Título: "Rumble at the End of the World".
Guión: Ray Fawkes.
Arte: Ramon Bachs.
Colores: Mat Lopes.
Letras: Tom Napolitano.
Arte De Tapa:
Ramon Bachs (arte) y John Kalisz (colores).
Después de aterrizar en La Isla de los Monstruos Dinosaurios, Robin, sus padres y Goliath encuentran a Maya inconsciente y con una flecha en
la espalda. Horas antes, la joven Ducard había llegado a la isla enganchada
a Suren Darga cuando éste se teletransportó y fue atacada salvajemente por un grupo de soldados del clan Lu'un Darga que esperaban al heredero. La cuestión es que Maya está viva pero tiene un explosivo consigo y, para empeorar el panorama, el ritual de
Darga debe ser efectuado a media noche y no hay tiempo que perder. Es así que Damian, Talia y Goliath intentaran detener los
planes de clan, mientras Batman
se encarga de desactivar la bomba.
Robin, a bordo de su mascota, se dirige hacia el centro de un
volcán. Sí, eso. Resulta que el mismo es nada más ni menos que el
corazón de los Pozos de Lázaro y
sólo la sangre de un verdadero Guardián del Pozo puede penetrar el volcán como
si fuera una simple entrada, sin morir quemado por la naranjada de Osaka lava en el intento.
¿Un dato curioso? Según Suren, la razón por la que los dinosaurios no se extinguieron allí es por la presencia de la fuente de los Pozos. Sea como sea, el tema es que el pequeño Darga llegó antes que Robin y
se presta a arrojar el tesoro más importante que Damian recolectó durante el Año de la Sangre en el Corazón de Lázaro y, según el heredero del clan, si El Ojo del Durmiente cae en el cráter, toda vida impura sobre La Tierra será borrada y el mundo
quedará bajo el poder de Den Darga y su estirpe. El Hijo del Murciélago lógicamente intenta detenerlo, pero es atacado por unas serpientes infernales gigantosáuricas (?), que asumimos que son una suerte de Guardianes del Pozo.
En palabras del descendiente de Den Darga, con el hechizo en
marcha sólo resta que el espíritu de los miembros de la familia Lu'un Darga, que residen
en los tesoros que Damian recolectó por orden de su abuelo, se despierten y entonces su padre se alzará
para conquistar el planeta. Seguidamente vivimos un momento algo pesado, ya que Robin intenta razonar con el otro joven ancestral alegando que no son tan distintos, y es que ambos fueron peones, meros instrumentos en un feudo
entre familias inmortales (ya saben, clásico de los adolescentes de hoy en
día). El Niño Demonio continúa tratando de persuadir a Suren para que se detenga puesto que su padre, una vez resucitado, simplemente acabará con él. Está claro que despertar a su hijo fue un último recurso, una medida desesperada y, si de verdad hubiera querido a Suren, lo habría traído a la vida antes sin usarlo como plan
B. El joven Darga finalmente entrará en razón y detiene el hechizo pero entonces, cuando nos
enfrentábamos a un inevitable momento Disney/Marvel "WHY DID YOU SAY THAT NAME?!", Damian le asesta un tremendo puñetazo y le baja la cortina para coronar un “nunca nadie me había hablado así” de parte del chiquilín Darga. ¡Menos mal!
Ah, también tenemos una clásica discusión de padres separados. Papá recriminando a mamá que usó a su hijo en un perverso juego
familiar sin que este fuera consciente de ello y mamá culpando a papá por
haberle lavado el cerebro al nene y hacerlo ponerse en contra de la familia… Lo típico del posmodernismo (?). Con Maya sumamente desconcertada por el inusual panorama que estaba presenciando, Damian le dice: “pararán después de un rato, uno de ellos quizás termine inconsciente, pero se
detendrán. Mientras tanto ¡tengo a mi familia!”. Los chicos proceden a abrazarse con Goliath y no, al final no zafamos del momento Disney/Marvel.
Ya reunidos y tranquilos, nuestros héroes tienen a Suren en custodia. Mientras
Talia y Batman se van a tener una charla privada, Robin piensa en tener un gesto contra su
reciente enemigo. Su madre le prometió al Encapotado no matarlo, pero Damian teme
que lo use de alguna forma y la guerra entre inmortales no se acabe o saque
alguna ventaja su progenitora. Es así que, mientras papá mantiene ocupada a mamá, al parecer los jóvenes piensan
liberar al derrotado heredero de Lu'un Darga.
OPINIÓN:
En la reseña anterior di a
entender que este número era el final pero se ve que no. Mala mía. Queda uno más, así que
debía hacer un poco de fe de erratas
(o fe de emurciélagos).
Como vengo diciendo hace rato, la diferencia entre Gleason y la dupla Fawkes/Bachs es muy notable. Las historias han perdido un poco de esa oscuridad
y locura que Patrick supo darle al título en su momento. Está claro que era muy suyo, por así decirlo, y en estas instancias se nota. No me ha gustado mucho el cierre de esta batalla, pero
quedando un número para finalizar la serie, así que el veredicto final lo daremos el
otro mes, Barbatos lo quiera.
Creo que la aparición de Batman fue muy desaprovechada. No pretendía que Batman salve el día y opaque a su hijo en su propia
historieta aventura, pero admito que hubiese querido aunque sea un poco
más de acción del Caballero Oscuro y Talia peleando juntos, o algo así. Un poco de eso se vio en el número pasado, claro, pero creo que fue una chance desperdiciada.
Volviendo a Bachs, su trabajo me gustó más que en los
números anteriores y debo, porque nunca lo hago, resaltar el buen trabajo en
varias viñetas del colorista Mat Lopes. El apartado gráfico indudablemente se sigue destacando pese a la ausencia de Gleason.
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