Título: I Am Gotham - Part Two.
Guión: Tom King.
Lápices: David Finch.
Tintas: Matt Bannings & Danny Miki.
Colores: Jordie Bellaire.
Arte De Tapa: Finch & Bellaire.
Recordemos que en el final del
número pasado se presentaban ante Batman un par de super héroes que vendrían a ser las versiones gothamitas, por no decir "góticas", de Superman y
Supergirl. De esta forma
y con sus nada originales nombres Gotham y
Gotham Girl
debutaron como los autoproclamados nuevos protectores de la ciudad, ni más ni menos que tras salvar al
Encapotado de una muerte segura.
Esta entrega comienza con la dupla de jóvenes héroes
enfrentando a
Solomon Grundy. Es así como nos presentan al
zombie gris en el marco de
"Rebirth", dándole un mal rato a
Gotham y
Gotham Girl mientras entona su característica rima, que de hecho es una rima británica que data del Siglo XIX. No
obstante, cuando la cosa se pone peluda,
El
Detective aparece para enseñarle a los novatos
cómo se hace.
Desde el primer número pensamos qué rol le tocaría a estos nuevos
vigilantes, si querrían suplantar al
Murciélago, ayudarlo o algo más.
Gotham, sin embargo, se ve tocado
por las palabras de
Batman (
“Los estuve observando. Son buenos. Están haciéndolo bien... Háganlo mejor”) y le pide a éste que los instruya en el oficio, por así decirlo.
En contraposición a lo que ocurre en "Batman v Superman" Bruce considera seriamente en tener cerca a estos seres poderosos. Los jóvenes podrían
ser parte de una nueva generación de protectores y, además, no hace falta ser un
genio para saber que ellos pueden hacer cosas que
Batman no. Claro que aún están "muy
verdes" mas nuestro héroe piensa que quizás
Gótica no es solamente la ciudad de
Batman.

Ahora es el turno de
Gordon. Resulta que
Jimbo no solo volvió a su status clásico de
Comisionado, sino que también a su
tradicional vicio. Estando en su oficina,
Gordon recibe una inesperada cita: Un hombre llamado
Bob Castro se
presenta como un falso representante de un Banco de la ciudad para poder hablar
con
James, cuya agenda está que revienta. Pero en realidad este individuo vino
a confesar que liberó a
Salomon Grundy. ¿Por qué haría tal locura? Porque los
“Los Hombres Monstruo están en camino”. Atolondrado, el misterioso individuo asegura tener un
background militar y dice que
no tenía
opción aunque por otro lado alega que eso
“no es excusa para lo que hizo”. ¿Entonces este señor vino a
entregarse? En realidad vino a dar una advertencia y posteriormente a suicidarse con un abrecartas, desangrándose delante de
Jim.
Típico de
Gotham (la ciudad, no el héroe, je).
Bruce Wayne está siendo anfitrión de una gala en su mansión
cuando ve la Bati-Señal y sale de los brazos de una sensual dama con la que
estaba bailando para atender el Batbusiness (?), mientras le revela a Alfred y a Duke que planea llevar a sus nuevos aliados para conocer a Gordon.
Pero resulta que
James Gordon no se sorprende en lo más mínimo ante los flamantes amiguitos del
Murciélago, de hecho parece hasta desinteresado. Mientras,
Jimbo explica lo sucedido con el hombre que lo visitó recientemente. Nadie tiene idea si esto está relacionado con
Kobra, organización que trató de
estrellar un avión 747 sobre la ciudad, o a qué se refiere específicamente lo que quiso decir el señor
Ezequiel Castro. El hecho, a fin de cuentas, es que una declaración así no puede ser tomada a la ligera en una ciudad como
Gotham. A continuación se
produce quizás la mejor escena del cómic:
Batman desaparece sin dejar rastro alguno y los jovencitos intentan usar su visión à la Superman para encontrarlo mas no lo consiguen.
“Puedo ver a través de las cosas. Puedo verlo todo. ¡Es imposible!”, clama
Gotham.
“No es imposible, niño. Es Batman”,
retruca
Jim.
El librillo concluye con un paciente y/o recluso de una
institución, probablemente Arkham o Belle Reeve, observando fotos de sí mismo en distintas facetas emocionales (asustado,
feliz, triste, enojado). Cada vez que ve una de estas fotos se le pregunta si siente
el estado que muestran las imágenes y responde siempre que sí. El sujeto se
llama Roger y quien pregunta es, como se veía venir, Hugo Strange. El buen doctor está
acompañado por la célebre Amanda Waller y un militar que luce un gafete con el apellido "Lane".
Acto seguido, éste último felicita a la dama por haber salvado a Gotham.
LO QUE DEJÓ ESTE NUMERO.
Creo que a más de uno le debe estar causando una sensación
extraña el ritmo con el que se están moviendo estos números. Después de 5 años
y medio casi del
reino de terror de run de Scott Snyder se siente un
poco raro este nuevo ritmo que se caracteriza por ser mayormente vertiginoso, a diferencia de lo que suele hacer el pelado
King, pero a decir verdad en pocas páginas se vio un poco de todo.
Acción de entrada, luego un poco de sentimentalismo cuando
Bruce piensa en qué mundo dejaría cuando ya no esté y por ello piensa en
lo que podrían significar estos nuevos héroes para su ciudad. Un poco de humor
e ironía, cortesía de Alfred, y algo de Gordon. Y por último, pero no por eso menos importante, la cuota de misterio en torno
al asunto de los Hombres Monstruo y Strange, Waller y el General Lane. Si, este
Lane es Sam Lane, el padre de Lois Lane, lo confirmó el propio Tom King. Como decíamos, un poco de todo, recurso que permite abarcar mucho terreno pero a la vez no devela grandes hilos narrativos y, por ende, continúa enganchando al lector.
El tema de los
Monster Men, como sabemos, nos conducirá hacia el anunciado
primer crossover de Batman en "Rebirth", que se dará en un par de meses entre
éste título,
"Detective Comics" y "Nightwing". Ya se sospechaba, por un
pequeño easter egg en el número
#1, que el villano que vimos como una mera sombra era el mismísimo
Strange. Más específicamente, el huevo de Pascua fue la frase
“Observa el reloj, Batman”, la
misma que el Doctor enunció en
"Batman" v1 #1, allá por
1940.
King dijo que si conocías bien a Batman lo ibas a descifrar aunque, en definitiva, lo dio a entender entre líneas antes de que publicaran el libro. Todo esto, por supuesto, sin mencionar que los
Monster Men están
directa e históricamente relacionados con
Strange.
Por otro lado, se rumorea que el tal Roger sería Roger Hayden a.k.a.
Psycho-Pirate, la segunda versión de
este villano que fue creado por el legendario Gardner Fox. Psycho-Pirate puede manipular las emociones de los demás
y justamente lo vemos haciendo eso consigo mismo. ¿Será esta el arma secreta de Strange? ¿Lo usará para poner a Gotham y Gotham Girl en contra de Batman, resultando en una versión más coherente de "Dawn of Justice"?
Como el buen
Scott Snyder dijo en su momento, era de esperarse que
King nos de un
"Batman" más muscular, de ritmo rápido y muy
clásico, todo esto para comparar la tonalidad del venidero
"All-Star Batman" del neoyorkino. Y eso tenemos en definitiva, un desarrollo audaz.
Me llama la atención la actitud
Gordon pues actúa como si
el hecho de haber sido Batman nunca hubiese pasado.
"¿Realmente es más fácil luchar contra el crimen con una máscara? Debe dar comezón". Guste o no, eso pasó, y esperemos que dicho evento no quede en el olvido, ya que sería una especie de
aquí no pasó nada al mejor estilo de los nefastos New 52.
King continúa homenajeando a sus autores
Batmaníacos favoritos, puntualmente a otro pelado que queremos muchísimo en el
Blog: Grant Morrison. Pero no
sólo lo hace con la
Morrison Room,
sino que la escena de
Batman desapareciendo y burlando los poderes de
Gotham y Gotham Girl está inspirada directamente en un evento similar sucedido durante el run del escocés en
"Justice League".
King también hace un poco de autoreferencia a su pasado
militar en la CIA.
Bob Castro cuenta que estuvo del
“otro lado del mar y vio cosas”, algo que
King dijo eso sobre sí mismo cuando le preguntaron acerca de su trabajo en la CIA y
cómo esto afecta su escritura. ¿Les cuento un dato interesante? Muchas de sus experiencias personales se encuentran reflejadas en la exquisita serie que está publicando en
Vertigo,
"Sheriff of Babylon", la cual desde ya les recomendamos.
Otra cosa: Tom nació para guionar a Pennyworth.“En su décimo
cumpleaños (Bruce) me pidió una Katana de duelo. Le traje una Wakizashi, que
parecía más apropiada para su edad. Ha sido así desde entonces”, le dice Alfred a Duke
Thomas sobre la falta de confianza del amo Wayne.
El apartado gráfico nuevamente es muy bueno. Finch está
volviendo a ser lo que era y celebramos el regreso de Danny Miki en las tintas,
que comparte esa labor con Matt Bannings. Se nota que el entintado de Miki está
presente en las últimas páginas, pero sin lugar a dudas se complementan bien. Jordie
Bellaire sigue sin fascinarme al nivel de la mayoría de los reseñadores, pero
tampoco me quejo. Eso si, no puedo negar me gusta el trabajo de la colorista.
En conclusión, un número sensacional. Hail to the King!
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