Falta un mes para que se estrene "Suicide Squad" en Argentina y, para amenizar la espera, decidimos hacer lo mismo que hicimos de cara al debut de "Batman v Superman": ¡Hacer un especial random y rellenar el Blog con contenido ideal para amenizar la espera!
THE SECRET (AND NOT-SO-SECRET) ORIGINS OF THE SUICIDE SQUAD
Sip. Puede que un grupo de fuerzas especiales conformado por villanos parezca
algo muy de nuestro tiempo pero Suicide Squad, queridos contertulios, es un
concepto muy, muy viejo.
No sólo que esté
basado indirectamente en los "Siete Samurais" de Akira Kurosawa —que
inspiró los "Doce del Patíbulo", que a su vez inspiró la re-creación del equipo—, sino que vio su primera formación
en el lejano año de 1959, en el
número #25 de "The Brave and the Bold".
Para quienes
tengan mala memoria —o presuman de no estar vivos por aquella época—, "The Brave and the Bold" era un título que desde 1955 se dedicaba a
contar historias de princesas y caballeros, pero que en este número de
septiembre del '59 cambió de giro para ser el epicentro de los títulos
experimentales de la editorial, presentando a este grupo de soldados
desechables, reclutados por el gobierno del entonces idílico EEUU para combatir
a un misterioso monstruo de cuernos —de color púrpura, para más inri— en un
historia de llamada "The Three Waves of
Doom".
Comandados por Rick Flag… ah, sí, Rick Flag, a
ése lo conozco… ¡¡¡FALSO!!! Este Rick
Flag es Rick Flag, Senior. Al que ustedes conocen es a Rick Flag, Jr., hijo de
aquel. ¿O se piensan que un personaje de cómics se va a mantener joven por casi
cincuenta años? ¿Dónde se ha visto eso?
Comandados por Rick Flag… SENIOR…, el héroe fue secundado por su novia Karin Grace —ni idea si es la madre de Rick Flag… JUNIOR…—,
Jess Bright —ni idea de quién es— y el Dr. Hugh Evans.
Creados por Robert Kanigher en las letras y Ross
Andru en los monitos, el Escuadrón Suicida hizo su debut el mismo año que Supergirl llegó dando tumbos en un cohete a la Tierra y Sups se enteró de que era su prima
—supongo que debí poner advertencia de spoilers…—,
al mismo tiempo que, en una cueva oculta con un cartelito en la entrada que
decía "Batcave", un duendecillo de
otra dimensión se unía al Dúo Dinámico, haciéndose llamar Bat-Mite.
Wuuu… tiempos locos aquellos. Lo que explica que esta versión primaria del Squad tuviera aventuras bastante
pintorescas, mezcla de Ciencia Ficción clase B y Looney Tunes, en las que
se enfrentarían a diversos monstruos y viajarían al espacio —ganándole la mano
a Yuri Gagarin, por cierto—. Y explica, además, la presencia de un doctor
que, desde Zarkov, nunca ha dejado
de acompañar a este tipo de héroes, y la presencia de la novia que, desde Dale Arden, nunca ha dejado de estar poniéndose en peligro para que el jovencito la rescate.
Por todo ello,
quizá, el Suicide Squad cincuentero tuvo corta
duración, haciendo un breve pero intenso cameo
en "Action Comics" #552 del '84 donde
sí aparece Rick Flag… Junior. No se
distraigan, que pierden la cuenta.
Y luego, al cajón
de los olvidados, hasta… hasta que pasó lo de "Crisis on Infinite Earths" que mandó todo al chanchullo y eliminó
realidades y sobrepuso otras, y todas esas cosas sicodélicas que ocurren en las
crisis.
Y DC vio que era tiempo de revivir al Escuadrón. Pero le hizo el encargo a
John Ostrander, escritor que tomó,
con seguridad, algunos viejos números del Squad y se dijo “neh, me están tomando el pelo” y re-imaginó el concepto al estilo de Los
Doce del Patíbulo: un grupo de villanos que son forzados a llevar a cabo
misiones encubiertas —black-ops para los cabecitas de milico que
leen esto y que por jugar "Metal Gear
Solid" ya se creen comandos—.
De paso, se dijo a
sí mismo —tenía harto tiempo para hablar solo este Ostrander—, justificaría el por qué los villanos vuelven y vuelven.
Claro, si el gobierno los envía a misiones a cambio de levantarles las codenas,
pos ni modo…
Ostrander fundó un equipo completamente nuevo y creó a la
magnífica Amanda Waller, esa cabrona de doscientos kilos
con más voz de mando que Bene Geresit, que enviaba a los malditos con
un brazalete en la muñeca para prevenir que tomaran la iniciativa. Sí, ya
saben, un brazalete de esos con explosivos que venden en cualquier local de
chucherías.
Seleccionando
villanos de menor cuantía de la amplia galería que tiene DC, Ostrander y Paul Kupperberg —en los monitos— lanzaron al equipo en un crossover
titulado "Legend" y posteriormente en
un "Secret Origin" que enlazaba el Suicide Squad original con el nuevo. Todo
esto, en 1987.
De ahí en
adelante, Ostrander al mando y un
grupo variado de artistas, mantuvieron al Escuadrón
a flote hasta 1992, año en que la franquicia pareció agotarse nuevamente.
Entre los
miembros más notables del Squad, se
cuenta al ya referido Flag (Junior,
no se confundan), Bronze Tiger, Deadshot, Captain Boomerang, Poison Ivy, Nightshade —cuya historia se transformaría
en un eje de varias aventuras—, Killer
Frost, etc., etc. E incluso a Barbara Gordon bajo su nickname Oracle.
Tras eso, el Suicide Squad se mantuvo haciendo breves apariciones en diversos títulos
que no vienen a cuento mencionar y se diluyó con el tiempo.
Ya entrados los
2000, Keith Giffen —papá del Main Man, el verdadero, no esa copia a lo "Twilight" de los New 52—, volvió a abrir los fuegos con una nueva versión, esta
vez guiada nada menos que por el legendario Sgt. Rock —este sí que
sobrevivió desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial… y sin envejecer una
pizca—. Aunque su versión duró menos que promesa de político y nuevamente el Escuadrón se vio vagando entre otros
títulos.
Hasta que pasó lo
que siempre pasa… Todo desde el principio… Llegaron los tiempos de New 52 —sí, sí, quiero oír sus abucheos—
y DC decidió que era tiempo de
volver a lanzar con título propio al Suicide
Squad… y nueva formación. Quizá los
tiempos ya estaban maduros para una tercera o cuarta versión del grupo de
malditos, esta vez con más saña y con más ceño fruncido, que es lo que propiciaba
la Casa de Superman para todos
sus personajes.
¿Qué ocurrió
entonces? Eso ya queda fuera de mi jurisdicción y de mi post. Pero dicen que
hasta una película inspiró. Pero vaya uno a saber si eso es cierto…
Lo único
verificable es que, como muchas cosas en la vida, las buenas ideas van y
vuelven. Quizá no en la forma que las recordamos, pero sí manteniendo la
esencia, en este caso, de un grupo de personas que parece no importan mucho y
cuyas acciones pueden marcar la diferencia, porque Suicide Squad puede
estar integrado por soldados desechables, por impenitentes delincuentes, pero
lo que nunca cambia es que acaban siendo héroes aún en contra de sus propios
deseos.
Y eso, bien puede
darles el derecho a tener su propia película con estrellas de Jólivud. O a llegar a casa sin que el
mentado brazalete les deje los brazos como a Patricio, el amigo de Bob
Esponja.
Suicide Squad, cincuenta años haciendo
el trabajo sucio por usted.
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