelto señores, y ha regresado por la puerta grande. ¿Qué planes tiene para “Gotham” el otrora Rey de la Ciudad? Solo el tiempo lo dirá. En cuanto a Bruce y Selina, ya hablé de ellos al principio y ahora toca agregar que juntos colaboran con el plan de Gordon para atrapar a Nigma. Realmente no surge mucho de esta colaboración, aunque al final todo pareciera una buena excusa para que el joven Wayne retornara a su mansión momentáneamente, y así poder charlar con Alfred y replantear su relación con Selina. Esto está muy bien, de hecho. Sin embargo, luego me pongo a pensar que todo se originó por aquella caída sorpresiva de Jim en los aposentes de Cat y entonces me vuelvo a rascar la cabeza. En fin, nada es perfecto. Por último, Hugo Strange, la señorita Peabody y Barbara Kean también tienen sus breves momentos en pantalla. Asistimos a una terapia de grupo de Barbara, y de cómo Hugo y Peabody la evalúan, aunque me sigue perturbando que la ayudante de Strange se mantenga por momentos más avispada que él, que parece simplemente hacer las cosas para ver qué ocurre, pero sin tener idea de nada. De dicha filosofía resultó la liberación de la señorita Kean, otra a la que hay que seguir bien de cerca.


En conclusión fue un excelente capítulo. Acaban de leer (espero) mi reseña más larga hecha sobre un capítulo de “Gotham”, pero cuando se califica a algo de “excelente” es mejor que sobren justificaciones y no que falten motivos. Creo ya dije porqué éste capítulo me gustó tanto, aún con mis quejas y todo. Ojalá ver cada capítulo de este show fuera tan gratificante. Se animaron a darle cierre a un arco que tranquilamente pudo haber sido el argumento de un season finale, pero inesperadamente decidieron zanjar el asunto aquí, y la verdad que casi todo salió a pedir de boca. Bien “Gotham”, bien. ¡Nos vemos en la próxima reseña!

Nota: 9.0/10. (Excelente.)

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