Título: "It Never Ends".
Guión: Ray Fawkes.
Arte: Ramon Bachs.
Colores: Mat Lopes.
Letras: Deron Benentt.
Arte de Tapa:
Ramon Bachs y John Kalisz.
Finalmente llegamos al último número, al cierre de la cruzada
de Damian Wayne. O algo así.
Recordemos que en el capítulo previo, Damian logró salvar al
mundo del renacimiento de Lu’un Darga. Sin embargo, y por sorprendente que parezca, en el proceso se conmovió por
su rival, Suren Darga, porque encontró paralelismos entre ambos: herederos de
un clan macabro usados como herramientas por sus familias en sus perversos juegos. Por ello, antes de que su madre pudiera usar
al joven Darga para acabar de una vez por todas con "la guerra entre
inmortales", Robin decide liberarlo.
Mientras Damian y Maya le enseñan a Suren las bondades de un
postre después de un almuerzo rápido, son alcanzados por un grupo de soldados
del clan Darga. Suren afirma que los puede detener si le quitan las esposas pero, ni bien los chicos y el buen Goliath se prestan a enfrentarlos, los
guerreros caen súbitamente derrotados. Aunque Damian cree que fue obra de
Suren, éste también se desploma. NoBody descubre unas extrañas emanaciones de
energía que resultan ser magia de Darga. Hora de otro viaje, esta vez directamente a la fuente: Rusia Con Amor.
¿A dónde iba a ser sino en el cráter de Tunguska? (?) El templo personal de Den Darga está
justamente allí y, dentro, una misteriosa figura está recibiendo energía. Es Den,
que acaba de volver del mundo de los muertos (o espíritus, no sé, ustedes vean), y
es que el picarón dejó un plan de contingencia en caso de que su plan maestro
fallara miserablemente: una ‘batería que reúne el poder’ de quienes le sirven
al clan. Su padre le revela nomás a su Suren que, como Damian le había dicho,
lo usó solamente para regenerarse y tomar el control del mundo en solitario.
Ahora necesita de su energía para completarse.
Den toma a su hijo pero éste le sorprende liberándose de sus
esposas y aplicándole un hechizo que hace que su poder empiece a
drenarse de los espíritus que lo mantenían recargado y, acto seguido, recibe una
tremenda paliza del Niño Demonio y su amiga. Sin embargo, el líder Darga insiste
en que volverá a regenerarse gracias a la batería. Entonces Robin lanza un par de cuerdas a la batería y le pide a un
débil Suren que emplee su hechizo una vez más, usándolo a él como una suerte de
catalizador. Se genera una tremenda descarga de energía y tanto Damian como Den caen desplomados al suelo.
El Niño Demonio se sacrificó para salvar al mundo, digno
hijo del Murciélago. Pero ey, que no acaba aquí. El alma de Damian yace en el torbellino de almas arrancadas a Den Darga y logra escuchar los pedidos de
sus amigos de volver (parece que se va al Cielo o a un lugar parecido, como
el cambiador de los desfiles de Victoria's Secret), pero el espíritu de Den
intenta evitar que esto suceda y trata de agarrarlo. Un recuperado Suren
utiliza su poder para destruir el alma de su padre y así termina el asunto, con
Damian regresando al mundo de los vivos (por segunda vez en menos de dos años
(?)).
OPINIÓN:
Se terminó sin duda uno de los mejores libros del infame
DCYou, pero las cosas acaban con un sabor un tanto distinto al de origen.
No hay duda que, junto a Peter Tomasi, Patrick Gleason es uno
de los padrinos de Damian Wayne. Pat nos sorprendió guionando al
personaje, amén de dibujarlo, y el resultado fue magnífico. No obstante, el relanzamiento
que significó "Rebirth" aceleró la salida de algunos equipos creativos para
empezar a trabajar en lo que venía. Gleason se volvió a juntar con Tomasi, esta
vez para trabajar en "Superman", y fue Ray Fawkes quien se encargó de escribir
el cierre del libro, tras haber escrito el número que fue tie-in de "Robin War".
Creo que el trabajo de Gleason fue magnífico en todo
sentido por lo tanto, si bien considero que Fawkes se desenvolvió bien, estuvo lejos de
lo que el artista/guionista hizo en su lugar. Como dije, este libro era suyo, se notaba
muy personal y difícilmente cuando se pasa a otras manos (buenas o no) se pueda mantener
el mismo espíritu.
Gleason hizo un libro bestialmente épico y con mucha oscuridad, y ese tono se hizo muy light después de su salida. Pareciera que
en casos como éste (o "Grayson", por ejemplo) sin decir que el trabajo de los
reemplazantes sea malo, la idea era el cierre y eso nomás. Sin ir más lejos, el
número final está a millones de años luz de lo que fue la primera batalla con Den Darga, que se dio en lo que fue la mitad de la historia.
A Mat Lopes se le reconoce también que hizo un gran trabajo,
pero es imposible (repito por enésima vez) no compararlo con el trabajo de Pat
Gleason.
Este número en particular es de lo más flojo de la serie,
que igual será recordada como una de las mejores de DCYou. Se lo notó como
medio forzado, onda "terminemos con esto y ya". Quizás no hubiese sido una mala idea
un número extendido para darle un cierre más épico a tono con como fue el
libro en general, pero ya es tarde para eso.
En definitiva, así terminó. Con Damian muriendo sólo por un
rato (¿era eso necesario?). Además parece que el Niño Demonio leyó las aventuras de su padre escritas por Scott Snyder, ya que además de siempre discriminar al pobre
Hijo del Murciélago en sus historias hizo que Batman se conecte a una
máquina y reciba una descarga como cinco veces durante su run. Los
resultados demuestran, sin embargo, que eso es cosa de grandes, porque Bats nunca murió (jeje).
Lo que si aplaudo es el hecho de que metieran en esta historia a
Tunguska donde, recordemos, ocurrió una
gran explosión en 1908 a causa de un bólido. Las teorías van desde cometas,
eventos naturales casi imposibles, pruebas de armamento y hasta OVNIS. Esto lo digo en contraposición a los
últimos números, que se situaron en lugares tan infantiles como Isla Dinosaurio y Ciudad Gorila, que parecía iban a cumplir un rol más importante en las historias y no
fue así.
En fin, Damian ahora se suma a los Jóvenes Titanes y vaya
uno a saber qué será de Maya Ducard (me gustó el personaje, lo admito) o también de Suren Darga y, por supuesto, de Goliath, que nos ganó a todos los fans de Niño Demonio. Con un poco de suerte, el tiempo dirá.
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